Como boinas de bellota
¿Qué tienen en común el corcho y el buen jamón? Quercus es la respuesta. Un amplio género de árboles y arbustos con más de 500 especies fáciles de confundir entre ellas.
Los romanos llamaban Quercus a los robles pero la clasificación actual es un poco más complicada. Las numerosas especies de este género no están claramente diferenciadas así que confundirlas es bastante lícito. Los frutos de los Quercus son las bellotes. Una de sus características es que las flores masculinas y las femeninas se encuentran en árboles separados por lo cual son alergénicos puesto que el polen tiene que viajar entre individuos para la polinización.
Flor masculina de Quercus
En este artículo repasaremos algunas de las especies que nos resultan interesantes para el paladar, la industria o el paisajismo e intentaremos dejar claras las diferencias entre ellas para presumir en las excursiones. Vamos a describir algunas especies de Quercus basándonos en el tiempo que las hojas pasan sobre ellos.
Siempre verdes
Dentro del género hay ejemplares de hoja perenne que habitan principalmente los bosques mediterráneos marcados por largas sequías estivales y la presencia de conejos, jabalíes y águilas entre otras. No hay que viajar muy lejos para encontrar alcornoques. Hay bosques de Quercus suber en la Sierra de Espadán en Castelló. Florece en primavera y ocupa bosques densos y húmedos donde convive con helechos. Sus hojas son blanquecinas por el envés y la cúpula de las bellotas no pinchan. Además, al introducir la uña en la corteza se hunde porque el tronco está cubierto por corcho.
Quercus suber rodeado de helechos. Imagen de https://www.flickr.com/photos/42754460@N00/>
Detalle de corcho. Imagen de https://www.flickr.com/photos/montuno/
Los encinares están formados por ejemplares de Quercus ilex de los cuales encontramos una buena representación en el Parque Natural de la Font Roja en Alicante donde pueden tener porte arbustivo o arbóreo. En cambio, si viajamos a Extremadura encontraremos encinas transformados en dehesas donde pacen los cerdos ibéricos que se alimentan de bellotas. Para reconocer una encina no es necesario que un piara paste bajo sus ramas sino que podemos observar el color gris del envés de sus hojas consecuencia de la pilosidad, unas bellotas que no pinchan, como en los alcornoques pero al tocar la dura corteza podremos descartar que sea un Quercus suber.
Quercus ilex
Cuando hablamos de la coscoja lo hacemos de Quercus coccifera, un arbusto de hoja perenne que crece en los bosques mediterráneos. Tradicionalmente se ha usado su madera como combustible y la corteza como materia primera para la obtención de tinte negro. Las hojas son de color verde brillante por las dos caras y la cúpula del bellota pincha.
Quercus coccifera
Otoño al desnudo
Cuando nos hablan de robledos son diversas las especies que pueden dar lugar a estas formaciones arbóreas. Entre ellas encontramos al roble común o Quercus pedunculata que alcanza los 40 metros de altura y el bellota del cual tiene, como su nombre indica, un pedúnculo. También Quercus humilis, que es un roble con hojas y frutos pilosos y no suele superar los 20 metros.
Este mes de junio el protagonista del Jardín ha sido un Quercus macrocarpa que se levanta imponente ante las veraniegas flores de color lila que los Agapnathus muestran por estas fechas en toda la ciudad, aunque en el Jardín florecen una o dos semanas más tarde.
Agapanthus africanus. Imagen de https://www.flickr.com/photos/andy_holt/
El nombre macrocarpa se debe de a sus grandes frutos, glans de unos 5cm que encara no se han desarrollado por completo, en caso contrario no os recomendaríamos su visita… No queremos lesionaros con una bellota de 5cm que cae desde 30m de altura.
Hoja de Roble de Frutos Grandes (Quercus macrocarpa)
Fueron el verde tierno de sus hojas y la sombra refrescante las razones para convertirlo en la Planta del Mes. Pero en el Jardín disponemos de un tronco de Roble de Frutos Grandes que murió a causa de una enfermedad fúngica y nos muestra sus anillos de crecimiento. Si decides visitarlo, no olvidas hacer una parada en este didáctico tronco.
Tronco de Quercus macrocarpa junto al Umbráculo del Jardín Botánico de la Universidad de Valencia
Vestido de amarillo
La marcescencia es un proceso intermedio, es decir, las hojas se secan pero no se desprenden del árbol. Quercus faginea, la hoja del cual se asemeja a la hoja de una haya (Fagus sylvatica, de aquí el nombre de faginea), lobulada pero con picos. Fructifica en septiembre y las bellotas son de color marrón amarillento. También recibe el nombre de Quercus valentina o roble valenciano.
Quercus faginea
¡Porque queremos muchos!
En 2011 el Jardín Botánico de la Universiadad de Valencia dedicó la campaña divulgativa anual a los bosques, Tresors de la Natura, el cudríptico del cual sigue disponible en papel y también online en a http://www.jardibotanic.org/culturaicomunicacio.php?t=publi&id=68. El año pasado los árboles fueron protagonistas bajo un prisma más místico con la campaña l‘Herència dels Arbres. Hace unos diez días que la FAO lanzó un titular en el cual defendía la transición de una gestión de conservación de los bosques basada en los árboles a otra basada en las personas y en la explotación sostenible de los recursos.
Imagen de https://www.flickr.com/photos/trellat/
Los árboles y los bosques siempre ocupan temas de actualidad como la sostenibilidad, la deforestación o el cambio climático pero también copan blogs sobre ocio verde y protagonizan historias fantásticas. 2014 ha sido declarado Valencia, un año de Árboles (http://portaldelarbol.org/) que ofrece en la ciudad para divulgar la cultura del árbol. Desde congresos a paseos en bici por la cama del río entre ejemplares únicos. Disfruta del verano a la sombra de un buen Quercus, di que eres dendrofílico, que no es ningúna enfermedad y desea que haya tantos como boinas de bellota.
Imagen de cabecera de: https://www.flickr.com/photos/pelegrino/