Artistas que se esconden en el Jardín
Para vuestra sorpresa, estas artistas tienen raíces en lugar de piernas y darán su vida por lograr la coloración perfecta. ¡Tania Company, nos presenta las plantas tintóreas!
Sí, os hablo de plantas tintóreas, usadas desde tiempos ancestrales por infinitas civilizaciones alrededor del mundo. Estas virtuosas tienen un lugar especial en el Jardín Botánico y esperan impacientes vuestra visita. ¡Enfilad vuestra mochila y venid a conocer el apasionante mundo de las tinturas vegetales!
Un poco de historia
Las tinturas naturales fueron, hasta el siglo XIX, las únicas fuentes de color del hombre. Con ellas se tiñeron diferentes tejidos, la piel, la madera, el cabello o incluso la comida.
Tinturas con Isatis tinctoria, corteza de Granada y Rubia tinctorium sobre un tejido de algodón
En diferentes épocas y desde diversos lugares del mundo como Mesopotamia, Grecia y Egipto los alquimistas se interesaron por este fenómeno y comenzaron sus experimentos para descifrar el misterio, considerado a veces como mera brujería. Y no fue tan fácil…
Llegada la invención de la química moderna, y con muchos de estos misterios todavía sin resolver, la continua investigación desembocó en la invención de las tinturas sintéticas. Todavía en nuestros días, sigue la búsqueda para comprender algunas de las proezas de estas plantas.
Colección de plantas tintóreas en el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia
Y es que la tintura es el resultado de la fijación de una molécula vegetal en un tejido y estas moléculas son poco afines a las fibras textiles. Así que el verdadero responsable de todo esto es el adyuvante que se necesita para fijar la tintura, el cual tiene el poder de cambiar incluso el color del resultado final!
El porqué del como
Nuestras artistas no dibujan así como así, son muy exigentes y necesitan de unas condiciones muy particulares. Sus demandas forman parte de los secretos más bien guardados de los tintoreros. Pero no os preocupéis, yo me he enterado de algunos de esos secretos y os los voy a contar…
Para identificar el potencial tintorial de una planta no basta con fijarse en su color. Al contrario, la mayoría de las veces obtendremos un color que no esperábamos en absoluto o que probablemente, desaparecerá tras el lavado. Además, el resultado final dependerá del adyuvante, técnica y tejido utilizados.
La tintura directa es la más simple e inusual, en este caso particular las moléculas vegetales son capaces de fijarse al tejido sin ayuda de adyuvante (o mordiente, en vocabulario tintorial). Así que solo tendremos que realizar un baño en el que introduciremos el tejido y la parte tintorial de la planta y los calentaremos a la temperatura correspondiente, enjuagando y dejando secar al final del proceso. Esta técnica funciona con la cúrcuma, el cártamo y algunos líquenes.
Baño de tintura bien artesanal
La tintura en cuba, se utiliza para la teñir en Indigo. En una cuba se calientan el extracto vegetal, el tejido y los compuestos químicos necesarios para crear un medio alcalino. No os decepcionéis si veis un color verde, porque cuando pongáis a secar vuestro tejido, el contacto con el oxígeno del aire lo transformará en azul… Como por arte de magia!
Por último, la tintura con mordiente es la más común y compleja a la vez. Como hemos dicho antes, no es común conseguir fijar una tintura a un tejido sin la ayuda de un mordiente… Pues bien, en esta técnica debemos preparar el tejido, para que esté dispuesto a recibir la tintura, mezclándolo con una sal metálica. A este proceso se le llama ‘baño de mordentado’ y es el responsable del resultado final.
Las plantas y sus matices
Ha llegado la hora del cotilleo! Os voy a contar un poco sobre el recorrido artístico de nuestras protagonistas.
Carthamus tinctorius L., la delicadeza hecha flor
La flor del Cártamo, que tiñe de un color cereza, fue considerada por diversas civilizaciones como ‘la tintura más fina, bonita y delicada que un tintorero podía obtener’. Esta Asterácea, proveniente de India y Oriente Medio, no existe en el estado silvestre en Europa pero ha sido cultivada desde tiempos ancestrales.
Flor de Carthamus tinctorius, imagen de Marcus Winter
Coreopsis tinctoria Nutt., amarillo poético
La flor del ‘Ojo de poeta’ además de tener un precioso nombre, tiñe en colores vivos amarillos y anaranjados. Esta planta proviene de Canadá, México y Estados Unidos.
Coreopsis tinctoria, imagen de Tania Company
Genista tinctoria L., la amante secreta del Índigo
La Retama de tinte ha sido utilizada en cooperación con el Indigo para obtener hermosos verdes. Esta planta, comúnmente extendida en Europa, fue uno de los pocos recursos de la gente pobre en Bristol alrededor del siglo XIX, los cuales la recolectaban para venderla a los tintoreros.
Genista tinctoria
Rubia tinctorum L., rojo pasión
La Rubia roja fue la única alternativa, durante mucho tiempo, al rojo obtenido con la cochinilla. La parte utilizada es la raíz, llamada ‘alizari’ en los países Mediterráneos, y se recolecta en otoño. Igual que muchas otras rubiáceas tiñe en diferentes matices de rojo.
Raíces de Rubia tinctorum. Imagen de herb-education.eu
Isatis tinctoria L., relajante color pastel
Cómo olvidar el Isátide, responsable del famoso color pastel! Las hojas de esta planta fueron el único recurso de tintura azul en Europa hasta el siglo XVI cuando el Indigo, proveniente del Lejano Oriente, se puso en el mercado.
Hojas de Isatis tinctoria. Imagen de www.nudiejeans.com
Y hasta aquí el viaje de las tinturas vegetales alrededor del mundo. Yo creo que ya os he contado demasiados secretos, para conocer más tendréis que venir al Botánico de la Universidad de Valencia este otoño. Flores, hojas, raíces… ¿no os pica la curiosidad?