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2 Dic 2022

Árboles de navidad, una tradición con mucha historia

Arbre nadal
Arbre de Nadal./pixabay.com

Cuando llega diciembre, todas las casas se llenan del mítico icono de esta época del año: el árbol de Navidad. Pero, ¿de dónde viene esta tradición? ¿Ha sido siempre así? ¿Tiene algún significado? ¿Qué simboliza? ¿Qué especies se utilizan realmente? ¿Por qué se empezaron a utilizar los artificiales? A través de un recorrido por diferentes culturas, descubrimos su historia y entendemos el significado de este reconocido elemento decorativo.

Su origen

Desde tiempos inmemoriales, los árboles han sido considerados como símbolos de fertilidad y regeneración, pero el origen de los árboles navideños se remonta a la Alemania de 1605 y está estrechamente vinculado con el cristianismo, aunque se cree que fueron estos quienes adoptaron una tradición pagana ya existente, pues los pueblos europeos ya decoraban antaño robles con flores, frutas o velas para asegurar una buena vegetación. No obstante, existen multitud de leyendas que hablan de su origen, pero una de las más sonadas es la del roble de Thor.

Se cuenta que en la región de Hesse, en la Alemania del siglo VIII, existía una tradición en una comunidad pagana para honrar a Thor, el dios del trueno. Esta consistía en realizar un sacrificio humano durante el solsticio de invierno, alrededor de un enorme roble sagrado que era conocido como el Roble del Trueno. San Bonifacio, un beato alemán que pasaba por allí predicando la palabra de Dios, se encontró con el ritual en pleno apogeo, y escandalizado, con el fin de detenerlo y poner fin a tal atrocidad, decidió talar el gran árbol.

Bonifacio supervisando el talado del Roble de Thor, en una pintura de 1737 en la iglesia de san Martí de Westenhofen, en Schliersee, Alemania./ Wikipedia

Los lugareños se quedaron perplejos ante tal desenlace de los acontecimientos, pero todavía más cuando el misionero, tras leer el Evangelio, depositó en su lugar un abeto y lo adornó con manzanas y velas. Asimismo, señaló que el abeto era un árbol de paz que representaba la vida eterna ya que sus hojas perennes siempre estaban verdes y porque su copa apuntaba al cielo. A partir de este momento, durante la festividad de Navidad se comenzó a talar abetos para poder decorar las casas y con el paso del tiempo y a lo largo de la Edad Media, esta costumbre se expandió hasta llegar a América y así terminar llegando a todos los rincones del mundo.

La llegada de las luces

Son dos ciudades bálticas las que compiten por el mérito de haber sido las primeras en encender el árbol de Navidad en una plaza pública: Tallin, la capital de Estonia, en 1441; Riga, la capital de Letonia, en 1510. En Alemania sucedió en 1605 y cuando se terminó convirtiendo en tradición, la familia Hannover la exportó a Gran Bretaña. En España tardó un poco más en llegar, y no sería hasta el siglo XIX cuando la princesa Sofía Troubetzkoy, viuda de un supuesto hermanastro de Napoleón Bonaparte, se casó con el aristócrata español José Osorio y en Navidad colocó el primer árbol navideño en el Palacio de Alcañices de Madrid.

En relación con las luces que adornan el árbol, también existen algunas leyendas. La primera de ellas le atribuye a Martín Lutero la primicia de decorarlo así, según se cree porque quedó fascinado al vislumbrar las estrellas en el cielo a través de las ramas de un abeto y se propuso esa Navidad tratar de imitar el efecto con velas. Otra historia que envuelve el misterio de las luces cuenta que en la plaza de la ya citada Tallin llegaron unos comerciantes que celebraron y bailaron bajo el árbol para finalmente terminar quemándolo.

Mercado de Navidad en Tallin./Marit & Toomas Hinnosaar

Fuera como fuese, ya sea a raíz de la luz del fuego, o de las estrellas, se comenzaron a iluminar los árboles, primero con velas y finalmente, gracias al invento de Edward Johnson, en 1882, con electricidad. Ello lo hizo mucho más seguro porque con las velas se producían muchos incendios accidentales y las compañías de seguros habían dejado de cubrirlos. Fue todo un avance, y a día de hoy pocas personas podrían concebir una Navidad sin luz.

Buscándole un significado

El significado del árbol de Navidad depende también de numerosas culturas que le han ido acuñando una interpretación u otra. Si nos centramos en la más cristiana, las luces simbolizan la esperanza que el nacimiento de Jesús trajo consigo mismo, y la costumbre de llenar el árbol de regalos vendría a significar que los árboles proporcionan cuantiosos bienes. También se suele relacionar con el árbol de manzanas del Paraíso al que fueron a parar Adán y Eva. Los antiguos paganos occidentales, por su parte, tenían costumbre de emplear los árboles de hoja perenne para simbolizar la vida eterna, rindiéndoles culto y honrándolos.

De cualquier manera, la tradición ha ido evolucionando y cambiando, y con el tiempo, las velas y manzanas han derivado en luces y adornos de lo más variopintos. El papel de los regalos traídos bajo el árbol por Papá Noel o Santa Claus ha cobrado especial fuerza y el significado de la magia  de lo que sucede la noche del 24 de diciembre bajo el árbol también ha conmutado a una interpretación un tanto más material, pero lo que se ha mantenido es siempre la ilusión que se crea debajo o en las proximidades de sus ramas.

Arbol de Navidad decorado./freepik.es

El árbol artificial

En Australia, Reino Unido o Estados Unidos, todavía se continúa talando un árbol natural para utilizarlo de árbol de Navidad. No obstante, en la mayoría de lugares se emplean más los árboles artificiales, evitando así tener que talar el árbol. El invento de estos árboles se le atribuye a un ex piloto de la Segunda Guerra Mundial llamado Si Spiegel, quien un día, mirando un escaparate, se dio cuenta de que los árboles naturales tenían más inconvenientes que ventajas, y al ver tras la vidriera un árbol sintético, pensó que el famoso árbol de Navidad también podría sustituirse por uno artificial. Dio rienda suelta a la idea, y aunque poca gente apostó por ella, resultó ser un éxito.

Árboles de Navidad decorados /www.abc.es

Quizá sin ser consciente de ello, pues el aviador buscaba enmendar desventajas como su peso o la facilidad con la que se ensuciaban, diseñó una medida sostenible que evita tener que talar estos árboles de hojas perennes para lucirlos solo durante la festividad, a pesar de que en muchos países todavía se siga manteniendo la tradición. Al ser reutilizables, se pueden emplear año tras año para amortizar así su huella ecológica cuidando en el proceso el medio ambiente.

Especies navideñas

Los árboles de hoja perenne son aquellos cuyas hojas pertenecen verdes durante todo el año, y al no perder prácticamente follaje con la llegada del frío y del invierno siempre han sido ideales para decorar en Navidad. En cuanto a su especie, existen varias, pero podrían englobarse en coníferas de abetos y pinos. Algunas de las más habituales son el Abies pinsapo, la Picea excelsa y el Abies Normandiana. El Ilex aquifolium, más conocido como el acebo, es una planta muy navideña junto con la Euphorbia pulcherrima (flor de pascua) y el Viscum album (muérdago).

A la izquierda ejemplar de Abies pinsapo, a la derecha de Picea excelsa./ Wikipedia

Sin duda, las plantas y los árboles son parte de la Navidad y desde hace multitud de décadas, han formado parte de considerables celebraciones y festividades, siendo todo un símbolo de buenas promesas. Desempolvar y decorar el árbol de Navidad en familia durante el puente de la Constitución (o incluso antes) es una tradición que sigue conservándose en los hogares siempre que llega el mes decembrino, y aunque su origen no queda del todo claro por la multitud de leyendas que se han trazado a du alrededor, es sin duda un momento único para compartir y disfrutar de la magia que siempre trae consigo la Navidad.

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Estudiante de Periodismo de la Universitat de València, intento de escritora y amante de las historias.
Curiosa por naturaleza, perfeccionista y sentimental. Si pudiera ser un árbol, sería un olivo. No sé ser breve y no concibo la vida sin chocolate, sin abrazos y sin libros. Colecciono recuerdos porque me asusta lo efímero y me gustan las historias donde las mujeres se salvan a sí mismas.
extern Colaborador Externo
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