Teofrasto, de Lesbos a la botánica
¡Estrenamos bloguero! Marcos López nos acompaña a la Grecia Clásica para presentarnos a personalidades de la Antigüedad como Aristóteles, Teofrasto, Plinio el Viejo y Dioscórides quienes contribuyeron en diferentes aspectos a desarrollar parte de la disciplina que hoy en día conocemos como botánica. Hoy hablamos de Teofrasto.
El filósofo griego Teofrasto nació en Eresos, la isla de Lesbos, alrededor del año 371 a. C y estudió en la Academia de Atenas. Tras la muerte de Platón (427-347 a. C), se convirtió en discípulo de Aristóteles (384-322 a. C), quien tras su fallecimiento le legó sus trabajos y lo nombró su sucesor en el Liceo, que él mismo había fundado alrededor de los años 334/335 a.C.
Platón. Teofrasto, desués de la muerte de Plantó (427-347 a. C) se convirtió en el discípulo de Aristóteles
Según ciertos testimonios, su verdadero nombre era Tirtamos, pero Aristóteles lo cambió por el nombre por el que históricamente se le conoce, el cual presenta el significado “de habla o estilo divino”. Aunque Teofrasto fue considerado durante mucho tiempo un epígono de Aristóteles, recientemente se ha reconocido su carácter innovador en varios aspectos, especialmente en el campo de la filosofía. Presidió el Liceo hasta su muerte en el año 287 a. C, llevándolo a un período de gran esplendor.
Teofrasto nació en Ereso, la isla de Lesbos, alrededor del año 371 a. C
Teofrasto compartía con Aristóteles el interés por la naturaleza y su estudio. Conocido el primero frecuentemente como “el padre de la botánica”, su relevancia a nivel mundial viene dada en parte por la contribución histórica que supuso la publicación de sus dos obras más destacables en la disciplina: “De historia plantarum” (Historia de las plantas) y “De causis plantarum” (Sobre las causas de las plantas), en las que se recopilan una gran cantidad de datos y una organización del repertorio botánico.
Estrechamente conectadas con la investigación aristotélica, aunque el tema central de ésta era la descripción de la fauna en lugar de la flora, ambas constituyen el primer tratamiento completo de la ciencia de la botánica y por consiguiente la obra más importante en el área temática desde la Antigüedad hasta la Edad Media, e influyeron ampliamente en trabajos de la época renacentista.
De historia plantarum (Historia de las plantas)
Escrita en algún momento entre los años 350 y 287 a. C, se constituye en un total de diecisiete monografías, las cuales clasifican las plantas en base a la forma de reproducción, su distribución, su crecimiento y sus aplicaciones prácticas tanto en el contexto alimenticio como el medicinal. Su contenido se encuentra dividido en un total de nueve libros, originalmente diez aunque el último no se conservó, versando cada uno de ellos sobre uno o varios temas.
Templo griego
El primero, “Partes de las plantas” estudia su anatomía incluyendo hojas, flores, amento, frutas, semillas, raíces y madera. Las plantas se clasifican aquí en árboles, matorrales, herbáceas perennes y hierba. En el segundo trata la reproducción de las plantas, y momentos y formas de sembrarlas. Habla de la habilidad de crecimiento espontáneo de las plantas de semillas o de alguna parte vegetativa, mientras que en el tercero, cuarto y quinto aborda los tipos de árboles, distribución y aplicaciones prácticas.
En el tercer libro, Teofrasto afirma que todos los árboles en la naturaleza crecen a partir de una semilla o de raíces, siendo además más fuertes que aquellos cultivados. En el cuarto libro se describen árboles y arbustos de diferentes lugares y hábitats, considerando factores limitantes en la vida de los mismos como enfermedades o daños climatológicos. En el quinto libro se describe la madera procedente de diferentes árboles, así como los efectos del clima sobre la misma y aplicaciones como su utilización en carpintería o en la construcción de barcos y casas.
Arbustos y plantas espinosas son el objeto de estudio del sexto libro, que realiza una clasificación en plantas espinosas y no espinosas, y se establece el momento de florecimiento de diferentes especies. Las plantas herbáceas llenan las páginas del séptimo libro en el que Teofrasto afirma que todas las herbáceas pueden crecer a partir de una semilla y describe además variedades de algunas de ellas. Seguimos con los cereales y legumbres, que incluye en el mismo grupo y se establece que tan solo pueden cultivarse por medio de semillas. Teofrasto describe las variaciones en el crecimiento de algunas especies dependiendo de la localización geográfica.
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En el noveno libro, plantas que producen “jugos” útiles tales como gomas, resinas y sustancias aplicables a la medicina. Este libro se constituye como uno de los primeros herbarios desarrollados, considerándose además mucho más simple que otros como el de Nicandro, que vivió a lo largo del S.II a. C, Dioscórides (40-90 d. C) o Galeno (130-210 d. C). Se describen cientos de especies útiles para fines medicinales, incluyendo también su modo de obtención.
Las fuentes utilizadas por Teofrasto para obtener toda esta información fueron observación directa y refleja. “De historia plantarum”, escrito como cabría esperar originalmente en griego, fue traducido al latín por el humanista griego Teodoro Gaza (1400-1475) en 1483 y al inglés por Sir Arthur Hort en 1916.
De causis plantarum (Sobre las causas de las plantas)
En esta obra se describen aspectos tan diversos como las enfermedades que afectan a las plantas, cómo conservar semillas, la transformación de las especies silvestres, su crecimientos y ciertas comparaciones, además de nociones sobre el olor y sabor de algunas plantas. Dividida en seis libros, originalmente se escribieron ocho pero los dos últimos se perdieron, engloba temas como el modo de reproducción y propagación de las plantas, incluyendo técnicas de injerto. Se examina el crecimiento de diferentes individuos y cada una de sus etapas.
Teofrasto y Historia plantarum. Imagenes de Wikipedia
En el segundo tomo se explican los cambios en el ambiente que padecen las plantas en relación a la meteorología y la climatología, incluyendo la observación de que el crecimiento de las plantas en poblaciones densas se reduce. Se describen también la influencia del suelo y de plantas cercanas, mientras que en el tercero estos cambios se refieren a los sufridos por las plantas a causa del cultivo. Describe cómo elegir el suelo adecuado, el espacio que debe haber entre cada árbol, la elección de abonos y cómo eliminar las malas hierbas. También destaca la importancia de sembrar en la época correcta incluyendo algunas enfermedades en los cereales.
En el cuarto libro escribe sobre el origen y propagación de los cereales, en el quinto, de las Influencias naturales y artificiales sobre el crecimiento vegetal, enfermedad y muerte, y en el sexto, del olor y sabor de las plantas.
Y también otras materias
Pero Teofrasto también destacó en disciplinas como la filosofía, la ética, la geología, la física y la psicología con numerosos y diversos trabajos como “Caracteres”, de gran influencia en clasificaciones posteriores de caracteres y tipos psicológicos o “Las opiniones de los físicos”, muy importante en cuanto a la historia de la filosofía antigua.
Aunque es cierto que gran parte de ellos se perdieron y los conocimientos que se tiene de los mismos provienen principalmente de autores posteriores como Alejandro de Afrodisias, cuya vida (aunque se desconocen las fechas exactas) transcurrió entre finales del S.II y principios del S.III d.C, y Simplicio de Cilicia (490-560 d.C).
Plinio el Viejo. Clic para saber más
Tras su muerte, los atenienses le honraron con un funeral público y Estratón de Lámpsaco se convirtió en su sucesor en la dirección del Liceo. Como cabría esperar, su legado es muy amplio. Por ejemplo, en relación a “Caracteres”, la forma y el estilo de sus personajes fueron imitados por escritores franceses e ingleses de los S.XVII y XVIII.
Hoy en día, “De historia plantarum” es reconocido como el primer gran trabajo botánico de Teofrasto, y éste como el primer verdadero botánico en la historia. Se piensa incluso que Plinio el Viejo (23-79 d.C), bastante más conocido en la cultura general que el propio Teofrasto, utilizó una parte importante de su obra en la consecución de sus trabajos.
También se considera que lo actualmente conocido como taxonomía de las plantas empezó realmente con dicha obra, mucho antes de la taxonomía moderna desarrollada por Carlos Linneo (1707-1778). Por todo esto, Teofrasto se recuerda y recordará siempre como el autor de la primera clasificación de plantas conocida en la historia de la humanidad.