Vacaciones de mar y montaña

El Centre Excursionista de Valènciaentre Excursionista de València nos presenta en Espores el programa de viajes para el verano. ¿Te apetece viajar por el norte de la península? ¿O simplemente de huir del agobiante calor ? Ahora es buen momento para planificarte.

Además de las actividades habituales para jóvenes y socios, básicamente los campamentos, el CEV organiza dos actividades vacacionales para el público en general con la naturaleza como elemento principal. Una es un viaje a Cantabria, del 1 al 9 de agosto de carácter cultural, con excursiones suaves y playa, y con el propósito de conocer las tierras cántabras teniendo como base la maravillosa ciudad de Santander.

Santander. Vista aérea de la península de la Magdalena

La otra actividad es una estancia de 6 días en las montañas de Andorra, con un programa de excursiones de nivel medio para pisar las montañas y valles más atractivos, con alguna visita cultural para relajarse, teniendo la base en un lujoso hotel de la localidad de Soldeu.

Una escapada a Cantabria

“Santander eres novia del mar que se inclina a tus pies y sus besos te da. Santander las estrellas se van pero vuelven después en tu cielo a brillar. Yo también dejaré, en tu bahía, un recuerdo en mi vida que jamás borraré. Santander al marchar te diré: guarda mi corazón que por el volveré.”

Playa Merón. San Vicente de la Barquera

Hace muchos años, Jorge Sepúlveda glosaba así las maravillas de Santander y su bahía. Santander, la perla de Cantabria, el puerto de mar que Castilla se agenció durante la dictadura, no eligió mal. La península de la Magdalena, el Jefe Mayor, la playa del Sardinero o el Paseo de Pereda son tantos los tesoros que nos esperan en Santander que turistas de todo el mundo la tienen en sus agendas para ir algún día, y ese día ha llegado también en la agenda del CEV.

Pero además de Santander, nos ofrece una colección interminable de lugares, cada uno de los cuales es suficiente motivo para hacer un viaje. Es evidente que no podremos ver todos, pero hemos intentado seleccionar algunos de los mejores para nuestro viaje, sin olvidarnos de que es en verano y habrá disfrutar de tan maravillosas playas.

Vista lateral del Palacio de la Magdalena. Santander.

Desde Unquera hasta Otañes, el encanto de las playas, los acantilados, los miradores y las villas marineras se funden en un mar de sentidos con el Cantábrico de fondo. Es la costa central del norte, un enclave turístico por excelencia, con joyas como la monumental Santander, la histórica Santillana del Mar, la veraniega Laredo, la fortificada Santoña o la pesquería Castro Urdiales, exponentes de una Cantabria llena de lugares por descubrir.

Como contraste de los paisajes costeros, las tierras del interior de Cantabria son agresivas. Las montañas de los Picos de Europa, con sus muelas calcáreas, grutas, barrancos, y con pueblos perdidos construidos en piedra, como Patas o Fuente De, entre iglesias, santuarios y monasterios como Santo Toribio de Liébana. A pesar de todo, no hay que olvidar la recompensa gastronómica que nos espera después de un intenso día de vacaciones, los quesos elaborados en las cuevas de la montaña, o las habas, son ejemplos bien conocidos.

Una escapada a Andorra

El Principado de Andorra ocupa uno de los tramos más cuidados y sosegados de la cordillera pirenaica. A pesar de su popularidad, Andorra es todavía para muchos una tierra para descubrir, sobre todo el Andorra natural, una parte tranquila, limpia, silenciosa, con ríos claros, cielos amplios, altos y azules; con bosques, flores e inmensas praderas que en verano son testigos de atardeceres y salidas de sol de verdadera leyenda.

Andorra

Andorra es reconocido como el país más antiguo de Europa. Ludovico Pío, hijo de Carlomagno ya lo mencionó como territorio autónomo los años 805 y 819 en dos pergaminos, y podemos afirmar que desde tan remotos tiempos, su forma de gobierno ha cambiado muy poco.

San Joan de Caselles. Andorra. Imatge de Groundhopping Merseburg

De esta antigüedad se puede encontrar constancia en numerosas restos históricos, antiguos caminos ganaderos o de peregrinación, y viejas trazas industriales como la Farga Rossell. Pero fue por la rivalidad entre los señores de Foix y los condes de Urgell como Andorra logró un trato especial mediante un tratado de conciliación que confirmó su carácter autónomo.

Pero han sido sus montañas y los deportes de invierno los que han arrastrado un turismo masivo que en verano deja paso a un turismo tranquilo, relajado y más que nada sostenible, en el que vamos a integrarnos.