¡Un superhéroe botánico!
Nuestra blogger francesa Marine Souxdorf, nos invita a conocer Nantes, una de las ciudades más verdes de toda Europa, a través de sus calles, sus jardines, su ecología urbana y sus proyectos artísticos inspirados en la naturaleza.
Para asombro de los ciudadanos de Nantes (Francia), desde el pasado mes de junio, el suelo de las calles del barrio de Chantenay se ha cubierto de nombres vegetales a través de una serie de graffitis que acompañan a lo que todos conocemos como malas hierbas. Plantas que crecen sobre la acera o entre los muros y a las que un artista con vocación botánica quiso darles protagonismo. Con estos curiosos letreros pretendía que los ciudadanos prestaran más atención a estas pequeñas plantas que crecen en cualquier resquicio, en cualquier rincón, y finalmente lo consiguió. Y es que después de que un vecino del propio barrio colgara fotos sobre sus instalaciones en facebook, su arte botánico ha ido ganando adeptos hasta coger relevancia internacional, aunque en realidad el artista sólo quisiera en un principio cambiar la perspectiva de la gente sin buscar la fama, y es por eso que siempre permaneció en el anonimato.
Y este no es el único superhéroe botánico que podemos encontrar en Nantes, de hecho es una tendencia que cada vez coge más fuerza en la ciudad. Es el caso de los miembros de Guerilla Gardening, que plantan sin permiso semillas en las calles, en huertas abandonadas y en cualquier zona susceptible de cubrirse de verde. Un movimiento del que ya os hablamos en espores y del que podréis encontrar más información aquí.
Pero volviendo a nuestro graffitero misterioso, decir que finalmente su identidad fue descubierta. Se trataba de la artista Frédérique Soulard, nieta de una conocida herborista y narradora de Nantes, que organiza espectáculos en la calle y que había tenido esta idea de los grafitis botánicos con el ayuntamiento de la ciudad, que además ha colaborado subvencionando el proyecto.
Más naturaleza en la ciudad
Iniciativas como éstas no hubieran podido nacer sin los importantes cambios que han habido, en los últimos años, en las políticas de gestión de los espacios verdes de las ciudades de Francia. En enero de 2014, el Parlamento adoptó el “zéro phytosanitaire” que prohíbe los pesticidas en los espacios verdes. Una ley ecológica que rienda suelta al crecimiento de las plantas silvestres cambiando su visión como malas hierbas.
¿Pero esta legislación es viable? Pues parece ser que sí, ya que hoy en día hay ya un 40% de ciudades francesas que lo han conseguido y no utilizan ya pesticidas en el mantenimiento de sus espacios públicos, aunque sin duda Nantes destaca sobre todas ellas como un ejemplo a seguir en cuanto a ecología y naturaleza urbana.
La capital de los Países del Loira es la mejor alumna del Estado ya que ha conseguido establecer el zero phyto en un tiempo récord y no sólo en los espacios verdes, sino también en otros lugares como los cementerios, favoreciendo el crecimiento de estas plantas oportunistas por toda la ciudad. Mucha gente podría pensar que estas hierbas son antiestéticas o que dan sensación de dejadez, pero en Nantes saben que actúan contra la contaminación y atraen muchos insectos útiles propios de la primavera, como las mariquitas y mariposas, y por eso adoptaron el eslogan Vive les mauvaises herbes! (¡Viva las malas hierbas!). En 2013, La Comisión Europea eligió a Nantes como la capital verde europea del año, para premiarla por sus medidas innovadoras y eficaces para mejorar la vida urbana, siempre teniendo en cuenta la el respeto y la integración del medio ambiente.
La ciudad de los jardines
Además, si paseamos por la ciudad como turistas, podemos constatar que Nantes es una ciudad muy verde, porque está repleta de jardines públicos, donde podemos caminar y disfrutar de las exhibiciones temporales. Hoy en día, cuenta con nueve jardines públicos, cada uno con alguna singularidad que lo caracteriza, varios jardines familiares o compartidos, y el Jardín Botánico conocido allí como El Jardín de las Plantas.
Jardin des plantes, Nantes. Foto: © Jean-Dominique Billaud – Nautilus
No os perdáis el Parc de la Beaujoire con una rosaleda que acoge unas 1.600 variedades diferentes de esta flor y además única por su concepción original, o el Parc de la Gaudinière que ofrece paseos por la orilla de varios ríos. También encontramos jardines originales por su emplazamiento, como el Parc des Chantiers, localizado sobre una antigua obra, el Parc de Oblates que era un convento en el siglo XIX y el Cimetière Parc que es un cementerio.
Parc de la Beaujoire/Parc de la Gaudinière
Otros jardines curiosos y con diferentes actividades para realizar en familia son, por ejemplo, el Parc du Grand Blottereau donde podemos descubrir cinco jardines distintos en él, uno por cada continente, el Parc de la Chanteri que tiene una granja para enseñar a los niños como viven los seres vivos, o si no podemos participar de las barbacoas colectivas que se organizan en el Parc de Beaulieu donde además los jardineros no intervienen los espacios y dejan que la naturaleza cree su propio paisaje.
Cimetière Parc/Parc de Oblates
Y como decíamos, Nantes también tiene su propio Jardín Botánico, un espacio de 7 hectáreas que antes era el jardín de los apotecarios y que fue diseñado en su mayoría por el botánico Jean-Marie Écorchard. Caminando por este jardín podemos descubrir, entre otras cosas, una amplia colección de camelias, que son el símbolo de la ciudad; un cultivo de plantas epífitas que crece sobre otros vegetales pero sin llegar a parasitarlos; o una escuela botánica donde crecen plantas del Macizo Armoricano. Este Botánico es uno de los cuatro mayores jardines de Francia y recibe mile de visitantes cada año para ver sus colecciones de magnolias, camelias y plantas amenazadas, así como sus conocidos invernaderos.
Exposición de Claude Ponti, Jardin de les plantes
Este Jardín Botánico también acoge actividades y exposiciones muy variadas como por ejemplo la exposición Métamorphose ou re-création, l’avis des plantes de Claude Ponti. Un famoso escritor y dibujante de literatura infantil y que da vida a sus creaciones imaginarias en el jardín, recreando personajes animados hechos con flores, dentro de macetas o dormidos sobre el césped. Un placer para los sentidos que hará las delicias de los más pequeños, pero también de sus padres.
No hay tiempo para aburrirse
Aunque Nantes destaca por ser una ciudad muy verde, también tiene muchas otras riquezas. Primero, en la isla de Nantes, se encuentra la instalación de Les Machines de l’Île (Las Maquinas de la Isla), cuyo éxito no necesita ser demostrado. Se trata de un proyecto artístico de François Delarozière y Pierre Orefice, con el que han conseguido crear un mundo animal de lo más pintoresco a base de esculturas mecanizadas. Inspirado en Julio Verne y Leonardo da Vinci, esta iniciativa nos invita a dar una vuelta a lomos de un elefante mecánico o en tiovivo acompañados por criaturas acuáticas de madera.
Y además tan sólo dando una vuelta a pie o en bicicleta por la calle descubriremos la naturaleza artística de la localidad, porque desde 2007, Nantes y Saint Nazaire una serie de obras callejeras para que todo el mundo pueda disfrutarlas. En este proyecto, llamado “el arte del Estuario”, podemos descubrir una casa zozobrando en el Loira o niños jugando al baloncesto con un árbol de 5 aros.
Después, podemos enlazar con una ruta más histórica, visitando los diferentes monumentos históricos que salpican Nantes, más de 120 distribuidos por toda la ciudad. El más famoso y más visitado es el Castillo de los duques de Bretaña, que fue el hogar del duque François II y de la duquesa Anne, pero que también fue fortaleza real, la sede del gobernador, una cárcel y finalmente un cuartel. Y es que tiene monumentos históricos para todos los gustos, desde basílicas y catedrales como la Catedral de Nantes, hasta el Museo de Bellas Artes, incluyendo edificios más originales como el antiguo observatorio astronómico de los soldados de infantería de la marina.
Y por supuesto, no podemos viajar hasta una ciudad francesa y no probar la gastronomía local, y más si hablamos de esta región que es bastante potente en la industria agroalimentaria. Aquí podremos disfrutar del vino blanco del territorio, el “Muscadet”, con el que se fabrica además un tipo de mantequilla blanca muy conocida, y probar de postre el pastel nantés con almendras y ron. Pero la mejor manera de descubrir la gastronomía regional es sentarse en alguna de las mejores y más originales mesas de Nantes, todas recogidas en el sitio www.lestablesdenantes.fr, como es el caso de Le Nid (El Nido), donde comeremos sentados sobre huevos de cigüeña en el 32º piso de la Tour Bretagne. ¡Toda una experiencia!