Inspiración natural: DIY, ¡con corcho! (I)
¡Volvemos con los DIY! Y esta vez con un proyecto para la vuelta al cole. Déjate llevar por el afán organizador de Baladre Crafting Creativity y aprende a usar el corcho como elemento decorativo. ¡Amarás a Quercus suber!
Después de las vacaciones más largas del año toca volver a empezar curso, volver a la rutina y los horarios… Justamente esto me ha llevado a pensar en los tradicionales tableros de corcho donde se colgaban las notas de las asignaturas o los propósitos que se desean alcanzar a lo largo del curso.
Y, así pues, en lo que respecta a decoración, el tablero de corcho se reinventa y sale de lo normal para, además de continuar cumpliendo su principal utilidad, formar parte de la decoración de las paredes. ¿Te atreves a darle un aire nuevo a las tuyas? ¡Ponte manos a la obra este septiembre y tendrás un tablón de corcho original y una pared redecorada!
Pero primero, ¿qué es exactamente el corcho?
El corcho es la corteza de los alcornoques (Quercus suber), un tejido vegetal que en botánica se denomina felema y que recubre el tronco del árbol. La corteza los protege frente a las condiciones extremas del clima mediterráneo, como son la sequía, las altas temperaturas estivales y los incendios.
Quercus suber. Sierra de Espadán
Está constituido por células muertas cuyo interior se llena de un gas similar al aire. Ese gas constituye casi el 90% del corcho, de ahí su levísimo peso y su compresibilidad. Las paredes de esas células, que son como minúsculos compartimentos estancos, están constituidas fundamentalmente por suberina y cerina, substancias que lo hacen bastante ignífugo, muy flexible y prácticamente imputrescible.
El corcho es, pues, un material extraordinario, de propiedades únicas. Es un producto completamente natural, renovable y biodegradable. Por ello, su producción no produce ninguna contaminación ni perjuicio al ecosistema del que se extrae, ya que se obtiene por descortezamiento del alcornoque, sin cortar ningún árbol y esa “cosecha” se realiza cada 9 a 12 años.
Cada año, crece una nueva peridermis formada por anillos que crecen de dentro hacia fuera del alcornoque- que se superpone a las más antiguas, formando así esta corteza. El corcho puede presentarse en bruto, como producto directo de la extracción de la corteza del árbol o elaborado para su utilización en diferentes áreas.
¿Cómo se obtiene el corcho?
La extracción del corcho del alcornoque es lo que se denomina descorche o ‘saca del corcho’. Esta saca se hace en la fase más activa del crecimiento del corcho, entre mediados de mayo y junio hasta mediados/finales de agosto, cuando el corcho puede ser separado del árbol sin dañarlo. En esta época los trabajadores denominados corcheros o peladores extraen la corteza del alcornoque cortando con un hacha y uniendo las grietas verticales del corcho, así retiran lo que se denomina planchas de corcho o la pela del alcornoque.
¡Hasta que el árbol no tiene aproximadamente 25 años no se le puede extraer por primera vez el corcho! Aunque este dato depende mucho de las condiciones climáticas durante su etapa de crecimiento. Más que la edad, el parámetro a medir es cuando el árbol tenga una circunferencia altura de pecho (CAP) de 70 cm y una altura de 1,30 m. Este primer corcho se denomina bornizo, y es válido solamente para la elaboración de elementos decorativos y aislantes, ya que es muy complicado separarle la fina corteza leñosa externa de color grisáceo, por lo que no se puede utilizar para aglomerados de uso alimentario (por ejemplo tapones de vino), dado que no sería 100% corcho.
Tras esta primera saca se puede sacar corcho cada nueve años, dependiendo de la calidad de estación y el corcho no vale para tapones hasta el tercer descorche. Haciendo cálculos, en ese momento, el árbol tiene unos 40 años. Como los alcornoques pueden vivir unos 170 o 200 años, pueden dar corcho para tapones unas 14 o 15 veces.
El descorche del alcornoque es un proceso ancestral que debe realizarse por profesionales y se ejecuta en 6 etapas. La primera, abrir: se golpea el corcho en sentido vertical escogiendo la hendidura más profunda de las ranuras de la corteza. Al mismo tiempo, se va ladeando el filo del hacha para separar la plancha del entrecasco o entrecorteza.
Después, separar: justo después, se separa la plancha a través del corte de hacha entre la parte interior de la plancha y el entrecasco. Luego se ejecuta un corte ladeando el hacha entre el tronco y el corcho que se pretende separar para a continuación trazar con un corte horizontal delimitando el tamaño de la plancha del corcho que se sacará y la que se quedará en él.
Acto seguido, se extrae la plancha del árbol para no partirla. Cuanto más grandes sean las planchas, más aumenta su valor comercial y, por tanto, mayor debe ser la destreza y la habilidad de los descorchadores. Una vez se retira la primera plancha, se repite esta operación para dejar desnudo todo el tronco.
Láminas de corcho. Imatge de Antonio. Fuente FlickR
Tras de la extracción de las planchas, se mantienen adheridos algunos fragmentos de corcho a la base del tronco. Para quitar posibles parásitos que queden en la cuña del alcornoque, el descorchador da algunos golpes con el ojo del hacha. Finalmente, se marca el árbol, indicando el año en el que se realizó la extracción.
Después del descorche, las planchas de corcho son apiladas en el bosque o en astilleros dentro de las instalaciones de la fábrica. Todas las planchas se apilan siguiendo reglas propias y muy restrictivas, definidas por el Código Internacional de Prácticas Corcheras – CIPR, para que el corcho logre una estabilización óptima. De acuerdo con el CIPR, el tiempo de reposo de las planchas nunca debe ser inferior a los seis meses y tras este periodo el corcho entra en la cadena industrial.
¿Cómo se fabrica el corcho?
Existen fundamentalmente dos procesos distintos para el tratamiento del corcho. El primero de ellos es el utilizado para la creación del tapón de corcho de las botellas. En este proceso, el corcho es hervido a 100 grados durante aproximadamente una hora, después se deja curar el corcho durante un año. Este corcho una vez curado se hierve una segunda vez, se corta en tiras y se perfora para crear los tapones.
En el segundo proceso, el corcho de peor calidad y los restos de las planchas de buen corcho se limpian, trituran, aglutinan y prensan para obtener un aglomerado de corcho en muy diversas presentaciones: gránulos, planchas, rollos, barras, u otras formas geométricas. Su uso es variado, desde tapones de botellas de peor calidad hasta baldosas para pisos o techos, como material aislante, como junta de estanqueidad, o en paneles ya sean acústicos, decorativos o para pinchar notas.
Las cifras de la industria del corcho en nuestro país
El sector del corcho español se concentra principalmente en tres comunidades autónomas: Andalucía, Extremadura y Cataluña. En este sentido, España tiene 506.000 hectáreas de alcornocales que representan un 25% del total mundial, donde se extraen 88.400 toneladas de corcho que representan el 30% de la producción de corcho a nivel mundial. ¡Toma ya!
Ahora que ya nos hemos centrado y conocemos el corcho a fondo vamos a darle otro uso más y lo vamos reutilizar para que nos ayude a lucir unas paredes así de fantásticas, ¿preparados? ¡Pues vamos allá!
Sin complicaciones, forramos toda una pared de corcho, ¡y listo!
Es la forma más fácil de tener una pared decorada con corcho, placas de corcho para forrar toda una pared, toda una ventaja si quieres darle un cambio radical a una habitación o si la pared que quieres arreglar tiene demasiados defectillos que reparar. Y, ¡oye!, la cosa no queda nada mal. Ahora solo falta lanzarse y atreverse, ¡el resultado te puede sorprender!
El mundo a tus pies… o mejor dicho, ¡en tu pared!
Esta es la decoración que más me ha gustado de todas, ¡me encanta! No he encontrado el DIY paso a paso de cómo realizarlo, pero me imagino que no será nada complicado. Si, por una parte, compras una o varias placas de corcho (según el tamaño del mapamundi que quieras lograr). Por otra parte, imprimes un mapamundi a modo de plantilla y lo dibujas encima de la placa de corcho. Y, finalmente, con un poco de paciencia y un rato bastante largo de estar con una cuchilla recortando el corcho para darle forma a los continentes, ¡lo tienes!
¡Queda genial! Incluso puedes ponerle notitas o chinchetas de los lugares que ya has visitado o a los que te gustaría ir. ¡Precioso! Pero si ves que no, siempre puedes hacerlo al contrario, pintar o transferir un mapamundi a una placa de corcho. ¿Lo ves?
Corcho geométrico en la pared
En algunos establecimientos venden corcho de distintos tamaños y formas. Pues bien, partiendo de este producto, que lo venden como posavasos o salvamanteles, le podemos dar un uso decorativo haciendo la combinación que más nos guste y con resultados así de chulos…
Esta idea es muy fácil de conseguir y como has podido ver los puedes dejar tal cual, a distintas alturas, haciendo un dibujo concreto, jugando con varios tamaños… O pintarlos de diferentes colores para darle un toque más acorde al resto de decoración de la estancia. ¡Todo vale! Pero no lo dejamos aquí porque este DIY tiene segunda parte, ¡hasta pronto!