Un jardín japonés con historia, y con muchas historias

Claudia Cuajardo-Yeo (Flickr)

Desde Vancouver, Canadá, M. José Aguilar no se ha podido resistir a la exuberancia de un árbol en primavera, el cerezo japonés, y la magnificencia de un jardín, símbolo y homenaje a dos culturas: el Nitobe Memorial Garden.  Un nuevo artículo de la serie Botánica inclusiva.

¡Los cerezos son cerezos, y los ciruelos, ciruelos!
¡Cada individuo es una entidad preciada y noble!
¡Avancen por el camino de su misión única,
que es exclusivamente suya!

Daisaku Ikeda (1928, Japón)
Humanista, filósofo y poeta

Como cada año, la vida renace con el solsticio de primavera, las horas de luz superan poco a poco a la noche, produciendo un efecto de pura “vida” a lo que nada ni nadie puede escapar. La naturaleza despierta de su letargo invernal, las señales son muy visibles, llegan las aves migratorias tras su kilométrico vuelo. Se abren las puertas de los hormigueros, emergiendo de las entrañas de la tierra ejércitos de hormigas hacendosas, movidas por un instinto recaudatorio de víveres para la comunidad. Y los árboles se visten con sus mejores y aromáticas galas para asistir al vals del renacer de la vida.

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Cerezo japonés, Prunus serrulata, “Cherry blossom”. /  MªJosé Aguilar.

Sin duda, unos de los momentos más memorables en el calendario florar, es el de la floración del cerezo japonés Sakura  桜 o さくら durante el mes de abril, en el que la población del sol naciente, Japón, disfruta del Hanami  花 que significa, literalmente “ver flores”. Desde la contemplación de la vida en forma flor, pasan una jornada con amigos, familia, colegas de trabajo, degustando agradable comida y bebida, a la sombra del árbol vestido de tul.

Son muchos los puentes que a lo largo de la historia se han intentado establecer entre la costa este y oeste del Pacífico. Una de las personas que tuvo gran influencia en esta empresa fue el Dr. Inazo Nitobe (1862-1933). Humanista, filósofo y autor de Bushido: The soul of Japan (1990), dedicó parte de su vida a establecer relaciones entre Japón y Canadá. Tras su muerte y fruto de estas buenas relaciones, se construyó el Jardín Memorial Nitobe, ubicado en la zona oeste de la Universidad de la Columbia Británica (UBC), Vancouver (Canadá).

02 dibujo nitobeAutora desconocida. Biblioteca Universidad Columbia Británica, Vancouver, Canadá.

Un puente sobre el pacífico: Nitobe Memorial Garden

Un Japonés Jardín en Canadá y no un Canadiense Jardín Japonés
Revista Davidsonia, 1970

A los dos años de la muerte de Dr. Inazo Nitobe, en 1935, en reconocimiento por su trabajo estableciendo afectuosas relaciones entre ambos países, sus amigos de la Columbia Británica y de la universidad deciden crear un pequeño jardín japonés en su memoria. El memorial gira en torno a Kasuga style lantern (escultura en forma de linterna hecha de piedra de granito), enviada desde el país nipón.

03 nitobeNitobe Gardens, memorial, University of British Columbia, Vancouver, BC, Canada. / D. Gordon E. Robertson (Wikimedia).  A la derecha, busto de Nitobe Inazo en UBC. / (Wikimedia).

En 1940, iniciada la segunda guerra mundial, algunos individuos “anti-japoneses” destrozaron el monumento. Eran tiempos muy difíciles para esta comunidad en la Columbia Británica (BC). Así, 20.000 ciudadanos de origen japonés, aunque muchos de ellos eran ciudadanos canadienses, fueron despropiados e internados en campos en BC, Alberta, Manitoba y Ontario.

En 1950, con la Segunda Guerra Mundial terminada y bajo la premisa de cerrar las heridas abiertas entre el pueblo canadiense y el japonés, se restauró el monumento al Dr. Nitobe y se decidió crear un jardín de estilo japonés en el campus de la universidad. La iniciativa fue liderada por el presidente de UBC, Norman Mackenzi (1944-1962), amigo personal del Dr. Nitobe con quien había trabajado en la Liga de las Naciones mientras él era el Secretario General. El gobierno japonés seleccionó para el diseño y seguimiento de las obras del jardín a Kannosuke Mori, arquitecto paisajista de la Universidad de Chiva, Japón. El jardín se emplazó en una de las áreas forestales del campus, al noroeste, que en principio no presentaba peligro alguno por futuras intrusiones de edificaciones. En 1959 se iniciaron las obras y, tras 14 meses, el jardín estaba terminado.

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Plano de Nitobe Memorial Garden. / Davidsonia, 1970.

Un paseo por Nitobe Memorial Garden

El paseo empieza en las rocas. Si los elementos vegetales son importantes en la jardinería, no menos despreciables son las rocas. En este sentido, en el Nitobe Memorial se cuidó hasta el más mínimo detalle. Se extrajeron de diferentes emplazamientos como Lower Mainland, Harrison Lake y Britania Beach, buscando texturas y los colores adecuados para utilizarlas más tarde, en las diferentes estancias que componen el lugar.

Rocas de colores monótonos mezcladas con las más coloridas buscando la policromía para el lago; en el Jardín del Té se utilizaron rocas que provenían de Britania Beach que, como dijo Mori, “son rocas muy luminosas y de aspecto seco ahora, pero cuando los árboles crezcan y formen parte de este conjunto, las personas podrán entender el jardín y deleitarse observando el efecto cromático del conjunto”.

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Cascada en la zona Este del lago. / © MªJosé Aguilar.

Se excavó un foso y los materiales extraídos se utilizaron en otras zonas para crear los volúmenes. De acuerdo con la costumbre nipona, se dejó una isla que más tarde fue unida mediante puentes al resto del conjunto. En el lago se introdujeron 10.000 carpas doradas (Carassius auratus) que llegaron en avión desde Tokio, aunque lamentablemente muchas de ellas sirvieron de alimento para las aves, por lo que se decidió años más tarde introducir la Carpa Koi (Cyprinus carpio koi), de llamativos colores también, para generar el efecto deseado en el estanque.

El agua se renueva constantemente gracias a una cascada en la zona Este, creando movimiento hacia el Oeste donde se ha ubicado el Jardín de los Lirios, constantemente inundado y actuando de filtro verde.

Plantas de aquñi y de allí

En cuanto a los elementos vegetales, algunas especies llegaron desde Japón, como el manzano japonés (Malus floribunda) y el cerezo japonés (Prunus serrulata), aunque Mori creyó interesante utilizar especies autóctonas, sobre todo forestal, de manera que en poco tiempo el jardín diera la impresión de madurez. Entre estas especies se encuentran: abeto de Douglas (Pseudotsuga menziesii), cicuta (Conium maculatum), vine maple (Acer circinatum), arándano (Vaccinium parvifolium), salal (Gaultheria shallon), false box (Paxistima myrsinites), Berberis aquifolium (Mahonia aquifolium), té del labrador (Rhododendron sp) y gayuba (Arctostaphylos uva-ursi).

 05 cerezoVine maple (Acer circinatum), cerezo japonés (Prunus serrulata), disposición de piedras, Este del lago. / © MªJosé Aguilar.

De las linternas

Finalmente, las linternas son, sin duda, de los elementos más notables en este espacio. La más importante es del memorial original de antes de la Segunda Guerra Mundial, pero se han colocado estratégicamente muchas otras de menor tamaño en diferentes enclaves, las cuales también llegaron desde el país del sol naciente. Por ejemplo, la escena de la nieve en la isla, el Jardín del Té, para marcar los caminos, y Kasuga Shape y Lemon Tree Shape, son las otras dos más características.

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Lemon Tree Shape  vista general. / © Mª José Aguilar.

Con todos los elementos minerales, el agua y las plantas, lo último que se construyó fueron los puentes. El más importante o central Earth Bridge, construido según la tradición nipona apilando fardos de madera cubiertos más tarde con arena y grava, el siguiente puente Wooden Bracket y finalmente Yatsu-hashi, en el jardín de los lirios.

Tal y como lo diseñó Mori, el jardín es un constante descubrir, totalmente diferente según la época del año, donde consiguió llenar de magia cada rincón. Significó, sin duda, la culminación de su carrera como paisajista. En 1960 se finalizó el jardín, que sería su última obra (dos años más tarde falleció en Japón). Afortunadamente, supo transmitir su saber a los jardineros y futuros cuidadores del jardín para su perfecta conservación, legado y enseñanzas que hoy día se transmite en la Vancouver Japanese Gardeners’ Association.

07 nitobe flickr kardboard 604Vista general. / Kardboard604 (Flickr).

Poco a poco nos vamos dirigiendo a la salida. El paseo por el Nitobe Memorial Garden llega a su fin, al igual que la explosiva y florida belleza del cerezo japonés que, al ritmo de la lluvia y de los vientos que llegan desde el océano Pacífico, se desprenden de sus flores en una lluvia de pétalos Hanafubuki 花吹雪.

Vemos por última vez la Kasuga style lantern en memoria de Nitobe, donde todo empezó. Siguiendo el camino del guerrero, con rectitud, coraje, benevolencia, cortesía, sinceridad, honor y lealtad, nos despedimos de este emblemático lugar, empapados del buen hacer japonés que el Dr. Inazo Nitobe plasmó en su obra Bushido: el alma de Japón.

Bibliografia

The University of British Columbia. UBC Botanical Garden [en línia]. Consultada el 09/04/2019. Disponible a: https://botanicalgarden.ubc.ca/visit/nitobe-memorial-garden/understanding-japanese-gardens/
[Unknown] (1970). Davidsonia, Volumen 1, Número 2, Nitobe Memorial Garden. Ed. UBC Libraries: Vancouver.

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Licenciada en Ciencias Ambientales por la UPV
Me encanta escalar, el pajareo y los árboles. Nunca recuerdo los autores de los libros que leo y me dan mucho miedo las hormigas porque de pequeña tuve un pequeño incidente con ellas. No entiendo por qué la gente deja basura en los espacios naturales y sueño regularmente que soy un albatros y puedo volar muy alto. Me confieso adicta a la crema de manos.
extern Colaborador Externo
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