El Botánico de Montreal, el corazón verde de Canadá
El Jardín Botánico de Montreal es una de las instituciones botánicas más importantes del mundo. Sus dotaciones, extensión y prestaciones lo equiparan al Kew Garden, considerado el más prestigioso del planeta, y cuenta con una colección de más de 22.000 especies vegetales de los cinco continentes.
En Canadá, ese extenso país de increíbles espacios naturales, no podía faltar un espacio para difundir la conservación de la biodiversidad y participar de la naturaleza. Os presentamos Espace pour la vie, uno de los grandes atractivos de la ciudad de Montreal, en Quebec, que a pesar de su reciente institución se ha consolidado como un gran museo donde acercarse a la ciencia y a la naturaleza a través de cuatro espacios muy diferentes: Biodome, Insectarium, Planetarium y nuestro favorito, el Jardín Botánico.
Y es que, aunque este proyecto se abrió en 2011, el Botánico de Montreal ya formaba parte de la vida de los canadienses desde principios del siglo pasado. Destacamos su magnífico Arboretum y la gran diversidad de jardines temáticos que presenta, con zonas para las plantas autóctonas e invernaderos para las tropicales, pero también bonitos rincones dedicados a las plantas tóxicas, las medicinales, las vivaces, las flores y los arbustos, entre otros. Sin olvidarnos de los jardines acuático, japonés, alpino o chino, y el gran espacio dedicado a la horticultura con los más pequeños.
En invierno, las bajas temperaturas cubren de nieve y hielo el paisaje del Jardín, por eso os recomendamos visitarlo en su época de máximo esplendor, la primavera. Una estación donde el Botánico de Montreal se convierte en un paraíso vegetal donde disfrutar de toda una explosión de aromas y colores, y también de los más de 1.500 lepidópteros de todo el mundo que nacen en el espacio dedicado a las mariposas, que se encuentra en la entrada del jardín cerca del Insectarium, y dónde destaca la conocida mariposa monarca (Danaus plexippus) con sus sorprendentes rituales de cortejo.
Momento conocido como Papillons en liberté y que junto con el Mosaïcultures Internationales, la competición más prestigiosa del mundo en el arte de la jardinería, son uno de los momentos más especiales que nos ofrece el Botánico de Montreal en esta época del año.
Puesta en marcha y primera etapa
Con 73 hectáreas de extensión, el Jardín Botánico de Montreal se encuentra en una de las zonas más céntricas de la ciudad, cerca de la estación IX Estación de metro y junto al Estadio Olímpico. La idea de crear este gran jardín surgió en el siglo XIX, pero no fue hasta la primera década del siglo XX cuando el proyecto tomó una forma real.
Hermano Marie-Victorin en su despacho de la Universidad y en el laboratorio
El principal impulsor de la idea fue de Germà Marie-Victorin, miembro de la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, quién pasó más de una década luchando contra la administración para reclamar el derecho de su ciudad a tener botánico propio. Victorin impartió durante más de 20 años clases de botánica en la Universidad de Montreal y escribió La flore Laurentienne, un registro botánico donde se incluían, por primera vez, todas las especies nativas del valle del río Santo Lorenzo, uno de los más importantes de Norteamérica y que se localiza entre las provincias d´Ontario y Quebec.
Sin embargo ni el bagaje profesional ni la obstinación personal de Marie-Victorin parecían ser suficiente excusa para el gobierno de Canadá. Posiblemente el motivo era puramente económico puesto que, después de las Gran Depresión y la Y Guerra Mundial, la administración pública del país norteamericano no se encontraba en disposición de hacer una inversión tan elevada. Algunos años después, en 1929, el entonces alcalde de Montreal Camillien Houde firmó por fin el permiso para la creación del Botánico de la ciudad. El encargado de realizar el proyecto fue el paisajista y arquitecto alemán Heinrich Teuscher, que se convirtió en el primero conservador del nuevo Jardín. Dentro de las instalaciones se construyó también un edificio estilo Arte Decó diseñado por el arquitecto Lucien F. Kéroack que se destinaría a las oficinas y la gestión administrativa.
La inauguración oficial del Botánico de Montreal tuvo lugar en 1931 y durante los años siguientes lo continuó creciente bajo el amparo de Teuscher y la supervisión de Marie-Victorin, que murió en 1944 en un accidente de tráfico. Primero se incorporó una gran huerta y después, ya en la década de los 50, se construirían los grandes invernaderos de exhibición. Protagonistas indiscutibles de esta primera etapa de vida del jardín.
Renacimiento del Botánico de Montreal y prestigio internacional
La gran revolución llegaría más de dos décadas después, ya en los años 60, y supondría la consolidación del Botánico de Montreal como institución científica de primer orden a nivel mundial. Este gran impulso se produjo gracias a dos grandes factores. En primer lugar, las nuevas condiciones de desarrollo económico de Canadá y su creciente interés por el medio ambiente y, en segundo lugar, la vinculación directa de la Universidad y de algunas empresas privadas en este proyecto. El primer paso para ese avance fue la creación del Arboretum o colección de árboles y plantas leñosas en 1970.
Seis años después se puso en marcha la Rosaleda y en ese mismo contexto se ampliaron los invernaderos y se realizaron varias exposiciones de plantas con relevancia e interés económico. La celebración de las Florailes Internationales en 1980 congregó en Montreal a las empresas del sector de la jardinería más importantes del mundo, que tuvieron la ocasión de mostrar algunas de las características típicas de los cultivos de jardín típicos de Canadá. Estas jornadas incentivaron las actividades de investigación en el botánico y supusieron su apertura al mundo como institución botánica.
Desde entonces, el Jardín Botánico de Montreal sufrió una serie de modificaciones y ampliaciones que lo han traído ha constituirse como el segundo más importante a nivel mundial, después de Kew Gardens. El año 1988 se inauguró el Jardín Japonés, uno de los más completos del mundo que alberga una exposición permanente de cultivos de té de Oriente y un gran lago con pescados koi, en un paisaje de plantas orientales.
El Jardín Chino, por su parte, se puso en marcha a finales de 1990 y se inauguró un año después. Este jardín incorpora los elementos tradicionales de un jardín chino como una montaña artificial y varios edificios y viviendas, destacando especialmente su colección de bonsais y la de plantas chinas, la más grande del mundo fuera de China. También en 1991 se inauguró al Jardín el Insectarium, el mayor de América y uno de los más completos del mundo en la actualidad y que es una de las delegaciones más importantes del Museo de Historia Natural del Canadá.
Los otros grandes atractivos del Jardín Botánico de Montreal son el Jardin das Premières-Nation (Jardín de las Primeras Naciones) que está dedicado en exclusiva a especies autóctonas del país como los arces, abedules y pinos, y el Jardín Alpino que muestra, entre sinuosos caminos y rocas, la floración y crecimiento de las diminutas y delicadas plantas alpinas, Sin olvidar sus diez invernaderos expositivos y un jardín específico de plantas venenosas. Todo una experiencia vegetal que podréis completar con el resto de museos del Espace pour la vie: el Insectarium, el más grande de América; el Biodome, donde se representan algunos de los ecosistemas más significativos de las Américas; y Rio Tinto Alcan Planetarium, para acercarnos al espacio exterior mediante diferentes exposiciones temáticas y sus observatorios astronómicos.
