Macetas para tu jardín
¿Qué tipo de macetas son las más adecuadas para nuestro jardín? ¿Qué materiales son los más indicados? ¿Es importante el tamaño? Hay una gran variedad y por eso, a la hora de elegir las de tu jardín, tendrás que tener en cuenta aspectos prácticos y estéticos. Y recuerda que a veces reciclar no sólo es ecológico: también puede ser de lo más chic.
Seguro que a muchos de vosotros os ha pasado: llega un momento en el que queréis poner macetas en vuestra terraza o jardín y no sabéis cuáles elegir. Pero es que además de buscar el bienestar de vuestras plantas lo que os apetece es dar un toque diferenciador a vuestro espacio verde a través de las plantas. El mercado está lleno de ofertas, hay macetas de muchos materiales, tamaños, formas, alturas y precios. La elección no es complicada aunque tienes que tener en cuenta algunos aspectos fundamentales como el tipo de planta que vayas a cultivar y el lugar donde vaya a estar (interior/exterior, luz/sombra), además de tus propios gustos. Para facilitarte esta tarea vamos a darte algunas sugerencias y consejos prácticos para que personalices tu jardín acorde con tus necesidades.
En primer lugar tienes que saber que todas las macetas, independientemente del material con el que estén hechas, han de contar con orificios de drenaje en su base de tal forma que el agua sobrante del riego pueda salir y evitar que las raíces se pudran o que aparezcan hongos. Colocar una capa de piedras, grava o fragmentos de tiestos rotos (si son de arcilla o barro) antes de colocar el sustrato puede ser una fórmula para conseguir un drenaje perfecto. Por otro lado, si vamos a usar como maceta un recipiente que ya ha sido usado para “albergar” otra planta o para cualquier otro uso (si reciclamos, por ejemplo, botellas de plástico, cestas, latas y cajas de cualquier material, etc), éste debe limpiarse a fondo con agua, detergente y desinfectante si es preciso. Una vez esté seco, podremos plantar en él. Recuerda también que no es bueno que las macetas se llenan de sustrato hasta el borde y que es conveniente dejar un margen de tres o cuatro centímetros. Intenta que tus recipientes sean un poco más profundos de lo necesario dando así cabida a una buena capa de drenaje en la base y a varios centímetros de respiración cerca del borde.
Por último, cada planta requiere unos recipientes concretos. Para saber cuál es el más adecuado tendrás que tener en cuenta el peso, el tamaño y la altura que puede alcanzar la planta y el lugar donde esa planta tenga que vivir. Por ejemplo, si se trata de una planta grande que va a ir ubicada en una mesa o en la barandilla de un balcón hay que intentar que el recipiente no sea demasiado pesado para no dañar la superficie y que si queremos trasladar la planta podamos hacerlos con facilidad. En el caso contrario, si se trata de una planta muy ligera, apuesta por macetas pesadas para dar estabilidad y firmeza a la planta. Lo mismo ocurre con las distintas especies: generalmente todas se sienten “cómodas” en formas circulares y con un diámetro que suele ser acorde con su altura. Pero hay excepciones. Por ejemplo, los cactus pequeños y los bonsáis tienden a desarrollar sistemas radiculares de poca profundidad pero de mucha anchura, así que lo más adecuado para ellos son macetas tipo “bandeja” rectangulares u ovaladas.
Piedra, cerámica y plástico
La gama de estilos y materiales de macetas es muy amplia y casi todas ellas pueden utilizarse tanto para interior como para exterior. Los materiales más comunes son:
Arcilla, cerámica y barro cocido. Son las más tradicionales. Por lo general son redondas y existen todo tipo de tamaños, aunque también hay variedades rectangulares. Los agujeros de drenaje están en la parte inferior del recipiente. Estas macetas tienes la particularidad de absorber el calor, así que es posible que las plantas necesiten un poco de riego extra para evitar que el suelo se seque especialmente en primavera y verano. El inconveniente de estas macetas es que se rompen fácilmente con cualquier golpe y que en lugares de clima muy frío pueden agrietarse en caso de heladas.
Madera. Los recipientes de madera dan una sensación orgánica a nuestro jardín. Son bonitos, son muy estéticos y también se adaptan a cualquier tamaño e incluso dar cabida a varias plantas y árboles. Si los cuidamos bien este tipo de recipientes pueden durar mucho tiempo, pero a la hora de elegirlos es importante apostar por maderas como el cedro, que resiste a la putrefacción, y evitar aquellas que hayan sido tratadas químicamente.
Piedra. Decorativas y llamativas las macetas de piedra suelen ser de gran tamaño y sirven tanto para dar un toque rústico como para imprimir estética zen en nuestro jardín. Las variedades de materiales con las que se hacen son muchas, entre ellas el cemento blanco, el mármol pulido, la arenisca y la piedra artificial. Hay que tener en cuenta que estos recipientes deben ser fijos , tanto para interior como para exterior ubicados en balcones, terrazas, jardines, zonas de paso o arietes, dando siempre una imagen de permanencia y estabilidad. Únicamente requieren una observación: las plantas que prefieren suelos ácidos (como las azaleas, las magnolias o las hortensias) no deben plantarse en recipientes hechos con piedra caliza.
Fibra de vidrio. Las macetas de fibra de vidrio pueden imitar en apariencia prácticamente a cualquier otro material pareciendo ser de barro o de piedra y a la vez ser muy livianas. Se trata de una opción relativamente novedosa que tiene como principal ventaja, además de su peso, que estos recipientes son resistentes a los climas cálidos, fríos y húmedos. Las llamadas “macetas de autorriego”, que tienen dos cámaras separadas (una superior para la tierra y las plantas y otra inferior para el agua) y que permiten retrasar el riego hasta doce semanas están hechas con este material. La fibra de vidrio permite además pinturas y barnices que no dañan al recipiente en sí y por lo que tanto sus posibilidades a nivel estético y decorativo son muchas.
Plástico. Livianas, duraderas y de múltiples formas y colores, las macetas de plástico llevan tiempo irrumpiendo en el mercado de la jardinería. Entre sus ventajas: a amplitud de modelos, su ligereza y su bajo coste. Son resistentes al frío y al calor y son impermeables, pero no son buenos aislantes. Normalmente se utilizan en plantas de interior que no requieren mucho riego y en plantas mixtas que pasan temporadas en el exterior.
Apuesta por el reciclaje
Si las opciones que te hemos dado no acaban de convencerte siempre puedes optar por crear tus propias “macetas recicladas” porque el reciclaje, además de ser bueno para el medio ambiente, también puede ayudarte a personalizar tu jardín a tu gusto. Esta tendencia va ganando adeptos cada día y las opciones en este sentido son infinitas: una vieja fuente puede convertirse en nuevo y colorido caudal y la vieja cesta de una bicicleta es capaz de transformarse en una planta de pared. Incluso una vieja videoconsola pasa de la agitada actividad de los videojuegos a la tranquilidad de tu jardín. Por supuesto, cualquier tipo de recipiente como botellas o latas es susceptible a convertirse en maceta. También lo son las bombillas o los corchos de la botellas de vino, ahora pequeños germinadores de vida. Sigue esta secuencia de fotos y toma ideas: si te lo propones la creatividad y la ecología pueden ir de la mano.
Fuente: http://www.palaciodeviana.com/bombillas/es/