Jardinería doméstica: cuida tus setos
Vuelve Guía de Jardín con más consejos sobre jardinería doméstica. En febrero es tiempo de prestar atención a los setos de nuestra terraza, patio, balcón o jardín. Podar, cavar, quitar malas hierbas... Lee con atención sus consejos y presume de jardín.
Ya es febrero en nuestro jardín y nosotras comenzamos las labores de poda de algunos arbustos. De entre todos ellos, cuidamos con especial dedicación el seto de tuyas que rodea nuestro jardín, ya que además de protegernos y dar intimidad a nuestro espacio son el telón sobre el que destacan el resto de plantas. Que estén bonitos, sanos y bien recortados, es de gran importancia.
Un seto de coníferas marca los límites del jardín
Hay quien prefiere un seto libre compuesto por enredaderas o plantas trepadoras que crecen a su aire, se podan con menor frecuencia y dan al jardín un aspecto más informal. El nuestro es un seto formal, de Thuya orientalis, y no porque nos guste más, simplemente ya estaba plantado cuando llegamos. Protege muy bien de los vientos fuertes y si se mantiene correctamente es una pared verde muy atractiva en cualquier época del año.
Todas las coníferas, en general, son plantas muy rústicas y fáciles de mantener. Soportan perfectamente las podas repetidas y por ese motivo su uso está tan extendido. No solo se emplean para limitar el jardín en su perímetro, también es usual encontrarlos dividiendo grandes jardines en espacios más reducidos. Es uno de los elementos típicos de la jardinería inglesa tradicional y siempre aparecen en los mejores jardines ingleses. Para muestra uno de mis preferidos; el jardín de Sissinghurst Castle en Reino Unido.
Sissinghurst Castle, uno de los más bellos jardines ingleses
Retomando el tema de sus cuidados, hoy dedicamos esta entrada al mantenimiento que hacemos de nuestro seto (humilde, muy humilde si lo comparamos con el de Sissinghurst 🙂 Como os decía al principio, febrero es tiempo de dedicarle las atenciones pertinentes para que en primavera luzca verde y frondoso. Es, sobre todo, época de poda, pero también de eliminar hierbas espontáneas que aparecen en la base y cavar ligeramente el suelo alrededor. Lo analizamos por partes.
La poda de los setos de coníferas
Las coníferas son arbustos o árboles de hoja perenne, vigorosos y generalmente muy longevos. Su entramado de ramas, cuando se plantan unos junto a otros, proporcionan una barrera difícil de traspasar. De ahí que a los setos compuestos por coníferas se les conozcan como “muros verdes”. También crecen mucho (unas especies más que otras) y para mantenerlas en un tamaño acorde al jardín, se deben podar varias veces al año.
Recortar el seto es un trabajo costoso que dejamos en manos de un profesional
Los setos pueden recortarse en diferentes épocas del año, evitando los días lluviosos o de sol muy fuerte que pueden dañar las hojas cortadas. Lo peor, sin duda, es la lluvia, que humedece las heridas del corte y expone al arbusto a infecciones fúngicas. Pero en cualquier estación se puede encontrar un momento para hacerlo.
Para retrasar al máximo el envejecimiento de los arbustos se recomienda podar cuatro veces al año, aunque con dos recortes anuales suele ser suficiente para mantenerlos bonito. Los principales periodos de poda coinciden con un primer recorte a final de febrero o principios de marzo. Un segundo a mediados de primavera, en el mes de mayo, un tercero a mitad de verano, hacia finales de julio y el cuarto y último de la temporada se da a finales de octubre.
Nosotras solo recortamos dos veces: una en estas fechas (febrero/marzo) y otra en otoño, en el mes de octubre. La poda no la hacemos personalmente ya que requiere herramientas específicas y es un trabajo que dejamos en manos de profesionales.
Eliminar las hierbas indeseadas de la base
Es inevitable que bajo los setos germinen semillas que el aire transporta y aparezcan plantas que no deseamos que estén ahí. Ni las deseamos ni es conveniente para el buen desarrollo del seto: compiten por los nutrientes del suelo y pueden enredarse con las ramas de nuestros arbustos tapándoles la luz hasta llegar a asfixiarlos.
Esparragueras y otras silvestres que nacen en la base del seto
El mejor método para eliminar esa maleza inconveniente es hacerlo a mano, arrancando la hierba de raíz. En nuestro jardín hacemos un buen repaso del suelo después de la poda, mientras recogemos las ramas cortadas, pero durante el resto del año las quitamos en cuanto las vemos asomar.
Cavar y airear el suelo bajo los setos
Como cualquier otra planta, los arbustos que forman el seto agradecen una cava periódica del terreno alrededor de la base. Se trata de labrar el suelo de manera superficial, sin profundizar para no dañar las raíces, con un escardador o una azada pequeña. Nosotras utilizamos la azada, una herramienta muy útil para éste y muchos otros trabajos.
El seto es un telón de fondo para los otros arbustos del jardín
Con esta labor conseguimos romper la costra superficial del terreno para que el agua penetre mejor y airear el suelo para que las raíces se oxigenen bien además de eliminar malas hierbas y mullir el suelo.
Por último, aprovechando que el suelo está mullido y suelto, hacemos un aporte de abono orgánico (compost, estiércol de caballo, gallinaza, humus de lombriz, etc) para que, cuando la planta despierte de su letargo vegetativo, disponga de los nutrientes necesarios para un buen crecimiento. Si sigues estas pautas tus setos crecerán sanos y fuertes durante muchos años. Los nuestros ya tienen cerca de treinta y se mantienen tan verdes y frondosos como en sus comienzos.