¡Sacúdete las telarañas!
Vestidos vaporosos, genes, tomateras, arañas… Una suerte de palabras inconexas es lo que a veces escuchamos cuando nos hablan de biotecnología. Para entenderla tendremos que sacudirnos muchas telarañas…
Con sólo 500 gramos del filamento de seda podríamos rodear el ecuador terrestre. Las arañas lo producen a partir de unos órganos situados en la parte posterior de su cuerpo y sus propiedades han despertado nuestro interés desde antiguo.
Si al abrir un botiquín está lleno de telarañas quizás pienses que todas las medicinas que contiene están caducadas. Pero no era así hace unos siglos cuando las tropas del rey francés Felipe VI llevaban en los botiquines cajitas llenas de seda de araña para taponar las heridas. Plinio el Viejo, como no, ya describió hace 2000 años las propiedades homeostáticas de esta fibra. Y hace poco menos de dos años, en un laboratorio de Singapur consiguieron alimentar a los gusanos de seda con sustancias que provocaban que el gusano tejiera capullos de seda de colores luminiscentes.
Vista ventral de una araña
Genes y pasteles
Al poner en una caja de zapatos unos cuantos gusanos de seda tendremos un cultivo bastante eficiente de este material pero si repetimos el proceso con arañas, pasada una semana se habrán matado entre ellas. Ya hace un poco más de una década que los humanos intentamos producir esta fibra pero las arañas nos llevan 400 millones de años de ventaja y obviamente, lo hacen mejor.
Gusano de seda, Bombix mori
Vamos a imaginar que nuestra abuela nos ha legado una receta, por ejemplo de bizcocho, pero nosotros queremos hacerlo de chocolate y lo anotamos entre los ingredientes de la receta. A partir de este momento, a todas las personas que hagan bizcocho siguiendo las indicaciones de la receta modificada les saldrá de chocolate. En un proceso pareciendo se basan muchas modificaciones genéticas.
¡Más resistente que el acero!
Ligero, elástico y muy fuerte. ¿Qué más le podemos pedir a la seda? A lo largo de los escasos diez años que intentamos fabricar seda artificial la biotecnología ha probado opciones de lo más extravagantes. En primer lugar, se identificaron los genes que contenían la información necesaria para fabricar, en el cuerpo de la araña, una despensa de proteínas que son tejidas por las hileras.
Después, gracias a la ingeniería genética los genes de araña aislados se incorporaron a los de unas cabras que al crecer, expresaban la información del genoma de la araña y producían proteínas de seda en la leche.
Este proyecto fue un éxito relativo, las cabras no sufrían ningún tipo de estrés consecuencia de la modificación genética pero el contenido de proteínas de seda de la leche era sólo de un 1% o con suerte, del 2%. Después de purificar un litro de leche para obtener un par de gotas del cóctel proteico había que hilarlo y someterlo a las pruebas de resistencia. El filamento resultante era más resistente que el acero pero menos que la seda natural.
Otro de los intentos para obtener seda artificial gravitó entorno a cultivos habituales. Con técnicas de modificaciones genéticas parecidas a las de las cabras antes mencionadas, se consiguió expresar los genes para la seda de la araña en las hojas de tomateras y en las patatas. Los resultados mejoraron los de la leche de cabra.
En Suecia han patentado dos proteínas modificadas de telaraña que otorgan propiedades muy parecidas a las de la seda natural pero en esta ocasión el organismo sintetizador de las proteínas al cual se le ha incorporado el fragmento del genoma de la araña es la sufrida bacteria Escherichia coli quien sí produce gran cantidades de proteína de seda. Los investigadores apuestan por un uso médico de estas fibras.
Europa ha sido el mayor mercado agroalimentario del mundo junto en los EEUU, en cambio, cada uno tiene una actitud muy diferente en cuanto al consumo y cultivo de plantas modificadas genéticamente. Europa tiene una postura muy restrictiva al respeto en comparación con EEUU pero no dejan de ser opiniones políticas.
Hay científicos con opiniones dispares en cuanto al uso de los transgénicos. Desde California, el biólogo molecular Robert Golberg habla de temores infundados y repetidos desde hace 40 años que se pueden disipar con pruebas sólidas. Pero, por otro lado, David Williams, biólogo celular, duda de que un genoma modificado sea seguro puesto que no es una entidad estática.
¿Son los transgénicos una forma de intentar mantener unos hábitos de vida insostenibles? ¿Podemos prescindir de ellos cuando nos aportan tantas ventajas? El uso de los Organismos Modificados Genéticamente es un tema incombustible y no sabemos demasiado bien por qué. Escuchar las opiniones de los científicos pueden ayudarnos a tejer nuestra red de opiniones y para lo cual hay que empezar por el primer hilo, aunque sea de seda.