LIQUENCITY, busca líquenes urbanitas para conocer la calidad del aire que respiras
Os contamos de este nuevo proyecto de participación ciudadana que pretende sensibilizar a la población urbana sobre los efectos de los contaminantes atmosféricos. ¿Cómo? implicándolos en el análisis de estos sensibles organismos que conviven con nosotros en las ciudades.
Que los líquenes son buenos indicadores de la calidad del aire no es algo nuevo, pero sí el hecho de movilizar a los ciudadanos para que se interesen por este tipo de organismos y participen en su monitorización, para la creación de mapas de contaminación atmosférica de dos de las grandes urbes españolas que más afectadas están por esta problemática, Madrid y Barcelona. Y así, además de sensibilizar a la población a través de la implicación, establecer un punto de partida a la hora de tomar medidas reales para revertir esta situación.
Este es el objetivo de Liquencity, un proyecto dirigido desde el GBIF, Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad, en colaboración con el Real Jardín Botánico de Madrid (RJB-CSIC), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), y el Institut de Recerca de la Biodiversitat (IRBio-UB), y está financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
Una iniciativa en la que los líquenes tienen un papel protagonista y en la que todos podemos participar, y así, con la ayuda de expertos en la materia, podremos convertirnos en auténticos ciudadanos científicos y contribuir a mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades.
Líquenes como bioindicadores
Son organismos formados por la asociación simbiótica entre un hongo (micobionte) y un alga verde o una cianobacteria (fotobionte). Esta última parte de los líquenes se encarga de realizar el proceso de la fotosíntesis y por tanto de producir los nutrientes necesarios que serán utilizados como alimento por el hongo. Se consigue así una relación beneficiosa recíproca ya que el hongo, por su parte, incrementará la capacidad de absorción del líquen, le aportará la protección necesaria frente a la desecación, al capturar el agua y las sales minerales del hábitat donde vive, y también una estructura sobre la que crecer.
Este tipo de asociación tan eficiente les ha permitido colonizar todos tipo de hábitats, que de forma individual no lograrían, pero a la vez se trata de seres vivos estenoicos, es decir, que tienen muy poca tolerancia a los cambios ambientales, y es que se encuentran muy expuestos al no poseer barreras que controlen la entrada y salida de agua y gases.
En las ciudades se desarrollan sobre todo tipo de sustratos, rocas, suelos, tejados, mobiliario urbano y también sobre otros organismos vegetales. Estos últimos se conocen como líquenes epífitos y son los que se analizan principalmente en Liquencity. Los encontraremos fijados suavemente sobre las cortezas de los árboles, para no dañarlos. De esta manera, al no interaccionar con el sustrato, son todavía más susceptibles a los factores ambientales al recibir la mayor parte de los nutrientes a partir de la atmósfera. Por eso, en casos de contaminación atmosférica son los bioindicadores más utilizados. Así, cuanto mayor sea la diversidad de líquenes en nuestros parques y jardines, mejor calidad será la calidad del aire que respiramos.
La problemática de la contaminación atmosférica
La quema de combustibles fósiles en los vehículos, sistemas de calefacción e industria genera diariamente en nuestras ciudades numerosos compuestos contaminantes, sobre todo óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión, que suponen un grave problema para nuestra salud.
De hecho, se ha demostrado que a altas concentraciones estos compuestos generan graves problemas respiratorios y son los causantes de más de 15.000 muertes al año solo en España. De ahí la importancia de buscar mecanismos que nos permitan evaluar y controlar los niveles de contaminación como Liquencity.
En este sentido, fue un artículo científico publicado en la prestigiosa revista Nature, el que puso el foco de atención en la estrecha relación existente entre la diversidad de líquenes urbanos y la incidencia de cáncer de pulmón. Concretamente, el estudio se realizó en la región de Veneto, en el noreste de Italia, y los resultados fueron escalofriantes como podemos apreciar en la imagen.
“A pesar de esto la percepción del problema no es general entre la ciudadanía. A menudo no se entienden las medidas tomadas para mitigar los niveles excesivos de ciertos contaminantes. Por eso, los proyectos que fomenten la participación de los jóvenes, aportando conocimiento científico, tomando decisiones y pensando formas de cambiar nuestros hábitos, son claves para hacer una transición real hacia ciudades más sostenibles y saludables”, comenta Pau Guzmán, biólogo ambiental especialista en comunicación científica (CREAF) del proyecto Liquencity.
¿Cómo funicona LIQUENCITY?
El proyecto está pensado como una colaboración entre personal científico y la ciudadanía voluntaria de cada población, y cualquier interesado puede participar aunque está dirigido principalmente a estudiantes y educadores de secundaria y bachillerato de ciencias, y asociaciones ciudadanas o particulares con interés naturalista, medioambiental y de la salud.
Muestrear líquenes es sencillo, solo tenemos que buscarlos en los árboles de nuestra ciudad, hacerles una foto y colgarla en Natusfera, una plataforma y app móvil de ciencia ciudadana sobre biodiversidad, gratuita y de código abierto creada para registrar, organizar y compartir observaciones de la naturaleza. Una vez ahí, los expertos liquénologos nos ayudarán a identificar la especie.
Para que sea más simple la búsqueda, LiquenCity ha elaborado un listado con 16 especies de líquenes comunes y fáciles de identificar. En esta lista hay especies muy sensibles que sólo viven en zonas con aire muy limpio, como Evernia prunastri (presente en ambas capitales), y otras más resistentes que pueden vivir también con alta contaminación como Phaeophyscia orbicularis (Madrid) o Hyperphyscia adglutinata (Barcelona). Estas dos últimas especies serán las más frecuentes dada la alta contaminación en las ciudades y se suelen encontrar entre las fracturas que hay en los troncos de los árboles. Sin embargo todos los líquenes son igual de importantes ya que es el conjunto de estos lo que nos dará la información necesaria para la producción de los mapas.
También podemos encontrar especies características por sus colores. La especie más popular es Xanthoria parietina con un color amarillo-anaranjado, que llama mucho la atención, o Teloschistes chrysophthalmus, con un patrón parecido. Pero también podemos encontrar a Flavoparmelia sp. con un rango de colores mas verdes y azulados y, por último, Physcia spp. y Parmelina tiliacea con tonos mas grises y plateados. Nota, habrá que tener en cuenta que después de la lluvia los líquenes se vuelven muy húmedos y pueden cambiar ligeramente de color.
En su web liquencity.org encontraremos todo tipo de material básico como fichas de las especies de líquenes y árboles donde los podemos observar, mapas de los distritos de ambas ciudades donde se está desarrollando el proyecto e información sobre la aplicación de Natusfera para aprender a subir las observaciones, entre otros archivos.
Además, si participamos como centro educativo contaremos con lupas especiales que se acoplan a los teléfonos y la ayuda de un educador ambiental que coordinará la actividad con los docentes, y por supuesto dispondremos de todos los materiales comentados impresos que han sido creados expresamente para el proyecto.
Y es justamente este contexto, el de los centros escolares, el que los creadores del proyecto han elegido como punto de partida y están trabajando ya de forma muy positiva con diferentes escuelas de ambas ciudades. Se establece una cadena de formación en la que los coordinadores científicos, liquenólogos, son los encargados de formar a un educador y educadora ambiental (ambientólogo y bióloga, respectivamente), y estos a su vez forman al profesorado y alumnado a partir de sus conocimientos y los aportados por los liquenólogos.
“El primer contacto con los centros escolares es el profesorado. Tanto en Barcelona como Madrid la acogida ha sido muy buena: muchas escuelas se han interesado por el proyecto y quieren participar. A estas alturas tenemos programada la participación con una cincuentena de escuelas entre Madrid y Barcelona, y este proyecto ha despertado interés incluso fuera de las dos capitales. También estamos valorando la posibilidad de ampliarlo en otras ciudades el próximo año. Con el alumnado la acogida ha sido francamente buena, cosa que tanto los educadores ambientales como los coordinadores técnicos y científicos lo valoramos muy positivamente (e incluso con cierta sorpresa, en el buen sentido, al ver que organismos tan desconocidos son capaces de despertar emociones). Bien, esto y las lupas para móviles!”, comenta Pau Guzmán.
El mapa a tiempo real se puede consultar en Natusfera, en los proyectos que LiquenCity tiene en esta plataforma, pero la idea es que gracias a la participación ciudadana en el 2019 se tenga la información necesaria para realizar mapas de la contaminación atmosférica de Barcelona y Madrid basados en la diversidad de líquenes que viven a nuestros árboles urbanos.
“Con estos resultados podremos dar recomendaciones que pueden ser implantadas a los planes de uso y gestión de ambas ciudades, para tomar medidas que mitiguen los niveles de ciertos contaminantes. Además, obtendremos un detallado inventario de las comunidades liquénicas de nuestras ciudades que, posteriormente, será publicado en el GBIF, la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad, con el objetivo de que sean útiles por otros estudios de investigación (ciencia ciudadana). De cara al profesorado, el ideal sería pasar el relevo y poder mantener en el tiempo (monitorizar) la información sobre los líquenes. Si la experiencia se replica en el tiempo en ambas ciudades, se podrá monitorizar el cambio en las comunidades liquénicas y ver si las medidas adoptadas para mitigar la contaminación atmosférica son efectivas”.
En vista de la buena acogida del proyecto puede que en un futuro se traslade también a otras ciudades españolas. Así, Liquencity seguirá fomentando valores que apuesten por un planeta sostenible y saludable para todos los seres vivos que habitamos en él.