Investigación

9 May 2013

Fracking, una nueva polémica energética

Este método de extracción de gas a través de la fracturación hidráulica del suelo quiere abrirse un lugar a nuestro país. ¿Otra manera de exprimir nuestro planeta, con serios problemas para la salud y medioambientales, o una alternativa a la explotación del petróleo que creará nuevas oportunidades laborales? Indagamos más en este nuevo tipo de tecnología energética

La escasez de petróleo está obligando en nuestro mundo a buscar nuevas formas de obtención de energía, pero antes de cambiar hacia modelos energéticos más sostenibles algunos parecen obcecados en encontrar nuevas formas de extracción de los combustibles fósiles que se encuentran escondidos en las profundidades de nuestro planeta. Es el caso del gas natural, una alternativa que a priori parece menos perjudicial que la explotación del petróleo, pero también con numerosas consecuencias ambientales tanto por su combustión que favorece el efecto invernadero como por su extracción, con nuevas tecnologías como el polémico fracking del que EE.UU. se ha convertido en su principal defensor.

 

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Esta técnica, que extrae el gas natural de yacimientos no convencionales como por ejemplo el acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias estratificadas de grano fino, es el nuevo objetivo de muchas empresas norteamericanas de gas natural que viajan por el mundo buscando nuevos países donde desarrollar este tipo de explotaciones energéticas. Prometen trabajo y una energía independiente del petróleo, sin embargo se obvian otros aspectos como que se trata de una técnica nociva para la salud y para el medio ambiente, y de una alternativa a muy corto plazo. En nuestro país, la polémica sobre este tema no ha hecho más que empezar.

 

Fracturación hidráulica, características y situación actual en el mundo

Habitualmente, el gas natural está atrapado en bolsas de roca porosa a mucha presión. Unas bolsas que suelen estar a unos pocos centenares de metros bajo tierra, por lo que es relativamente fácil extraer el gas. Basta con perforar hasta la profundidad de la bolsa, pincharla y dejar que el gas fluya hacia arriba por la diferencia de presión. A este tipo de gases los denominamos gases convencionales pero también están los no convencionales, que se caracterizan por estar localizados a rocas de baja porosidad y permeabilidad, y en mucha menos concentración, dificultando así su extracción.

 

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Normalmente, este tipo de bolsas de gas se encuentran en la pizarra. Dado que este material tiene una permeabilidad muy baja, el gas está distribuido en pequeños poros o burbujas, muchas veces microscópicas y no conectadas entre sí. Por lo tanto, es necesario romper las capas de pizarra para conseguir reunir el gas y que fluya hacia la superficie para ser recogido. Para aquello se utiliza la técnica conocida como fracturación hidráulica (fracking en inglés) que perfora e inyecta agua a presión en el suelo para fracturar y hacer salir el gas.

 

Primero se perfora verticalmente hasta la capa de pizarra y se coloca un tubo de acero con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos de los aditivos químicos que posteriormente se añaden. Una vez se llega a la pizarra la perforación se vuelve horizontal, extendiéndose alrededor de unos 1-3 km en superficie. Después, se utilizan explosivos para provocar pequeñas fracturas donde se inyectan por etapas miles de toneladas de agua a mucha presión, mezcladas con arena y aditivos químicos. El agua, fractura la roca liberando el gas que sube a la superficie en este sustrato acuoso (un 15 y un 80% del fluido inyectado). Así, cada pozo de pizarra se va fracturando entre 8 y 12 veces. Un proceso costoso, con cambios de presión muy grandes y con el peligro de quiebra del revestimiento de cemento.

 

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Esta técnica de extracción de gas lleva años aplicándose en varios países, sobre todo en Estados Unidos, pero en los últimos tiempos se está exportando por todo el mundo. Los defensores del fracking argumentan que se trata de un nuevo sector que da trabajo a centenares o miles de personas en cada pozo. Y es que la industria del sector y sus técnicos toman como principal argumento para la defensa del fracking la cantidad de trabajo que ofrece, en EE.UU trabajan más de 1.700.000 personas en los 400.000 pozos que hay abiertos en la actualidad. Defienden que en España se podrían crear unos 50.000-60.000 a través de la explotación de 13.500 pozos. Comparando la extensión de EE.UU. con la de España se espera que la densidad de explotaciones sea algo menos intensa aquí que en EE.UU., allí encontramos un pozo cada 24 km2 y aquí se espera uno cada 37 km2.

 

Pero el Gobierno Europeo y el de España parecen distar entre facilitar o prohibir que este tipo de técnicas se utilizan en nuestro país. El Parlamento Europeo fue uno de los primeros que hizo un informe bastante crítico en 2011 sobre el fracking y sus peligros medioambientales y humanos. Además, la Comisión Europea está encargando nuevos estudios porque parece ser que hay muchos agujeros legislativos que impiden frenar la extracción de gas por este método.

 

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Parlamento europeo


Algunos países como Francia, Bulgaria, Irlanda o Rumanía, así como algunos algunos estados alemanes ya han declarado moratorias o prohibiciones respecto al fracking, y en Austria los límites ambientales son especialmente severos con el uso de esta técnica. Y mientras, ¿qué es lo que sucede en nuestro país? Algunas voces son relativamente permisivas con el fracking asegurando que se trata de una forma de obtener energía alternativa al petróleo. En el Congreso, el pasado mes de febrero, se votó una moción presentada por Esquerra Plural (IU-ICV-CHA) para pedir la prohibición del fracking en España. Votaron en contra de la prohibición PP, CiU y UPyD ; y a favor que se prohíba, Esquerra Plural, PSOE y el resto del Grupo Mixto y PSOE. Se abstuvieron PNB, FAC y UPN. Mucha diversidad de opiniones.

 

Es realmente necesario el fracking?

Está comprobado que el fracking es nocivo para el medio ambiente y también para el ser humano. En Estados Unidos, donde se está usando ampliamente la fractura hidráulica desde hace una década, la oposición popular está muy extendida después de comprobarse los peligros reales de esta técnica que, para empezar, provoca decenas de accidentes humanos cada año a los cuales hay que añadir riesgos de explosión por escapes de gas, escapes de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas concentraciones) y los derrumbes de la formación sobre la cañería. Por lo tanto, podemos decir que se trata de una técnica peligrosa.

 

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Pero el principal problema del fracking, más allá de los problemas de seguridad, es el tipo de productos que se usan y los peligros que estos tienen para el hombre. Entre los aditivos químicos utilizados hay benzenos, xilenos, cianuros, hasta llegar a unas 500 sustancias químicas entre las cuales se encuentran elementos cancerígenos y mutagénicos. El fluido de vuelta también trae a la superficie otras sustancias que pueden contener la capas de pizarra, y es muy común que estas rocas contengan metales pesados (mercurio, plomo…), así como radón, radio o uranio, elementos radiactivos que llegan a la superficie cuando previamente no estaban allí.

 

Otro problema considerable son los efectos del fracking en el medio ambiente. Uno de los principales problemas es la posibilidad de contaminar los acuíferos en cada fractura de la roca. Las filtraciones pueden contaminar el agua con los fluidos de la fracturación y con el propio gas que se pretende extraer. Cada perforación, necesita unos 200,000 m3 de agua para la fracturación hidráulica y teniendo en cuenta que los aditivos químicos suelen suponer entorno a un 2% del total de agua introducida, esto supone que en cada pozo se inyectan 4.000 toneladas de productos químicos contaminantes. Lo habitual es que devuelvan a la superficie entre un 15-80% de los mismos para ser depurados, si bien no se detallan técnicas reales de depuración y cantidad de fluido que pudiera ser devueltos una vez depurados.

 

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Por supuesto, en la técnica de perforación hidráulica no podemos obviar la contaminación del aire puesto que muchos de los aditivos usados en el fracking son volátiles. Por otro lado, para el acondicionamiento e inyección en la red de suministro, una cantidad de este gas, en mayor o menor grado dependiente de la calidad de la explotación, pasará a la atmósfera por escapes y acondicionamiento del mismo. El gas no convencional extraído está formado por metano en su gran parte, un gas de efecto invernadero mucho más potente en la atmósfera que el mismo CO2, en concreto, 23 veces más potente que los gases que se generan en su combustión.

 

Por no hablar de otro tipo de amenazas como el aumento de la sismicidad coincidiendo con los periodos de fracturación hidráulica, y en las cercanías de centrales hidroeléctricas, nucleares, centros logísticos de almacenamiento de combustibles, refinerías, oleoductos, etc. Además está el impacto visual, en un terreno apto para el fracking se suelen perforar de 1,5 a 3,5 plataformas por km2, con una ocupación de 2 hectáreas por cada una, lo cual supone un gran impacto paisajístico. El periodo de ocupación de cada uno de estos pozos dependerá de la riqueza energética interna del subsuelo pero varía entre 5 y 7 años.

 

A todo esto hay que añadir la especulación económica. Hasta la actualidad, se ha dejado entrever la gran fuerza de los lobbies energéticos norteamericanos para vender el producto de su experiencia e investigación después de años de ensayos y errores. Así que podría entrar en juego también la especulación en torno a la riqueza de este gas que cada país alberga en el subsuelo. En el caso de nuestro país, la situación social nos ha hecho ver que puede ser una oportunidad para crear muchos puestos de trabajo, pero en realidad son de poca calificación y baja duración, pues la vida media de cada pozo ronda los 5 años. Por tanto, se trata de medidas económicas a corto plazo pero que a largo plazo pueden tener efectos devastadores tanto para la salud de los trabajadores como para el medio ambiente.

 

Protesta ciudadana y voces en contra

En España, la primera plataforma de fracking se creó en 2011 en Álava. Desde entonces, las voces en contra del fracking se han levantado especialmente en el País Vasco y en la Comunidad Valenciana. En el primer caso, a pesar de la objeción de los ciudadanos, algunos municipios ya han dado licencias a algunas empresas y el gobierno vasco incluso se plantea la creación de la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, una empresa pública que gestionaría este tipo de extracciones. En el caso de Valencia, la Plataforma Anti-Fracking Comarcas de Castelló está dando sus primeros pasos ante la petición de investigación solicitada por la empresa Montero Energy Corporation, filial española de la multinacional canadiense R2 Energy, en esta zona.

 

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Denuncian que podrían verse afectados 41 municipios, una extensión de 1.950 kilómetros cuadrados. En la zona se están planteando tres proyectos de fracking pero de momento ya se han opuesto 16 municipios. Y es que según la plataforma, existe un alto riesgo a nivel geológico, además de que la mitad de los pozos se proveen directamente del acuífero del Maestrat por lo que el agua potable de Castellón correría también peligro pudiendo afectar a més de 41 municipios. Todo esto ha traído a la creación a nivel nacional de la plataforma ciudadana, Municipios Libres de Fracking (Ver mapa de municipios) para manifestar su rechazo a estas técnicas de extracción.

 

En EE.UU. la oposición ciudadana al fracking se ha hecho visible a través de diferentes representaciones teatrales, declaraciones de conocidos actores e incluso canciones de denuncia. Pero sin duda la acción más conocida es el documental “Gasland” de Josh Fox que optó al Óscar en 2011. El documental sacudió la opinión pública al denunciar la excavación por fracking en 34 estados con un total de 450.000 pozos de extracción, que multiplicado por las 18 veces que se puede fracturar un pozo y por 28 millones de litros utilizados, suponía unos 40 billones de litros de agua con productos químicos nocivos para la salud.

 

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Un documental que muestra no solamente el daño directo para el medio ambiente sino también testimonios de personas que denuncian haber sufrido problemas con el agua potable a raíz de las perforaciones, y otros problemas de salud de tipo neurológico por la emisión de gases. En algunas zonas el agua de los hogares estaba tan contaminada que incluso era inflamable. Relata que en Garfield (Colorado, EE.UU.) se hizo el primer estudio preliminar sobre los efectos de los pozos de gas en la salud humana, donde siete investigadores de la Universidad de Colorido encontraron en el aire y en el agua alarmantes índices de contaminación, documentando también diferentes estudios que hablan de cáncer y de neurotoxinas.

 

En definitiva, una técnica muy polémica que se presenta como una alternativa al petróleo, pero que continúa basándose la explotación de recursos fósiles que acabarán por agotarse frente a otras energías más respetuosas y de carácter sostenible, además de atentar contra nuestra salud y la del medio ambiente que habitamos. Por tanto ¿quién sale ganando con todo esto? Para informaros mejor os recomendamos el documental Gasland y la página interactiva “El fracking, la fiebre del gas” que ha desarrollado LAB, el laboratorio de creación de rtve.es, con enlaces y un buen recurso visual sobre toda esta temática.

 

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Más artículos y webs complementarias: 
periodismohumano.com/sociedad/medio-ambiente/todo-lo-que-deberias-saber-sobre-el-fracking.html 
fracturahidraulicano.info 
www.greenpeace.org/espana/global/espana/report/cambio_climatico/fracking-gp_esp.pdf 
frackingporcuna.org

Revista de divulgación científica del Jardí Botànic de la Universitat de València.
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