Botánica del mes: Josefa Prieto
Conoce nuestro Botánico como si fuera su casa y trasmite estima y respeto por su trabajo. Josefa Prieto es técnica en el banco de germoplasma del Jardí y se anima a contestar las preguntas de esta sección para que podamos conocer un poco más de su día a día en el Jardí.
¿Cómo fueron tus inicios en el Jardí Botànic?
Conocí el Jardín Botánico con las prácticas de empresa que realicé en las diferentes colecciones del jardín, como son el Herbario (colección de plantas vasculares), el jardín exterior (colección de plantas vivas) y el Banco de Germoplasma (banco de semillas y carpoteca). Dichas prácticas las empecé coincidiendo con la inauguración del edificio de investigación en el año 2000, por lo que he vivido sus comienzos y la evolución y crecimiento que ha tenido. Una vez acabadas las prácticas, y la licenciatura en Ciencias Biológicas, comencé a colaborar en el Banco de Germoplasma gracias a la oportunidad que me ofreció su conservadora, Elena Estrelles.Con el tiempo, tuve diferentes tipos de becas de colaboración (una temporada estuve en el Herbario colaborando con su conservador, Jesús Riera) y becas y contratos de técnico de investigación a cargo de diferentes proyectos.
Lagenaria marcada para guardar semillas. Recolección y detalle de planta. 1992.
¿Qué es lo que te atrajo del mundo botánico?
Cuando empecé a estudiar biológicas, no era mi primera opción. Pero a medida que avancé en mis estudios y cursé asignaturas relacionadas con la botánica, me fue enganchando. Las prácticas en el Botánico fueron decisivas para seguir en esta línea.
Preparando pliegos en el Herbario.
Tengo que decir que me he criado en el campo. Soy nieta, hija y hermana de agricultores. He vivido y aprendido todos los temas relacionados con la tierra y las plantas que hemos cultivado, me han enseñado a respetarla y a quererla y, desde otro punto de vista al que he estudiado durante la carrera, a conservar y cuidar la naturaleza, parte muy importante para los agricultores de vocación. Durante las prácticas en el Banco de Germoplasma, me di cuenta de que la actividad de la recolección y limpieza de las semillas era una tarea habitual que hacíamos en casa. Por ejemplo, cuando recogíamos la cosecha, dejábamos una parte que madurara y poder así recolectar las semillas en buenas condiciones para el año siguiente volver a sembrar. Del mismo modo, íbamos a la era a aventar las alubias, una vez secas, para eliminar todos los restos vegetales y dejarlas lo más limpias posible de cara a su venta (esta actividad en el laboratorio la hacemos con un aparato al que llamamos soplador).
Plantación de Anthyllis lagascana.
Las diferentes tareas despertaron en mí un interés y motivación para seguir aprendiendo sobre estos y otros temas relacionados, donde veía una aplicación práctica hacía especies que no eran las cultivadas. Y, he de decir, que después de ya unos cuantos años trabajando con las semillas, su germinación y el crecimiento de las plántulas obtenidas, a veces me surgen dudas con algún detalle. Cuando lo he comentado en casa, siempre he tenido una contestación aclaratoria y muchas veces sorprendente al respecto, lo que me hace reflexionar y pensar que no todas las respuestas están en los libros sino en la experiencia de las personas que realmente aman y trabajan día a día el campo y conviven con los problemas reales del cultivo de las plantas, sean del tipo que sean.
Recolección de semillas de Diplotaxis ibicensis.
¿En qué consiste tu trabajo, actualmente?
En el Banco de Germoplasma se conservan semillas de plantas silvestres y esporas de helechos a largo plazo. Para ello, tenemos que localizar las poblaciones de las especies de interés y recolectar el material que luego en el laboratorio procesamos. Básicamente, nos encargamos de la limpieza, desecado, encapsulado, fichado en base de datos y congelado. También caracterizamos las semillas, establecemos protocolos de germinación óptimos, comprobamos su viabilidad y cultivamos estas plantas que se almacenan a largo plazo o de otras que pueden tener un interés concreto. El banco se encarga, además, de preparar la oferta y los pedidos de semillas que recibe el Jardín del Index Seminum.
Recolección de semillas con el equipo del Banco de Germoplasma.
¿Cómo ha cambiado con los años este trabajo?
El trabajo básico de procesado de las semillas ha cambiado en cuanto a que se han mejorado las infraestructuras (sala seca) y el equipamiento para la limpieza, caracterización de las semillas más pequeñas y encapsulado, entre otros. En el primer trabajo de germinación que llevé a cabo preparaba las placas Petri con papel de filtro y algodón humedecido con agua destilada, pero desde hace unos años utilizamos agar, lo que ha agilizado mucho toda la preparación y no tener que estar añadiendo agua a las placas para que no se sequen.
Zona seca del Banco de Germoplasma.
Por otra parte, y ya no tan específico del banco, lo que más ha cambiado, facilitando mucho la localización de las poblaciones, son las webs de cartografía en las que podemos ubicar con las respectivas coordenadas donde habita la especie que queremos recolectar y prepararnos todo el recorrido, cosa que antiguamente teníamos que hacer con la ayuda de los mapas del ejército. También las cámaras fotográficas digitales nos facilitan la faena, ya que podemos repetir todas las fotos que necesitemos tanto en las salidas de campo como en el laboratorio para la caracterización de semillas u otros procesos, pudiéndolas ver inmediatamente. La gestión de la bibliografía (solicitud de artículos) con las nuevas tecnologías y la ayuda de los bibliotecarios nos facilitan mucho la búsqueda de información.
¿Trabajas sola o en equipo?
Siempre he trabajado en equipo y no concibo mi trabajo en solitario. Ya en época de estudiante recuerdo que algunos profesores de botánica nos decían que nunca debíamos salir al campo solos por los riesgos que podía conllevar. En los demás aspectos, es de igual importancia llevar a cabo el trabajo en equipo porque siempre se aportan ideas nuevas, apoyo en las dificultades que puedan surgir, etc.
Con Elena Estrelles, en tareas de refuerzo poblacional de Cosentinia vellea.
Alguna anécdota que puedas contarnos…
Anécdotas curiosas hay muchas y algunas que se repiten como, por ejemplo, cuando estamos recolectando semillas en el campo en zonas cercanas que transita gente, suelen pararse para preguntarnos que qué estamos haciendo, que si lo que estamos recogiendo sirve para comer y, si no es para eso, entonces, para qué sirve… Aun explicándoselo, no quedan convencidos del todo…
Refuerzo poblacional de Pinguicula vallisneriifolia.
Algo parecido me ha pasado varias veces cuando he salido a recolectar material al Jardín, que me preguntan lo que hago y para qué. Una de tantas veces me lo preguntó un señor mayor y yo intenté explicárselo lo mejor posible y me pareció que se quedó bastante convencido. Al cabo de unos días, estando recolectando, oía la conversación de dos señores cerca de mí y reconocí al señor, que amablemente me saludó. Le estaba explicando a su amigo lo que yo estaba haciendo y la importancia de esta labor. Oír su explicación y la ilusión con la que lo contaba me llenó de satisfacción.
Respecto a la situación de las mujeres en la ciencia, ¿ha habido algún cambio desde que empezaste?
En las que yo conozco creo que no. La situación de las compañeras sigue siendo la misma: trabajando mucho, con la misma ilusión e intentando obtener proyectos de investigación para conseguir financiación, y así poder contratar personal y ampliar las líneas de trabajo. En nuestro entorno laboral, en ningún momento he notado ningún signo de “no igualdad” entre botánicos/as.
Con Ana M. Ibars en el congreso Planta Europa.
Y la situación laboral de ahora, ¿cómo la describirías?
Actualmente, en nuestra unidad somos solo dos técnicas, cuando en la época que teníamos proyectos hemos llegado a ser unos 10 compañeros. Pero con los recortes en los proyectos no hay manera de poder contratar personal. En este momento, tenemos el apoyo de la Generalitat Valenciana, con la que colaboramos activamente, pero el pilar principal es la propia Universitat.
La colaboración con otras instituciones es una parte importante de tu trabajo… ¿Por qué es necesaria?
Principalmente colaboramos con el grupo del Servicio de Vida Silvestre-CIEF (Centro para la Investigación y Experimentación Forestal) de la Generalitat Valenciana. Es un centro de conservación de flora que integra el equipo de conservación y producción de especies de flora valenciana rara, endémica y amenazada con el que cooperamos activamente. Sobre todo, nos coordinamos las recolecciones de las especies del Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazadas y conservamos duplicados de semillas, que en el caso de nuestro banco son a largo plazo mientras que en el CIEF las conservan a corto-medio plazo (su finalidad principal es la producción de plantas para translocaciones de conservación). Esta coordinación es muy necesaria para no duplicar el trabajo ni, por ejemplo, agotar las poblaciones naturales si los dos equipos fuéramos a recolectar semillas el mismo año.
Con Ana M. Ibars y Rafa Onofre en la plantación de Marsilea quadrifolia en la Laguna del Samaruc.
Y en el Jardín, ¿cómo es la relación con otras unidades?
Nuestro equipo siempre ha estado dispuesto a colaborar con las diferentes unidades técnicas del Jardí Botànic y, en algún momento, por distintos acontecimientos lo hemos hecho. Principalmente, por proximidad o afinidad en nuestro trabajo diario tenemos más contacto con el herbario, ya que tanto tenemos que consultar pliegos de especies que nos interesa recolectar como cuando salimos al campo recogemos pliegos de plantas interesantes que depositamos en esta unidad. También colaboramos activamente con el jardín exterior, en la parte de siembras y propagación de algunas especies para mantenimiento de las colecciones, en la elaboración del Index Seminum del jardín o la gestión de los pedidos de semillas a otros jardines botánicos.
Con D. Manuel Costa, José Plumed y Amparo Olivares en el Jardí Botànic.
¿Cuál es la parte más desagradable de tu trabajo y cuál la más gratificante?
No creo que haya faena desagradable, sino que nos guste más o menos hacer. Por ejemplo, estas últimas semanas se nos han estropeado varios aparatos por lo que ha habido que avisar a los servicios técnicos, con el consecuente trastorno, presupuestos, etc. Es la parte menos agradable, pero importante también.
Y gratificantes, si trabajas en lo que te gusta, hay muchas. Particularmente, a mí una de las partes que más me motiva es completar y cerrar el ciclo de una especie. Es decir, si trabajamos con un taxón concreto desde su recolección, obtención del protocolo óptimo de germinación y plántulas que se trasplantan, crecen (bien en el jardín o en el campo), florecen y fructifican, pudiendo volver a recolectar semillas si interesan. Además, pensar que semillas que hemos recolectado y conservado a largo plazo, generaciones futuras puedan germinarlas y obtener planta adulta, también es muy satisfactorio.
Por último, ¿a qué botánico o botánica te hubiera gustado conocer en persona?
Me hubiera gustado conocer a varios pero, entre ellos, al ilustre botánico valenciano Antonio José Cavanilles. Fue un botánico polémico que contribuyó al conocimiento de la flora con la descripción de numerosos géneros y varios centenares de especies, ya con la reciente taxonomía de Carlos Linneo. Esta magnitud de descripciones las pudo hacer gracias a unas estancias en París y Madrid donde pudo examinar las colecciones de plantas vivas venidas de todos los continentes y, concretamente, de las aún numerosas colonias españolas y de las expediciones científicas de la época alrededor del mundo. Además, se interesó por la agricultura y las costumbres de Valencia. En el Jardí Botànic hay un recorrido etiquetado con algunas de las especies que describió.