10 preguntas verdes a… Purificació Mascarell
Esta semana en espores entrevistamos a Purificación Mascarell, profesora de Teoría de la Literatura en la Universitat de València, crítica literaria y escritora. La palabra escrita impregna el mundo de esta setabense que ya ha dejado su huella en la literatura valenciana con "Centro comercial El Olvido", ganadora del Premio de Narrativa Enric Lluch i "Mireia", galardonada con el premio Lletraferit de Novela. Purificación deja que nos acerquemos a los paisajes que conforman su mundo y nos confirma que unir lectura y naturaleza siempre es una excelente elección.
¿Cuál es tu primer recuerdo de naturaleza?
El Hortet. O sea la caseta en la montaña de Sant Antoni, entre Xàtiva y el Genovés, que mis padres compraron cuando yo tenía tres añitos para subir a jugar. Tuvieron que pedir un pequeño préstamo a mis yayos, porque en mi casa teníamos lo justo, por eso todavía valoro más el gesto de comprar(-me) un trocito de tierra para pasar los domingos en contacto con la naturaleza. Recuerdo la higuera y los higos cosechados con el cóp por mi padre. Los olivos y los almendros, siempre dando frutos que nos comíamos con pasión: chafar y adobar las olivas con mis hermanos grandes, hervir y pelar las almendras con mi madre. El olor de las algarrobas al caer al suelo y el sabor de la uva de la parra al inicio del otoño. Y unas preciosas azucenas que nacían solo una vez al año en la replaza de tierra. Los recuerdos se fusionan con el presente, porque todavía conservamos y cuidamos del Hortet.
Un paisaje que podría inspirar tu próximo libro…
La soledad verde y profunda de la Tinença de Benifassà. Ideal para una historia de misterio con pocos personajes y mucha tensión ambiental.
Confiésanos tu pecado insostenible
El aire acondicionado a todo trompo. Y es que en Xàtiva, en verano, la mayoría de los días lo tenemos más horas encendido que apagado… Para compensar, ya hace mucho que no cojo aviones e intento comprar siempre ropa confeccionada de manera ecológica y de proximidad.
Elige tu poder si fuiste una superheroína ambiental
Diré tres: depurar el aire contaminado, eliminar los residuos de plásticos de toda el agua del planeta y regenerar los bosques.
Tu fobia inconfesable cuando vas al campo
Una serpiente!
Un jardín donde perderte
Me gustó muchísimo el Jardín Botánico de Ayuda, en Lisboa. Hice una estancia de investigación en la capital portuguesa y solía ir mucho por el jardín a leer y a pasear. La zona de los árboles tropicales era especialmente impactante y te olvidabas donde estabas en realidad: parecía el Congo, o lo que en mi imaginario europeo pueda ser el Congo.
Tres cosas que te llevarías a un Jardín Botánico
Pues un libro, ¿como no? Cualquiera de la editorial Elba, que tiene chulísimos sobre jardines. Alguna cosita dulce para merendar, tal vez unos buenos pasteles de boniato. Y, por último, tiempo, tiempo para no ir con prisas y disfrutar lentamente de la tarde.
¿Crees que regalar flores o plantas está pasado de moda?
Nunca pasará de moda esto. A mí especialmente me gusta regalar plantas. A mi madre le ferié en la Feria de Xàtiva de este pasado agosto un jazmín precioso, para su balcón.
¿Tienes alguna película o libro que te haya marcado donde la naturaleza sea la protagonista?
Como peli diría las palmeras de Apocalypse Now, que quieren representar los paisajes de Vietnam, pero que en realidad son de Filipinas, donde rodó Coppola la película. Esa naturaleza exuberante, selvática, ese río inhóspito, lleno de peligros, configura un mundo natural que expulsa a los yanquis, que puede con ellos, que los supera. Lo decía Che Guevara: “Crear dos, tres… muchos Vietnam, es la consigna”.
Como libro elijo Soledad, de Víctor Català (Caterina Albert), donde la montaña es tan protagonista como Mila, la joven que se instala allí con su marido para hacer de ermitaña.
El cambio climático ya ha llamado a la puerta, ¿llegamos tarde?
La capacidad de regeneración de la naturaleza es grandiosa. Recordemos cuando nos paramos tres meses por la pandemia y, solo en ese tiempo, los índices de contaminación bajaron una barbaridad y el planeta se esponjó. Si mañana nos extinguimos, el planeta Tierra, la fauna y la flora, tienen para milenios de felicidad plena sin nosotros: el cambio climático no avanzaría. Pero con nosotros por aquí, lo veo complicadísimo. Somos la especie más destructiva de todas las que han poblado la tierra.