The Blue Montains Botanic Garden, Mount Tomah

Se trata de un jardín botánico, hasta ahí todo claro. Pero, además, está situado en las Montañas Azules (Greater Blue Montains), una región montañosa en Nueva Gales del Sur, Australia, que comienza a unos 50 km al oeste de la ciudad de Sídney, y están incluidas en la lista del Patrimonio Mundial.

Dentro de esa región montañosa, el jardín botánico se sitúa sobre el monte Tomah, en la cima de un pico de basalto y a 1.000 metros sobre el nivel del mar. Los propietarios originales de esa tierra eran los aborígenes Darug y el nombre Tomah, en aborigen, hace referencia a “helecho arborescente”. En el 2011 el nombre del jardín fue cambiado al de “The Blue Mountains Botanic Garden, Mount Tomah“.

Para empezar, la historia de un terreno en las montañas

Una vez que nos hemos situado, solo falta conocer algunos datos sobre el jardín, como que es miembro del BGCI y presenta trabajos para la Agenda Internacional para la Conservación en los jardines Botánicos. El código de identificación internacional del “Mount Tomah Botanic Garden” como miembro del “Botanic Gardens Conservation Internacional” (BGCI), así como las siglas de su herbario es NSW.

Los aborígenes guiaron, en el año 1823, a Archibald Bell hasta la ruta de las montañas azules norteñas (hoy conocidas como Bellis Line of Road). La primera concesión de tierra se produjo en 1830. A partir de entonces tuvo diferentes propietarios y explotaciones.

En la década de 1960, el horticultor de origen francés Alfred Brunet y su esposa australiana Effie, cedieron los terrenos que poseían en el monte Tomah para que pudieran anexionarse al Jardín Botánico de Sídney. Ahora, es un jardín público y arboreto con una superficie de 28 hectáreas que abre todo el año. La gestión del jardín está administrada por una organización gubernamental denominada The Botanic Garden Trust, que a su vez se ocupa de la gestión de tres jardines botánicos más: The Royal Botanic Garden Sydney; The Domain y The Australian Botanic Garden, Mount Annan.

A sus 28 hectáreas, hay que añadir terrenos que se mantienen como área de conservación de la flora autóctona y que ocupan 186 hectáreas de arbolado y de regueras de piedra arenisca.

La botánica de un botánico

The Blue Montains Botanic Garden cubre 28 hectáreas de suelo arcilloso y ácido. Este entorno fértil y la baja temperatura son perfectos para mostrar las plantas de las regiones más frías del mundo. Más de 5.000 plantas de clima frío (en la actualidad 5.265 taxones), de las que el 20% lo componen plantas nativas de Australia.

Las plantas se agrupan de acuerdo a su origen geográfico. Hay una serie de jardines temáticos dentro del jardín, donde los visitantes pueden ver las similitudes y diferencias entre las plantas de cada región y aprender sobre evolución de la flora en diferentes continentes. Visita imprescindible cuando se acude a ese Jardín Botánico, porque cada uno de ellos nos va a ofrecer una perspectiva diferente del comportamiento, las posibilidades y las necesidades de numerosas especies de plantas.

Bosque del Hemisferio sur o Southern Hemisphere Woodland

Destaca una importante colección de plantas procedentes del hemisferio sur (Chile y Perú; Nueva Zelanda; Nueva Caledonia y África). De todas ellas, llama especialmente la atención la espectacular floración de una planta nativa de los Andes de Chile, la Puya alpestris. A juzgar por la cantidad de fotos que han hecho a esta planta los responsables del jardín botánico, se entiende que están más que orgullosos de tener la oportunidad de cultivarla y verla florecer en este jardín. Claro que, pensándolo bien, no es para menos.

The Blue Mountains Botanic Garden, Mount Tomah

Puya alpestris

Especies de coníferas ubicadas en el jardín conocido como Conifer species. En ese jardín se plantaron muchas especies inusuales cuando todavía era un jardín privado. Posteriormente se fueron incorporando nuevas especies hasta llegar a reunir una extensa colección de coníferas, a las que se han unido también nuevos cultivares seleccionados por su gran porte. Pasamos también por el pantano en el Bog Garden se forma cuando el agua se filtra a través del suelo y se ve atrapada entre capas de arenisca y esquitos (rocas metafórmicas), formando humedales que albergan diferentes especies de helechos y musgos.

Praderas de narcisos en el Brunet Meadow que ya existían cuando todavía era un jardín privado. Los narcisos (Narcissus) crecen a los pies de árboles y arbustos, incluidos árboles inusuales como la Quillaja saponaria (Chile); Thujopsis dolabrata (China/Japón); o la impresionante Sequoia sempervirens (California, EEUU). Además, dentro de la familia Protaceae, en ese jardín encontraremos subfamilias y géneros de plantas como Waratah (Telopea); Banksia, Grevillea y Protea.

Por su parte,la selva tropical en Remnant Rainfores es una oportunidad única de sumergirse en la selva virgen, gracias a la presencia de gigantes helechos arborescentes, Sassafras, Ceratopetalum apetalum; Eucalyptus pilularis y otros árboles que crecen en su hábitat natural.

Sequoia sempervirens fue plantada durant la segona guerra mundial 

Las especies de rododendro en el jardín Rhododendron Species. En este jardín podremos disfrutar de rododendros fragantes en diferentes colores, formas y tamaños, que prosperan en las zonas más frescas del jardín. Estilos tradicionales europeos en el Formal Garden. Este jardín se presenta en tres terrazas. El jardín denominado Pergola Terrace se basa en las fronteras inglesas del siglo XIX y la selección de cultivares de coníferas se sitúa también en el jardín llamado Conifer Cultivars.

La colección de árboles procedentes de Eurasia situados en Eurasia Woodland, se eligieron para representar particularidades geográficas, ecológicas y hortícolas. Además de este jardín, el otoño ofrece su mejor cara en el llamado North American Woodland (Bosque Norteamericano).

Por último, jardinería doméstica moderna en el Residence Garden: la jardinería doméstica, en este caso, representada por césped rodeado de diferentes especies árboles y enmarcado por fronteras informales mixta, que incluyen desde las plantas más conocidas hasta las más inusuales del mundo. Al fondo de ese jardín, como si de un paisaje prestado se tratara, se pueden ver las Montañas Azules (Blue Montains). Un viaje agotador, sí, pero que bien merece la pena ¿no os parece?