Los jardines de Forde Abbey, casi 900 años de historia
Un jardín histórico en el que se conjuga la estética de una casa solariega con la frescura de las prácticas de jardinería de las nuevas generaciones. El Blog de la Tabla nos propone visitar los jardines de Forde Abbey, con casi 900 años de historia, para lo que nos desplazamos al condado de Somerset, Reino Unido. ¿Os venís?
Desde 1141 hasta nuestros días, Forde Abbey (traducido como Abadía de Forde) y sus jardines son un verdadero ejemplo de historia que se ha conservado con gran respeto, pero sin perder dinamismo y frescura. Se trata de un jardín histórico, situado en el suroeste de Inglaterra, en Somerset, donde se disfruta de un clima templado.
Los actuales propietarios de Forde Abbey House & Gardens, Alice Roper y su marido Julian Kennard, heredaron un jardín de algo más de 12 hectáreas rico en historia, sí, aunque ellos parece que están dispuestos a vivir y trabajar rodeados de un estilo informal. Hasta su sitio web destila vivacidad. Es una delicia navegar por sus páginas. Las fotos son excelentes y permiten apreciar al detalle todo lo que acontece en ese jardín. En primavera, por ejemplo, los tulipanes serán un plato fuerte, como todas las temporadas, de igual modo que lo serán esas praderas donde a finales del invierno puntean a ras de suelo las “Campanillas de Invierno” (Galanthus nivalis) y el azafrán (Crocus). A partir del mes de mayo, las praderas de flores silvestres se encargarán de poner el toque fresco a estos jardines. Y ya en pleno verano, aparecerán las dalias (Dalhia), para convertirse en protagonistas.
Long Pond./ Chris Downer (cc-by-sa/2.0)
Casi 900 años de historia
Pero hablamos de un jardín histórico y creo que sería interesante repasar cómo ha llegado a convertirse en lo que hoy podemos visitar. Como os comentaba, nos trasladamos hasta Somerset, un condado no metropolitano de origen histórico ubicado en el suroeste de Inglaterra, Reino Unido. Junto con el resto del suroeste de Inglaterra, Somerset disfruta de un clima templado. Allí nos espera Forde Abbey, antiguo monasterio fundado por los monjes cistercienses hace más de 800 años.
Forde Abbey pasó a ser una casa solariega después de la disolución de los monasterios. Un proceso formal que tuvo lugar entre 1536 y 1540, por el cual el rey Enrique VIII de Inglaterra confiscó la propiedad de las instituciones de la Iglesia Católica en Inglaterra, y tomó control de ellas como la nueva cabeza de la Iglesia de Inglaterra.
En 1543, la Abadía fue arrendada por la Corona a Richard Pollard. Durante los siguientes 100 años tuvo diferentes propietarios que apenas intervinieron en la propiedad, hasta que en 1649 fue adquirida por Edmund Prideaux, principal responsable de la transformación de Forde Abbey de una residencia monástica a una casa particular. Una propiedad privada que fueron heredando sus sucesores durante el siglo XVIII.
En el siglo XIX se vendió y, de nuevo, se sucedieron diversos propietarios. Este es precisamente el periodo en el que vamos a encontrar la esencia de esta propiedad histórica, porque durante ese siglo se fueron desarrollando los jardines, cuyo diseño de estilo victoriano incluía un extenso jardín amurallado al norte y el área de arbustos y matorrales al sur. A partir de entonces, tres generaciones de la familia Roper se encargaron de establecer el jardín de los pantanos, el jardín del parque y la rocalla. Geofrrey Roper llegó a plantar más de 350.000 árboles en la finca a lo largo de su vida.
Bog Garden. / Oliver Dixon (cc-by-sa/2.0).
La lenta evolución de los jardines en esos nueve siglos de historia ha dejado alineaciones de topiaria (práctica de jardinería que consiste en dar formas artísticas a las plantas mediante el recorte con tijeras de podar) y fronteras de herbáceas llenas de color. Un arboreto, un jardín de pantano, lagos, un jardín amurallado y un huerto. Un diseño de jardín que incluye aspectos formales e informales. Líneas rectas que dan paso a senderos serpenteantes a medida que te alejas de la casa. Bancos y asientos para detenerse a disfrutar las vistas que ofrece ese recorrido.
Park Garden. / Oliver Dixon (cc-by-sa/2.0).
Un jardín es un capítulo que está constantemente siendo escrito
El jardín ha progresado reflejando el estilo de vida y el gusto de cada generación. Los últimos herederos y actuales propietarios, por ejemplo, lo están dinamizando. Este es el aspecto que hace especialmente interesante a este jardín y buena parte del mérito lo tiene su actual jardinero jefe, Joshua Sparkes.
Dicen que Joshua Sparkes es curioso por naturaleza y no deja de cuestionar y observar prácticas alternativas de jardinería. Su objetivo es aunar el aspecto artístico con el científico. Corren nuevos tiempos y la jardinería sostenible prima sobra la meramente ornamental. La experiencia adquirida mientras trabajó durante un año en grandes jardines de Estados Unidos, conocidos por su gestión ecológica, como es el caso de Mt. Cuba Center en Delaware, le han permitido desarrollar proyectos que giran en torno a la gestión y el mantenimiento de un suelo saludable. El propósito de Sparkes no es enfocar su esfuerzo únicamente en la química y la textura del suelo, sino también en la biología: “No puedes esperar crear un jardín ecológico y no mirar el suelo y el ecosistema en el que crece”, asegura.
Y así, en medio de la formalidad de este gran jardín, nos vamos a encontrar también floridas praderas simulando los prados de silvestres y prácticas de siega con guadaña, como en los viejos tiempos.
Creo que si hay algo que hace grandes a algunos jardines históricos es su capacidad de adaptarse a los tiempos, sin perder ni un ápice de su valor patrimonial.
Alice Roper y Julian Kennard, los actuales propietarios de Forde Abbey, confiesan que un jardín nunca es un artículo terminado, sino más bien un capítulo que está constantemente siendo escrito, reescrito y editado, para dar forma al flujo y al estilo de la narración. Estoy de acuerdo con ellos, por supuesto.