De ruta amb el Botànic, subiendo el Penyagolosa
Nuestro conservador del herbario Jesús Riera, y el del jardín exterior, Jaime Güemes, acompañaron a todos aquellos excursionistas que este mes de septiembre se apuntaron a una subida encantadora y de una gran riqueza botánica, la cumbre del Peñagolosa. Jesús nos cuenta las anécdotas de un día en el que hablamos de plantas, disfrutamos de las primeras señales del otoño y nos sentimos orgullosos de contemplar las maravillosas vistas que nos esperaban al final de nuestro camino.
No dudé ni un segundo en aceptar el día que me propusieron ir, con mi compañero Jaime, a guiar una de las excursiones botánicas que este año había organizado el Jardín dentro de su ciclo De ruta con el Botánico, para subir al Peñagolosa. A pesar de que sabía que todavía no podríamos adentrarnos en un otoño que se hacía de rogar, siempre es una ruta excitante y de una gran belleza.
Y es que conozco la zona desde hace años por las visitas para hacer senderismo. Durante muchas veces ha sido el punto de inicio o llegada de numerosas caminatas. Posteriormente, mientras estudiaba biología, curiosamente fue la zona donde empezó mi interés por la botánica.
Desde el Botánico se ha visitado la cumbre en numerosas ocasiones, pero es siempre una de las salidas que tiene más éxito. Aún así, yo también recomiendo la visita del entorno sin llevar un guía. Creo que es un lugar ideal para pasar unos días disfrutando de un espacio verde excepcional. Además, también es perfecto para practicar senderismo. Si encima te interesan las plantas y los animales, es un lugar perfecto para observarlos.
Botánica a destacar
En cuanto a la vertiente botánica de la visita, me quedaría con muchas plantas que me resultan interesantes, y no más fácil elegir de preferidas. De entre las que pudiéramos ver el día de la excursión, yo destacaría el geranio de Peñagolosa (Erodium celtibericum), el rabo de gato (Sideritis pungens) y el tejo (Taxus baccata).
Tejo con sus característicos frutos rojos
Ahora bien, sin duda la especie que más llamó la atención a nuestros caminantes fue la primera que he nombrado, el geranio de Peñagolosa, por el lugar donde crece (crestas de la cumbre), por su hábito de crecimiento (pegada a la roca) y porque tuvimos la suerte de encontrarla en flor.
Geranio del Peñagolosa en flor, Barranco de la Pegunta. Imagen: floradelmeuentorn.blogspot.com.es
Por otro lado, como botánico y excursionista, siempre que sales al campo lo haces con la curiosidad en la mochila, esperando algún hallazgo, un descubrimiento (un rasgo de carácter que he encontrado en muchos compañeros y compañeras a lo largo de estos años), pero no hubo suerte, y es que tampoco era una época especialmente favorable para hacer nuevos hallazgos de plantas. Vimos las especies que eran de esperar para finales de septiembre, eso sí, si que echamos de menos más setas. Pero la meteorología no había acompañado desde finales del verano.
No te pierdas…
Y si tengo que recomendar algo de esta visita, aquello que no nos podemos perder o a lo que tenemos que prestar especial atención, serían dos puntos del recorrido que considero especialmente bonitos. Uno es el barranco de la Pegunta, sobre todo la zona más estrecha donde se encuentran los ejemplares de tejo. Parece que te encuentras en una zona de otras latitudes más frías.
Barranco de la Pegunta de camino a la cima del Peñagolosa
El otro, como no puede ser de otra manera, es la cumbre del Peñagolosa. Las vistas desde arriba son espectaculares. Tuvimos la suerte de pillar un día con buena visibilidad y disfrutamos mucho las panorámicas. Y por supuesto, con los tiempos que corren, el selfie es obligado.
Los guías con algunos de los participantes en la excursión en la cima del Peñagolosa
Vista desde la cim del Peñagolosa
Ahora bien, todas las salidas que no son sin ninguna dificultad tienen una parte complicada, o un tramo más duro o un momento en el que tienes que tener cuidado o reservar energías para cuando llegues. En esta salida el punto más complicado de la ruta es el tramo final de ascenso a la cumbre, con una pendiente considerable. En nuestro caso rompió bastante el ritmo e hizo una selección importante entre todos y todas los asistentes, ¡pero nadie se quedó sin hacer cumbre! Todos llegamos y estoy muy orgulloso.
Explicación del guía en el punto de salida la excursión. Santuari de Sant Joan de Penyagolosa
Fue un buen día para ver plantas, disfrutar del aire libre y estar con gente de mismos intereses, y recomiendo a todos que se animen a hacer esta subida al pasar el invierno, tanto acompañados de guías botánicos, como fue nuestro caso, como por cuenta propia. En nuestro grupo había muy buen ambiente y la actitud general era de mucha curiosidad. A lo largo de todo el trayecto no pararon de preguntar cosas: sobre plantas, sobre la vegetación de la zona, qué pueblos vecinos se veían desde la cumbre,… Incluso, algún excursionista aprovechó para recoger hierbas para adobar las olivas que tenía que cosechar este invierno.
Lee más sobre la protección del Peñagolosa en este artículo de Martí Domínguez en la revista Mètode