Conservación

25 Ago 2016

Viaje por el bioma mediterráneo

Imatge d'Alessandro Baffa. Font: FlickR

Què caracteritza el bioma mediterrani? Quins són els trets climàtics de què depèn el bioma? I com és la seua vertadera distribució al planeta? Interrogants centrals plantejats que desitgem resoldre al llarg d’aquest article d’investigació. Acompany'ns en aquest viatge!

Aunque el bioma es un paisaje bioclimático, ecosistemas compuestos por tentáculos como la fauna, la flora y el clima, nos centraremos en estos dos últimos. El bosque y matorral se extienden por las zonas templadas de nuestro planeta, las cuales presentan un clima de tipo mediterráneo. Un clima caracterizado por unas precipitaciones no muy abundantes pero superiores respecto a otros biomas y la presencia marcada de un periodo de sequía, el cual lo condiciona todo. Mientras tanto, la vegetación natural posee tres puntos distintivos: ser esclerófila, la adaptación al fuego y la histórica colonización humana. Dicho esto, dependiendo de los autores y las clasificaciones, este bioma puede recibir varias denominaciones: el Bosque Mediterráneo, el Bosque y Matorral Mediterráneo, el Matorral Mediterráneo, la maquia… Y es que vivimos abocados en todos los sentidos a la influencia del Mare Nostrum, la región histórica de la mediterránea al tiempo de la antigua Roma. Y es que el adjetivo mediterráneo/-ània se usa fácilmente y con cierta simpleza a la hora de describir infinidad de aspectos. Es más, este calificativo ha desembocado en una auténtica confusión según el contexto a lo largo de nuestra historia. En cambio, en el campo de la geobotánica hay infinidad de estudios aclaratorios que abordan varios conceptos mediterráneos. Por eso, prestando atención al bioma mediterráneo, quiero romper el mito inmutable de que las fronteras mediterráneas solos se deben en un mar o todo gira alrededor de un mar y la proximidad a él.

Habrá que conocer la definición de bioma…

Los geobotánicos han llegado a la conclusión que los biomas son áreas relativamente uniformes cubiertas por uno de los grandes tipos de vegetación. Esta gran unidad de clasificación de paisajes de la biosfera busca en todo momento la interacción directa entre el suelo, flora, fauna y clima. También se puede hablar de una área o dominio climático con agrupaciones bióticas vegetales y animales diferenciadas, muy adaptadas a las condiciones físicas a lo largo de su distribución.

La taiga escandinava en el norte de Europa es uno de los biomas descritos. Bosque boreal expuesto a cambios de fotoperiodos acusados, bajas temperaturas anuales y suelos poco fértiles. Géneros destacados: Pinus, Larix o Abies. Imagen de mrgniqq. Font: FlickR

Distribución geográfica detallada de los biomas presentes a nuestro planeta, según los resultados establecidos por Walter en el siglo pasado. Imagen de Ciberpensadores. Font FlickR Sabiendo que la bioclima o su conjunto de ecosistemas dependen principalmente del clima, nos fijaremos en la formación vegetal como parte del bioma desde una base fisiológica y fenológica, (dejando en segundo lugar, la taxonomía específica). Y es que aunque los biomas no están determinados florísticamente, ocasionalmente existe cierta relación con las regiones florísticas del globo. Además, el bioma se encuentra repetido en zonas que comparten condiciones climáticas (radiación, viento, temperatura, humedad con disponibilidad de agua y estacionalidad de precipitaciones parecidas). Desembocará en una vegetación determinada, típica de la zona del bioma y compartiendo adaptaciones ecológicas parecidas con otras regiones del mismo bioma. Este es el núcleo de nuestro artículo! La clasificación de Walter (1973) marcó el establecimiento hasta la actualidad de la clasificación compuesta de nuevo zonas climáticas (zonobiomas), áreas ecológicas basadas en la forma de crecimiento, adaptaciones, estratificaciones habituales de las plantas en suelos propios. A escala global podemos distinguir grandes tipos fisonómicos de vegetación, en qué incluir cualquier caso concreto: tundra, taiga, bosque (templado, tropical, mediterráneo y montañoso), pradera, sabana, desierto tropical y polar. Estoy seguro que la mayoría de biomas citados os resultarán familiares!

El Bioma mediterráneo y su receta del éxito

A pesar de sus reducidas dimensiones, este bioma presenta una elevada biodiversidad, heterogeneidad, tanto en flora como en fauna. Son diversas las razones que catapultan este bioma y a los ecosistemas mediterráneos al éxito evolutivo: un clima de transición, diferentes orígenes biogeográficos de la flora, el aislamiento característico de estas comunidades en las áreas de clima mediterráneo o la intensa alteración, antigua influencia del hombre sobre estos ecosistemas. Aunque la presencia de relevos montañosos no es una característica distintiva de este bioma de contrastes, el abanico orográfico junto con los tipos de suelos ha propiciado la formación de microclimas locales con zonas con distintas disponibilidades hídricas (si echamos de vocabulario rural, topográfico: sombra de lluvias, riberas y valles, vertientes de sierras, contraste umbría-solana), de gran importancia para floras con sequía estacional.

Bosque mediterráneo al macizo montañoso del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara, situado en el sudeste de la provincia de Cáceres, Extremadura. Imagen de toyaguerrero. Font FlickR

Embalse aragonés de la Presa de Mequinensa en la comarca del Bajo Aragón-Caspe. Debido a la fuerte sequía de 2006, la bajada de las aguas deja a cuerpo descubierto antiguas edificaciones agrícolas. Imagen de cesareolarrosa. Imatge de FlickR

Las áreas mediterráneas son zonas de entre climas húmedos y secos, entre climas templados y tropicales. El bioma mediterráneo con reminiscencias tropicales, recibe lluvias estacionales, en que los inviernos su húmedos y los veranos cálidos y áridos. Motivo? La dominancia hegemónica de los anticiclones subtropicales. Las precipitaciones son habitualmente impredecibles, se reparten desde el otoño hasta la primavera, variante de escasas a moderadas (medias de 200 a 800 mm anuales, siente las australianas, las zonas típicamente más lluviosas). Por lo tanto, el clima puede variar de mediterráneo desértico hasta hiperhumido, pero siempre existe la limitación de más de dos meses de sequía estival con una intensa radiación solar. Bioma excepcional en que la estación húmeda coincide normalmente con la primavera y el otoño, y la época favorable, estival con un elevado déficit hídrico. Y es que durante el verano, las lluvias significativas son pobres, con total dependencia de la formación de tormentas convectivas, pero frecuentes en zonas montañosas (Suráfrica y Australia reciben precipitaciones más abundantes en verano debido a los ciclones tropicales). Y sí, no estás loco, has leído Australia y estarás pensando: este continente es mediterráneo? Espera un poco! Además, la alta irregularidad, variabilidad anual de las precipitaciones es uno de los otros signos emblema de este bioma. O es que no estamos transcurriendo por una época con muchos años seguidos con continúas sequías? Y las temperaturas? El contraste térmico estacional se acentúa con la continentalidad. Los veranos pueden ser de moderadamente cálidos a bastante calurosos, y los inviernos de frescos a fríos. La referencia la tenemos con la amplitud térmica anual, siente moderada y sobre todo en las zonas costas, donde los inviernos son más suaves.

La erosión y la coloración, cimientos del tipo de suelo

Este bioma presenta unos suelos poco evolucionados y poco diferenciados del material litológico por tres motivos: la diversidad de variantes climáticas, de sustratos geológicos y por la abundancia de relevos montañosos. En general, se tratan de suelos poco profundos debido a que los procesos de erosión están muy extendidos. Y esto a que se debe? Porque vivimos en un bioma con notoria abundancia de rocas sedimentarias blandas expuestas a las lluvias torrenciales de otoño (al este ibérico, la gota fría) posteriores a las épocas de sequía (llueve poco, pero cuando llueve…) y coincide con una cobertura vegetal menor. Como también la erosión se ve incrementada por la gran extensión de territorios degradados por la milenaria acción humana y por los frecuentes incendios forestales.

Paisaje californiano con los conocidos rasclers erosionados, originados debido a la escorrentía superficial de las lluvias. Imagen de samfelder. Imagen de samfelder. Imatge de FlickR

La roca calcárea es uno de los materiales litológicos básicos predominantes a la cuenca mediterránea occidental, modelado por el clima y muchas sueño las formaciones vegetales distinguidas a partir de este suelo. Imagen  de isidro espinosa. Font FlickR

Es evidente que cada bioma posee unos tipos de suelos concretos, unos procesos edáficos característicos debido a una serie de causas como el clima o la naturaleza y edad del material litológico. En uno de los rincones de nuestra cuenca mediterránea, al Levante ibérico la combinación de una disolución baja, escasez de agua junto a un grado de erosión y contraste de humedad elevado ha dado lugar a dos tipos de suelos predominantes. En primer lugar, los suelos rojos mediterráneos, de color marrón cobrizo y no siente los más extendidos. Pero a que se debe ese color tan peculiar? A la acumulación de óxidos de hierro deshidratados durante el periodo de sequía en la superficie de las arcillas. Por otro lado, las tierras rubias sueño los suelos formados directamente a partir de roca calcárea dura. La alteración geoquímica de los minerales de los suelos de este bioma es muy acusada (auténtica locura para un geólogo!). Pero, y los suelos mediterráneos no erosionados? Son de color marrón o cobrizo y con elevado nivel de bases. Lo más importante es que un bajo grado de erosión y degradación, origina suelos más fértiles y con la posibilidad de acumular agua.

Vegetación mediterránea: el equilibrio entre el esclerófila y perennifolia

La germinación de una planta en este bioma buscará los meses con suficiente humedad, temperaturas adecuadamente cálidas y suficientes horas de luz de la estimada primavera. El crecimiento también tiene lugar en otoño, con la recuperación de las reservas de agua, pero las temperaturas y las horas de luz empiezan a disminuir. Si la estación de crecimiento se alarga hasta invierno es porque estamos hablando de zonas próximas a los trópicos, donde las temperaturas su más suaves y los días no tan cortos. En definitiva, cuando los suelos su suficiente profundos y las precipitaciones adecuadas, la vegetación de este bioma está dominada por un bosque mediterráneo de puerto modesto, perennifolio (el árbol con hojas todo el año) y esclerófilo (hojas pequeñas, rígidas y duras). Bosques densos con una gran diversidad del estrato arbustivo y si son abiertos es debido a la influencia humana. Encinar (Quercus ilex) a la Sierra de Grazalema, Cádiz. En el territorio valenciano, la conocida bellotera (subespecie rotundifolia) es la predominante en los bosques perennifolios ibéricos mediterráneos. Crece en cualquier tipo de sustrato y hasta los 2000 m de altitud. Imagen de jepeto. Font FlickR Las hojas esclerófilas presentan gordas cutículas lignificadas, ricas en cera y estomas pequeños y hundidos en cavidades de la cara inferior de estas duras hojas. Por qué? Para reducir al máximo las pérdidas de agua por evaporación y el calentamiento con la reflexión de la luz solar debido a la sequía estival. La síntesis de estas hojas protegidas y opacas a la luz tiene un alto coste energético para la planta y es más, baja eficiencia fotosintética a pesar de tener altos niveles de clorofila. Pero los permite resistir a largas sequías, a las altas radiaciones y temperaturas estivales a diferencia de los bosques otros biomas como el templado. Además, los bosques mediterráneos al mantener hojas todo el año, tienen que ser capaces de soportar fríos invernales y sobretodo, fuertes heladas. Sabiendo que los inviernos su cortos, esta vegetación no le compensa perder las hojas y así, realizar la fotosíntesis cuando las temperaturas y la disponibilidad de agua sean las apropiadas. Pero todos los árboles y los arbustos son perennifolios esclerófilos? Pueden abundar los caducifolios de verano. Pérdida total o parcial de hojas en los meses de mayor déficit hídrico para evitar gasto de agua por evapotranspiración, o incluso arrollamiento foliar (deberías de observar un Cistus durante el verano, matorral muy abundante a nuestras sierras valencianas). Mientras los escleròfil·los perennifolios soportan la sequía limitante la pérdida de agua gracias a la morfología foliar, los caducifolios de verano lo evitan perderla. Hojas esclerofilas de un Quercus coccifera del Jardín Botánico de la Universitat de València. Con un puerto arbustivo muy ramificado y con hojas perennes y puntiagudas de color verde intenso, el carrasco puede llegar a originar formaciones muy densas en suelos costeros áridos y degradados en el sudeste ibérico. Imagen de Jose Aparici Las plantas que presentan rosetas de hojas como Chamaerops protegen los chatones interiores de la destrucción de los incendios como mecanismo ecológico de prevención. Imagende torquay-palms. Font: FlickR No es extraño localizar y formando parte del bioma, géneros de plantas aromáticas como Santolina, Rosmarinus, Thymus. En la foto, observamos poblaciones de Salvia y al igual que el resto de géneros contienen óleos altamente inflamables y constituyen defensas químicas contra la depredación herbívora, incluso, causando alelopatia! Imagen de papillon_house. Font FlickR En las áreas montañosas o a los litorales con pocas lluvias, pueden llegar a ser muy importantes las coníferas (pinares, cipreses, sabinas…). En el estado actual del bioma, su más abundantes las masas boscosas respecto a los ya de por sí densos matorrales esclerófilos. Siendo una habitual fuente de riqueza florística, la formación de matorrales espinescentes debido a varias causas: poca profundidad de los suelos (erosionados, pendientes elevadas…), precipitaciones escasas que no permiten la formación de un bosque o los frecuentes incendios tan característicos de este bioma. El fuego es un factor muy importante en estos ecosistemas, incluso antes de la llegada de los humanos. Por qué? Por ejemplo, los óleos inflamables de algunas plantas promueven incendios con el rebrote (pirorresistència, pirófilas), activación rápida de los órganos subterráneos después del paso del fuego y con un suelo ya enriquecido. Además, la extensión de matorrales se debe a la influencia humana, a las intensas alteraciones causadas por el hombre: ganadería, cultivo, civilizaciones… Hecho un repaso característico, podemos deducir un abanico infinito de admirables adaptaciones vegetales en un bioma, clima mediterráneo tan irregular… adaptaciones a los fitófagos, morfológicas o del ciclo vital. Ante el fuerte estrés hídrico y posando en juego la turgencia e hidratación de la planta, se desarrollan mecanismos de tolerancia, evitación o escape (podríamos escribir un nuevo artículo solo de este párrafo!). La sempervirencia, la esclerófila y xeromorfia buscan escapar de la temida sequía. Se más, la reducción estomática, las espinas y pelos, los órganos subterráneos o la abundancia de sustancias aromáticas sueño los emblemas de la vegetación de este bioma.

Rompiendo mitos: la colonización de un bioma

Posados en contexto, llegamos a los esperados patrones de distribución. Estás seguro que el bioma mediterráneo se encuentra asociado solo en la cuenca mediterránea? Vegetación mediterránea a las antípodas? En qué rincones del globo aparece este bioma? Y como varía este geográficamente? Y es que este bioma presenta distintos nombres en diferentes regiones no muy extensas y se distribuyen a ambos hemisferios, entre los 30 y los 40 grados de latitud. En las áreas afectadas por este bioma, se comportan como islas endémicas asociadas siempre a la prolongada sequía estival.

Mapa general de distribución del bioma mediterráneo a nuestro planeta. Con un 60%, la región del bioma de mayor extensión es la cuenca mediterránea. Imagen de Juan Jose Ibáñez La abrupta cordillera marroquí del Atlas es la barrera orográfica que marca la transición árida desde el bioma mediterráneo a la costa norteafricana hasta el bioma desértico sahariano. Imagen de londonietis. Font: FlickR Echando de bendita geografía, hay que apuntar sobre todo a las costas occidentales de los continentes y con uno % de representación del bioma mediterráneo de menor a mayor: región del Jefe en Suráfrica (4%), centro de Chile (5%), California (10%), suroeste de Australia (21%) y por supuesto, la cuenca, riberas e islas asociadas a Mar Mediterráneo con una elevada representación en varios países actuales de la región (60%). Es más, el bioma ha colonizado lejos de las costas occidentales, tierras adentro del continente eurasiático, llegando al actual Turquía y Siria. Qué Mediterráneo más internacional, no? Basándose en el tipo de vegetación que contiene, el bioma se conocido por distintos nombres: màquia o maquis a las riberas de Mar Mediterráneo (maquis en Francia, macchia en Italia), xaparral en California, matorral en Chile, fynbos en el sur de África o mallee, kwongan en Australia. El bioma lo podríamos dividir en dos grupos climáticos diferentes. En las zonas más áridas, de transición hacia los biomas desérticos y esteparios (Baja California, Chile, norte y sur de África, Oriente Medio…), los matorrales mediterráneos sueño más abiertos y de menor altura, con presencia de especies como las plantas crasas y gramíneas esteparias. Por otro lado, el bioma se puede acercar a los bordes de climas más húmedos y fríos. En esa transición hacia bosques húmedos caducifolios o mixtos con coníferas (Centro y norte de Europa, Chile, Alta California), la vegetación mediterránea contiene especies caducifolias como los conocidos robles. El exotismo del bioma viene de la mano otras regiones como el sur de África y Australia, donde los matorrales mediterráneos contactan con ecosistemas de sabana! Hagamos un rápido viaje por el planeta? Por cada región esclerófila del bioma? Empezamos!

Cuenca mediterránea: el latido del bioma

Esta región engloba la en torno a Mar Mediterráneo (Europa, Norte de África y Oriente Próximo; exceptuando, Pirineos y Egipto) y penetrando fuertemente en las masas de tierra del Viejo Mundo. Es decir, la máxima extensión mundial del bioma bajo el mismo clima. La sequía estival se traduce en matorrales altos (màquia), mientras los bosques habituales están formados por coníferas xerófilas o de encinares, como Quercus (calliprinos, ilex, rotundifolia, suber, etc). Adentrándose en la vegetación, en las zonas más cálidas, el sotobosque es muy rico en laurifolias (Arbutus, Bupleurum, Viburnum) y enredaderas (Clematis, Rubia, etc). A las solanas, crestas rocosas y suelos pobres sueño típicas las coníferas (Cupressus, Juniperus, Tetraclinis, Pinus, etc). La degradación de esta vegetación da lugar a matorrales calcícolas de la familia de las Labiadas, destacando los nacidos al extremo más occidental de la Cuenca mediterránea (Sudeste ibérico). Hay otros más espinescentes como la frigana (Grecia), batha (Palestina), entre otras. El clima mediterráneo a los rincones más montañosos desemboca en una vegetación adaptada básicamente la altitud y a la cantidad de lluvias recibidas.

El Quercus calliprinos, Q. macrolepis o el semicaducifolio Q. trojana, conforman los principales bosques de carrascars (Q. rotundifola) al extremo más oriental de la cuenca mediterránea. Imagen de helicongus. Font FlickR

California: la llama mediterránea en el norte de América

Esta región del bioma presenta una composición y estructura genérica pareciendo a la del Viejo Mundo en cuanto a vegetación. Engloba principalmente el estado norteamericano de California y el norte del estado mexicano de Baja California. El resultado es el chaparral a los regazos montañosos formado por bosques de Quercus (agrifolia, chrysolepis, douglasii, wislizenni, etc). La màquia está dominada por géneros como Arctostaphylos, Ceanothus, Malosma, Prunus, Rhamnus, Rhus, etc. Las etapas de degradación del chaparral dan lugar a la proliferación de matorrales litorales y dominados por salvias. Como también, la influencia continuada del copo y la rápida recuperación del bioma después de un incendio son claves en esta región y dan lugar a dos tipos de chaparral pirófilo, altamente inflamable. El chaparral de manzanites Arctostaphylos (manzanita, mariposa, etc.) es moderadamente pirófilo y lo chaparral de chamizo (Adenostoma fasciculatum, y más raramente A. sparsiflorum), equivaliendo a nuestras estepas.

Algunas zonas de la costa occidental del Norte de América, sueño de tendencia más árida y presentando plantas que pierden sus hojas en periodos de sequía, como se el caso de las formaciones de Quercus douglasi. Expuestas intensamente en la acción de la ganadería y la agricultura extensiva habitual a la conocida Vall *Central de California. Imagen de codebeans. Font: FlickR

Cap al sud de la regió, el pas a les zones desèrtiques és a través de màquies, chaparral desèrtic amb gèneres com: Aesculus, Arctostaphylos, Malosma, Ornitostaphylos, Quercus, Rhamnus, Rhu o Xylococcocus, riques en elements d’origen tropical (Agave, Echinocereus, Euphorbia, Machaeocereus, Myrtillocactus, Simmondsia, etc.). A la vora dels deserts (Gran Conca, Mojave, Sonora) i a gran altitud podem localitzar boscos oberts de coníferes (Juniperus, Pinus). I és que podem trobar pins i xiprers endèmics en serpentines… he dit serpentines? Exacte, són sòls tòxics. En canvi, buscant els racons més humits de Califòrnia, les formacions esclerofil·les ascendeixen al llarg de les valls interiors fins a la frontera meridional del Canadà. Als barrancs més profunds hi ha boscos relictes de Sequoadendron giganteum. A les zones muntanyenques amb major humitat i altitud abunden les coníferes amb clima més temperat i praderes obertes.

Costa chilena: la región del bioma con la flora más diferente

Al igual que en California, el matorral se centra a la costa debido a las próximas y altas fachadas montañosas como los Andes y actuante como imponente barrera orográfica. Presenta una composición muy diferente a las anteriores con abundancia de especies espinescentes sometidas a lluvias invernales y temperaturas bajas debido a las brisas frías marítimas que recorren el litoral. Los bosques más óptimos hasta 15 m de altura vienen de la mano de Lythraea caustica (Anacardiacea), Quillaja saponaria (Rosácea), Peumus boldus (Monimiacea), Jubaea chilensis (Palma) y varias lauracias en crestas húmedas. Además, la vegetación esclerófila, xerófila como Bromeliacias (Puya), Cactacias (Trichocereus) y Ramnacias espinosas (Colletia, Trevoa) puede ascender hasta los 1400 m. Superando las especies esclerófilas, encontramos coníferas (Antrocedrus chilensis) y matorral en forma de almohada y de influencia antártica (Azorella, Nothofagus arbustius, etc.). En estas áreas de alta altitud todavía podemos hablar de clima mediterráneo? Evidentemente.

La rosacea Quillaja saponaria (Quillay, popularmente) es uno de los símbolos más representativos, majestuosos por su puerto en en cuanto a la flora endémica chilena (Región de O’Higgins) y formando parte del bioma mediterráneo

Suráfrica: El espejo de un enlace directo entre bioma y reino florístico

El fynbos es uno de los otros tentáculos del bioma mediterráneo al hemisferio sur: la Región Capense (matizamos que hoy por hoy, se habla de Región Capense encasillado en el Reino Paleotropical (Paleotropical sur-atlántico) y en ninguna parte de denominarse Reino Capense). Este concentra una de las tasas más elevadas de endemismos. Dominan plantas con hojas grandes y cutículas gordas, hierbas perennes o suculentas, crasas formando parte del fynbos. Este crece sobre una gran variedad de suelos pero muy pobres en nutrientes, favoreciendo la potenciación de las raíces y los endemismos edáficos. El matorral original puede tardar hasta siete años al instalarse de nuevo después de los habituales incendios. Muchas especies del fynbos solo liberan sus entonces cuando su amenazadas por las lenguas de fuego, acumulando frutos el resto del año.

El fynbos del Reino Capense del sur de África se representado por la característica hegemonía de las poblaciones vegetales del género Erica. La mayoría de las especies de brezo su endémicas de esta región. Imagen de andrewmoir. Font FlickR

En cuanto al abanico rico de vegetación, destacan: 600 taxones correspondientes a Erica, 108 de Cliffortia (Rosáceas) o 100 de Protea (Proteacias). A los suelos graníticos de las zonas litorales, el matorral es rico en esclerófilas recordando a las màquias y bosques mediterráneos. Renosterveld es la denominación de los principales tipos de vegetación de la Región Capense y situados del sudeste en el suroeste del actual país de Suráfrica. Uno de los coros florísticos de la región es el semidesierto del Karoo y la transición hacia él mediante matorrales abiertos, y por qué? Es una gran cuenca interior donde la diversidad geológica fue marcada por glaciaciones, deltas interiores, mares, lagos y zonas pantanosas a lo largo de millones de años. En las montañas, aumentan las precipitaciones y las nieblas con predominio de landes (Erica, Restio, etc) o turberas, así como suculentas (Rochea) en puntos rocosos.

Australia: el imperio meridional de los eucaliptos

No dejando el hemisferio sur, saltamos del extremo más meridional de África al continente oceánico de Australia, todo una explosión de contrastes vegetales. La vegetación típica del bioma mediterráneo (mallee) se encuentra representado en dos regiones del sur del continente: Perth y Adelaida, separadas ambas por la meseta árida, desértico de Nullabor. Kwongan es el otro nombre local para referirse en las zonas más secas. El mallee australiano habita en solo pobres, donde localizamos plantas micorrizógenas y carnívoras (Drosera). Junto con un elevado número de arbustos pirófitos, la auténtica riqueza florística es liderada por Eucalipto. Muchos de estos tienen hojas verticales dando lugar en un bosque luminoso con tonalidades gris verdosas y engloba docenas de familias, con centenares de especies diferentes. Gracias a los Eucaliptos podemos hablar de los bosques australianos occidentales y orientales con reminiscencia mediterránea junto a las zonas vecinas (templadas y desérticas). Diferentes tipos de mallee según las especies dominantes, el clima e influencia de las zonas adyacentes.

Al extremo más suroeste de la Australia occidental (Perth), destaca el nombre aborigen australiano de Jarrah. Es un importante elemento en la ecología local haciendo referencia en los bosques más húmedos y densos del mallee. Una de las especies más comunes es el monumental Eucaliptus marginata. Con más de 500 años de historia y alturas alrededor de los 45 metros, su motores económicos de la *industria maderable. Imagen de pikerslanefarm. Font: FlickR

En las zonas más lluviosas del mallee occidental y con clima mediterráneo, encontramos bosques de Eucalyptus marginata de hoja esclerófila (jarrah). Si aumentan las lluvias y la sequía estival es mínima, entramos en zonas más templadas con el bosque karri (Eucalyptus diversicolor). El wandoo (Eucalyptus redunca) es un bosque más claro de carácter mediterráneo. Localizados ahora al mallee sudoriental, la continuidad de formaciones arbóreas de eucaliptos es evidente: Eucalyptus cladocalyx, E. diversifolia, E. incrassata, E. behriana, E. socialis, E. dumosa E. Oblicua o E. viminalis (será por Eucalipto), junto a géneros como Casuarina, Callitris, Acacia, entre otros. A los suelos arenosos más pobres, encontramos grandes extensiones cubiertas de proteacias. O la emblemática y ornamental población creciente en una amplia gamma de hábitats (las especies no alpinas se encuentran a los pastos y matorrales asociados a los bosques de eucaliptos), a los suelos pesados del este australiano. Estamos hablando de poblaciones del género Craspedia (Asteracea).

Más curiosidades de nuestro bioma?

Creo que has apreciado que podríamos hacer solo un artículo de cada región que conforma el bioma mediterráneo! Y esto no lo se todo puesto que este bioma se encuentra distribuido en otros rincones reducidos de nuestro planeta. Más lugares todavía? Pues sí. En localidades orientales como Honsu y Yakushima (Japón), encontramos zonas potenciales de laurisilvas en suelos secos y formaciones abiertas de pinos y varias especies esclerófilas en crestas rocosas. La influencia mediterránea también llega a la base semiárida de las altas cordilleras del centro de África en forma de bosques abiertos. Las montañas tropicales del norte y el centro de América, bordeando el desierto de Arizona o de Sonora, dan lugar a la formación de Quercus (13 especies solo a la sierra Madre Occidental de México!) o chaparrals permanentes con lluvias más frecuentes.

La cumbre del Kilimanjaro en Tanzania. En este rincón montañoso del este africano, se establecen reminiscencias residuales de un bioma mediterráneo. A los pies de la cumbre hay formaciones abiertas lideradas por Olea africana y Juniperus procera. Imagen matttriplow. Font FlickR El Parque Natural de la Serra de Espadà, es uno de los pulmones del bioma mediterráneo mejor representados en el territorio valenciano. La reserva de alcornoques (Q. suber) que oculta la aislada Vall de la Mosquera, se considerada la joya vegetal, el santuario botánico de este parque. Imagende darkage187. Font FlickR

En definitiva, este bioma compuesto por bosques y màquia esclerófila se ha asociado al clima mediterráneo, el cual tiene un origen reciente. Pero distintas voces han afirmado que hay evidencias fósiles de un origen anterior de este tipo de vegetación en zonas tropicales jéricas y pluviestacionales. Por lo tanto, se mejor tratar el bioma como el de los esclerófilos, para englobar en territorios xèrics, pluviestacionales mediterráneos y mesotropicales. Llegados a este punto, puede llevar la distribución de este bioma a confusiones? Sí, los límites no están muy claros hoy por hoy puesto que se ha identificado este tipo de bioma desde casi el ecuador del planeta (a los regazos de las cordilleras kenianas) hasta cuencas cerradas además de 50 grados de latitud. Presente en todos los continentes como hemos visto. Y en todos los continentes, el bioma tiene en común datos clave que justifican su fortaleza: las comunidades arbustivas de clima mediterráneo contienen más del 20% de la diversidad global, 90% de ahorro hídrico con cierre estomático durante sequías estivales, ciclo vital en función de las lluvias o suelos poco profundos, erosionados. Como también mantos espinescentes y esclerófilos a prueba del ya milenario fuego. Mediterráneo más allá de un mar? Larga vida al bioma?

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Graduado en Biologia por la Universitat de València
A mitad camino entre las Ciencias Naturales y las Jurídicas. Postgrado de Ecología Avanzada y Gestión del Medio Natural y Postgrado de Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad por la Universidad de Alicante. He crecido en el Jardí Botànic y en el Parc Científic de la UV, en el Museo de Ciencias Naturales de València o en la Conselleria de Transición Ecológica de la GVA. Miembro de Acción Ecologista – AGRÓ y del Fons Valencià per a la Solidaritat. Escritor y arquitecto de corazón. Adicto a la natación y a la ilustración. Nunca me verás tocar a una serpiente.
extern Colaborador Externo
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