Roble Dunin, el mejor ‘Arbol Europeo del 2022’
El árbol polaco, situado en el Bosque de Białowieża, se alza con la victoria en el concurso que escoge de forma anual al mejor árbol europeo. A un paso de él, el representante español, el roble del Bosque del Banquete de Conxo, se queda en segunda posición a escasos votos en la edición del concurso con más participación de la historia. Pero ¿qué tienen de especial los ejemplares finalistas para causar tanta expectación? Pues su historia, ja que en este concurso no se prima la edad, el tamaño o la belleza, sino su papel en la comunidad, con las personas de su entorno. ¡Os lo contamos!
El pasado 22 de marzo el Roble Dunin (Polonia) se proclamó, con 179.317 votos, ganador del concurso al “Árbol Europeo del año 2022”. Apenas a 10.000 votos del ganador, el Carballo del Bosque del Banquete de Conxo, un roble situado en Santiago de Compostela, ha quedado en segunda posición, cerca de revalidar el título que poseía España al ganar la pasada edición, donde triunfó la Carrasca milenaria de Lecina (Huesca). Este año el concurso ha recogido un total de 769.212 votos, superando en más de 150.000 los votos recogidos en la edición anterior, marcando así un nuevo récord en la historia del concurso.
En la entrega de premios llevada a cabo en Bruselas, presencial por primera vez desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, el eurodiputado Michal Wiezik destacó que la esencia del concurso es “encontrar un árbol con una historia”. Además, destacó al ganador por situarse en “uno de los ecosistemas forestales mejor conservados” del continente.
El concurso Árbol Europeo del Año está organizado por la EPA (Environmental Partnership Association), un consorcio de seis fundaciones de Europa del Este – Bulgaria, República Checa, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia – cuyo objetivo es proteger y poner en valor el patrimonio natural europeo, además de apoyar a las comunidades locales relacionadas. El número de países participantes ha pasado de los 5 originales a los 16 actuales: Bélgica, Bulgaria, Croacia, Escocia, España, Eslovaquia, Estonia, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Países Bajos, Portugal, Polonia, República Checa y Rusia. Una iniciativa que ya va por su 12ª edición, que nació como respuesta a la encuesta “Árbol del año” realizada por la Fundación Alianza checa, a la que se presentan los ejemplares ganadores de cada país participante.
Quercus, los reyes del concurso
En primera posición, El Roble Dunin (Quercus robur), respetado y admirado por todo tipo de turistas y locales, recibe su nombre como homenaje a Vincent Dunin Marcinkiewicz, poeta y dramaturgo considerado como uno de los pioneros de la literatura bielorrusia moderna.
Con 400 años de edad, también es considerado el “guardián del bosque” en el que se encuentra, el Bosque de Białowieża, situado entre Polonia y Bielorrusia, uno de los últimos bosques vírgenes – es decir, que nunca ha sido explotado por las actividades del ser humano – de Europa. Un bosque caducifolio y mixto de las tierras bajas de Europa, que está ubicado en la reserva estricta del Parque Nacional de Białowieża, Reserva Mundial de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad.
Así, el ganador del concurso se posiciona como un emblema de la conservación de este espacio natural de gran biodiversidad, donde numerosos árboles alcanzan dimensiones raramente vistas en otras partes de Europa y el único lugar donde el bisonte europeo vive en libertad.
La característica forma del Roble Dunin, que parece invitar a adentrarse en el bosque, es producto de un rayo que acabó con tres de sus ramas y que lo dejó marcado seriamente en el eje central del tronco. Suceso que derivó en una recaudación de fondos para el tratamiento del roble que, aunque se encontraba en un pobre estado de salud, consiguió salir adelante y se convirtió en todo un símbolo de resiliencia.
A las puertas de la primera posición queda otro roble o carballo, así es como se denomina a los robles en gallego, el “Carballo del Bosque del Banquete de Conxo” en Santiago de Compostela, representante español en el concurso al haberse hecho con la victoria del concurso Árbol del Año 2022 a nivel nacional, imponiéndose con 22.974 votos a “La Sabina de Blancas” (Teruel) y al “Drago Milenario” (Tenerife), entre otros.
Este carballo, conocido como “O avó” (“el abuelo”) es un Quercus robur de 30 metros de altura que cuenta con más de 250 años de antigüedad, convirtiéndose así en el árbol más antiguo del Bosque del Banquete de Conxo. En este bosque, que reabrió sus puertas al público en 2018 tras ser inaccesible durante 133 al tratarse de un espacio exclusivo para internos del Hospital Psiquiátrico de Conxo, se celebró en marzo de 1856 el Banquete Democrático de Conxo, un acto insólito organizado por estudiantes universitarios – entre los que se destaca, por ejemplo, al poeta Aurelio Aguirre – donde los jóvenes pretendían invertir los roles con obreros y artesanos siendo ellos, los universitarios, los que les sirvieran la mesa esa noche como un símbolo heredero de la Revolución Francesa.
Una de las poetas más importantes de la historia de España, y más concretamente de Galicia, Rosalía de Castro, hizo referencia a este árbol en un poema titulado Los robles, donde denunciaba la tala desmedida de muchos de los robles que poblaban en aquel entonces el Bosque de Conxo. Este mismo bosque también le sirvió de inspiración para su última novela, El primer loco, donde se encuentra ambientada.
“O avó” ha recibido el apoyo mediático de diversas personalidades a nivel nacional en los últimos meses, como el del grupo gallego Tanxugueiras, que pidieron el voto mediante su cuenta de Twitter, el del vocalista de Novedades Carminha, Carlangas o el de los actores Luis Tosar y Luis Zahera.
Con 70.563 votos, la medalla de bronce fue para “El Alcornoque Grande”, situado en el municipio portugués de Vale do Pereiro. Se trata de un Quercus suber de 250 años que destaca por el diámetro de su copa y por su forma singular.
En verano, este alcornoque se convierte en cobijo de trabajadores y animales, que acuden a almorzar resguardándose en su sombra. Y es que la dehesa conforma el paisaje típico alentejano, donde se concentran las mayores extensiones del país de la especie para su explotación sostenible.
Hace unos años, otro alcornoque portugués, situado en Águas de Moura, se hizo con el título al Árbol Europeo del año 2018. Un ejemplar conocido como “El Silbador”, por las innumerables aves que habitan su copa, y que está registrado en el libro Guiness de los Récords como el alcornoque más grande del mundo. Tiene 234 años de vida y más de una veintena de ellos clasificado como árbol de interés público por su relevancia para el ecosistema además de su contribución a la industria del corcho.
Por último, cabe destacar que Rusia, que se presentaba con un Quercus robur que se encontraba entre las primeras posiciones del concurso, ha sido descalificada de esta edición del concurso con motivo de la invasión a Ucrania. Un conflicto bélico que le da un sentido más amplio al título del roble de Polonia, país fronterizo con Ucrania, como símbolo de la resistencia ante cualquier agresión al bosque.