¿Has oído hablar del Gran Canal de Nicaragua?
Un nuevo canal transoceánico en centroamérica, tres veces más largo que el de Panamá, amenaza la gran biodiversidad que caracteriza el territorio nicaragüense. Un gran impacto medioambiental y social, intereses económicos y poca transparencia, caracterizan a esta obra faraónica que nos relata la bióloga Tania Company.
Rodeada de secretismo, la mayor obra de infraestructura jamás construida se prepara. A cargo de la multinacional china HKND, el Gran Canal de Nicaragua pretende dividir el país en dos, amenazando la soberanía nacional, violando múltiples derechos humanos y poniendo en peligro 193 mil hectáreas de bosques diversos. Entre los pasos apresurados de los ingenieros chinos una pregunta resuena en la selva… ¿Por qué otro Canal?
Los detalles de una obra faraónica
Aprobado el 7 de junio de 2013 por la Asamblea Nacional, el Canal de Nicaragua conectaría el océano Atlántico con el Pacífico permitiendo el paso de barcos de hasta 400.000 T y 30 m de calado. La ruta prevista cubriría un área de 270 km2, desde el Puerto de Punta Águila (Mar Caribe) hasta el Puerto de Brito (Océano Pacífico) pasando por el Lago Cocibolca.
Este monstruoso proyecto de 50.000 millones de dólares está a cargo de una única multinacional china, HKND Group, que ha obtenido una concesión del canal de 50 años prorrogables por otros 50. Pero eso no es todo, y es que la “Ley Especial para el Desarrollo de Infraestructura y Transporte Nicaragüense atingente a El Canal, Zona de Libre Comercio e Infraestructuras Asociadas”, concede a esta misma empresa la construcción de un oleoducto, de dos puertos de aguas profundas, de dos zonas de libre comercio y de un aeropuerto internacional en cada una de esas zonas. Sin hablar de que ésta ley somete a las fuerzas de seguridad a la protección del inversionista.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega (izquierda) estrecha la mano de Wang Jing, director general de la empresa china HKND, durante el acuerdo marco para la construcción del Gran Canal Interoceánico en Managua, el 14 de junio, 2013. Imagen: Inti Ocon (AFP ). Getty Images
Ante el descontento de una gran parte de la población y de ciertas organizaciones internacionales, las excavaciones están previstas para finales de 2016 y las expropiaciones ya se están realizando. ¿Cuál será el destino de este canal que se pretende tres veces más grande que el Canal de Panamá?
Un verdadero desastre ecológico…
Esta obra multimillonaria va a comportar la mayor privatización de recursos naturales jamás conocida en la historia de Nicaragua. No solo destruirá 193.000 hectáreas de bosque, en el cual se encuentran 3 Reservas de la Biosfera (Bosawas, Indio Maíz y Cerro silva) y un sitio RAMSAR (Humedales de San Miguelito), sino que cortará, literalmente en dos, el Corredor Biológico Mesoamericano.
Ruta definitiva del Canal Interoceánico. Imagen: Nature-Conservation
Cocibolca, el Gran Lago de Nicaragua, con 10 m de profundidad máxima. El Canal necesitaría 24 m, lo cual implicaría dragar el lago para hacer los ajustes pertinentes. Imagen: www.espitours.com
Indiscutiblemente, el más afectado será el Lago Cocibolca, la mayor reserva de agua dulce de Centroamérica que cubre las necesidades de agua potable de más de 200.000 personas, verá sus aguas contaminadas y salinizadas aún si la norma 840 de la Ley General de Aguas Nacionales establece que “deberá considerarse como reserva nacional de agua potable, siendo del más elevado interés y prioridad nacional para la seguridad nacional”. Y qué decir de la construcción de un lago artificial de 395 km2, el llamado lago Atlanta.
A pesar de todo esto la consultora Environmental Resources Management (ERM), encargada de realizar la Evaluación del Impacto Ambiental y Social (EIAS), es muy positiva y describe la construcción del canal como segura y factible. Veredicto que no comparten los 11 científicos independientes encargados de revisar la EIAS y que la han tachado de ‘insuficiente’, ‘equívoca’ y ‘plagada de fallas significativas’.
Reserva de la Biosfera de Rio San Juan. Imagen: Tania Company
Ante tanto riesgo, no es de extrañar que HKND se haya asegurado de incluir una cláusula en el contrato en la que el Estado renuncia a demandar a los inversionistas en tribunales nacionales e internacionales por cualquier daño causado al ambiente durante el estudio, construcción y operación de proyecto.
…y sociocultural
Y es que este gran proyecto no comporta solamente inconvenientes ambientales, estas vastas tierras no están únicamente pobladas por una biodiversidad exuberante. Los pueblos indígenas y afrodescendientes, que poseen la titularidad de sus tierras comunales (según las Leyes 28 y 445) no han sido consultados, violándose sus derechos territoriales, de participación y autodeterminación.
Vivienda tradicional de los indígenas Rama. Imagen: Tania Company
Niños Rama. Imagen: Tania Company
Además, el canal afectara a 373.000 campesinos que junto con éstos serán expropiados y reubicados, sin ninguna garantía, de las tierras que dan de comer todos los días a su familia. Si bien la Comisión del Canal presenta esta gran obra como la ‘píldora contra la pobreza’ los afectados por las expropiaciones reclaman su derecho a no ser trasladados a una tierra que no les pertenece y despojados de sus recursos de subsistencia y tradiciones.
Una de las comunidades afectadas directamente es Bankukuk Taik, el último lugar del mundo donde se habla la lengua Rama.
¿Por qué tanta desinformación?
Lleno de contradicciones, el proyecto del canal se aprobó en un proceso anómalo y acelerado de solo 8 días, en el que no se realizó ninguna consulta pública. Todavía ahora, cualquier intento de movilización ciudadana es truncado con procesos administrativos irregulares y agresión policial.
Aunque lo más inquietante es el silencio de las grandes organizaciones conservacionistas y de los medios de comunicación internacionales, ya que seguramente usted tampoco había oído hablar del Gran Canal de Nicaragua.
