Celebrando 25 años con las Microrreservas de Flora
A veces nos olvidamos de celebrar las cosas, pero justo este año se cumple un cuarto de siglo de un modelo de conservación vegetal valenciano que ha sido todo un éxito, las Microrreservas de Flora, y no imaginamos fecha mejor para organizar una jornada de aniversario con todos los profesionales implicados. Esta fiesta botánica tuvo lugar en nuestro Jardín y os contamos de primera mano todo lo que pasó en aquella reunión de enamorados de la conservación vegetal.
El pasado 17 de octubre el Jardín Botánico de la Universitat de València acogió la celebración del 25 aniversario de la creación de las Microrreservas de Flora, una figura pionera que se puso en marcha por parte del Gobierno valenciano en 1994, y que ha permitido la protección de zonas de reducida extensión pero que albergan una gran riqueza vegetal. Desde entonces, las áreas declaradas Microrreserva de Flora no han parado de crecer en nuestro territorio hasta llegar a las 312 que existen actualmente.
Microrreserva Mas del Cotet. / Manuel Vicedo
El éxito de esta forma de preservación no se limita solo al territorio valenciano. La idea ha servido de inspiración a lo largo de todos estos años a otras comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, Castilla y León y Baleares, así como en varios países europeos como Portugal, Letonia, Eslovenia, Chipre y Bulgaria.
Una idea innovadora
El acto conmemorativo, organizado por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica y el Jardín Botánico de la Universitat de València, fue una celebración del éxito logrado por esta figura de creación valenciana. Como señaló en la presentación Paula Tuzón, Secretaria Autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica, se trata de «una idea que ha germinado» y que «todavía tiene ante sí muchos retos». También la Vicerrectora de Innovación y Transferencia de la Universitat de València, Mª Dolores Real, destacó que este «modelo de éxito, adoptado en otros lugares, demuestra la importancia de las políticas públicas» y remarcó la implicación del Jardín Botánico en el proyecto de las microrreservas desde el principio, así como la voluntad de la Universitat de València «de seguir implicada en la preservación del patrimonio vegetal de la Comunidad Valenciana».
Este fue el inicio institucional del acto, destacando la importancia y el valor de las personas presentes en el acto, profesionales de la botánica y otros ámbitos implicados de alguna manera en la creación de la red de Microrreservas, su puesta en marcha, su desarrollo y su recorrido a lo largo de todos estos años.
Retos futuros
A continuacióm se dio paso a la jornada científico-técnica, iniciada con la presencia de honor de Vernon H. Heywood, destacado botánico y profesor emérito de la Universidad de Reading (Reino Unido), quien a sus 91 años no dudó en volar a València para reunirse con muchos amigos de su trayectoria profesional y celebrar con todos los años dedicados a la conservación a través de les Microrreservas. Heywood remarcó el hecho que las Microrreservas de Flora disfruten de una protección legal específica y que cuentan con la implicación del contexto local en que se inscriben, y habló también otros espacios y experiencias en otros países como China, así como de medidas de conservación complementarias a estas zonas protegidas. Finalmente, destacó el cambio climático como la mayor potencial amenaza de estas áreas.
Vernon H. Heywood durante su ponencia en el auditorio del Botánico. / Tato Baeza
Por otro parte, Angelo Salsi, responsable del programa LIFE de la Unión Europea, mostró su confianza en el futuro del proyecto que, según él, pasa por dos ámbitos: hacer que las diversas Microrreservas sean una red efectiva, una serie de espacios no aislados sino conectados, y proteger no solo la flora de estas zonas sino también la microfauna que interactúa con ella y que constituye un elevado porcentaje de la biodiversidad. Por último, y para cerrar la parte técnica de la jornada, Joan Mayol, biólogo que ha dedicado su vida a la conservación, recordó en su presentación sus inicios en la preservación de la natura y las personas destacadas en este ámbito que influyeron en su formación y posterior trayectoria.
Premios y exposiciones
Pero en esta jornada de conmemoración también hubo momentos de galardones, dado que se repartieron diferentes premios para reconocer la diversidad de colectivos, instituciones y personas que han trabajado a lo largo de estos veinticinco años en hacer posible y visibilizar las Microrreservas de Flora. Así, los premiados fueron: Eladio Sales, capataz de las Brigadas Natura 2000, recientemente jubilado; el Ayuntamiento de Ares del Maestrat; la investigadora del Jardín Botánico y profesora de la Universitat de València, también jubilada hace poco, Ana Ibars; el impulsor de las microrreservas, Emili Laguna; el programa Medi ambient del desaparecido Canal 9; y Araceli Monfort, propietaria privada de tres microrreservas.
La exposición Protegida Flora. 25 años de microrreservas de flora valenciana permite conocer con detalle qué son las microrreservas. / Tato Baeza
El programa del acto continuó con la inauguración de dos exposiciones para mantener activa la conmemoración del aniversario de las Microreservas, y que podrán verse en el Botánico hasta el 12 de enero de 2020. Por una parte, se inauguró Protegida Flora. 25 años de microrreservas de flora valenciana, que muestra con detalle qué son las microreservas, qué conservan y cómo se concreta esta iniciativa con diversas vertientes y mucha gente dedicada. Así, en esta exposición encontramos un mapa de distribución de las microrreservas, las cifras más interesantes y curiosas, algunas de las especies conservadas actualmente, quienes participa de las tareas habituales, a qué lugares se ha exportado esta idea valenciana, tanto fuera de la Comunidad como el resto de Europa, y qué proyectos hay en marcha de cara al futuro. Con textos de Simón Fos y Emili Laguna y fotografías de muchas personas que han colaborado, supone un recorrido por la historia de las Microrreservas para entenderlas mejor dentro de toda su complejidad.
Después se abrió también al público asistente la otra exposición, Microrreservas desde el aire, una muestra con sugerentes imágenes hechas con drones que aportan una visión inédita de estas zonas de especial protección. En ella, cuatro fotógrafos muestran sus fotografías hechas dentro de su contexto laboral para ver las Microrreservas a vista de pájaro y así ofrecernos una idea de los lugares recónditos en que a veces se encuentran estos espacios, de su reducida medida y de la fuerte presión antrópica a la que algunas se encuentran sometidas.
Microrreservas desde el aire presenta una perspectiva diferente de estos espacios protegidos. / Tato Baeza
Todo esto acabó de componer un día alegre en el que muchos compañeros y compañeras se reencontraron, rompieron su rutina, recordaron anécdotas y, sobre todo, celebraron el aniversario de una figura de protección valenciana muy especial que nació del aprecio por las plantas y de la voluntad de muchos para conservarlas y asegurar su pervivencia en el tiempo. La mirada está puesta ya en el siguiente paso de este proyecto que, seguro, tendrá un largo futuro.