La fruta del mes es… ¡la naranja!

Empezamos el año con una fruta potente, de las que nos da gran aporte de vitamina C. Sí, esa vitamina que es tan importante y beneficiosa para pasar un buen invierno, dejando a los resfriados fuera de combate. ¡Vamos a conocer más de esta fruta tan nuestra!

Vamos con un poco de B… ¡de biología!

La naranja es el fruto del naranjo dulce, un árbol que pertenece al género Citrus y a la familia de las Rutáceas, esta familia comprende a más de 1.600 especies, pero el género Citrus es el más importante y consta de una veintena de especies. Todas ellas comparten unos frutos comestibles, muy abundantes en vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.

El más cultivado de todos los cítricos es el naranjo dulce (Citrus sinensis), siendo la especie más importante la del género Citrus. Después le siguen, en orden importancia, los mandarinos, limoneros, pomelos y limeros. No hay que confundir el naranjo dulce con el amargo (Citrus aurantium L.), cultivado desde tiempos antiguos como árbol ornamental y para obtener fragancias de sus frutos.

Las naranjas crecen en árboles que, generalmente, son de porte pequeño y hoja perenne. Es un árbol muy sensible a las bajas temperaturas, requiere mucha luz y agua para la maduración de sus frutos. De hecho, en plantaciones comerciales, los árboles son de porte reducido y tienen un solo tronco con tres ramificaciones principales que salen de una altura entre 50 y 80 cm.

Las hojas son de limbo grande, alas pequeñas y espinas no muy acusadas. En el mes de marzo comienza la brotación y la floración. Las flores, de color blanco también llamadas ‘azahar’ son muy aromáticas y se presentan solas o agrupadas, con o sin hojas. Los brotes con hojas denominados campaneros son los que mejores frutos dan.

El fruto del naranjo es una baya redonda y de color naranja llamada hesperidio. El hesperidio se forma por el crecimiento del ovario de la flor. La pulpa del interior del fruto está dividida en aproximadamente diez pequeños huecos unidos entre sí, donde crecen las semillas y los sacos de zumo.

El fruto, en sí, se divide en tres zonas:

– Exocarpo o flavelo: es la capa más externa y está formada por una epidermis con pequeñas vesículas que contienen aceites esenciales usados en fragancias, aromatizantes, cosmética, etc. Las células del exocarpo contienen cloroplastos, por lo que los frutos inmaduros son verdes. Durante la maduración se pierde clorofila dejando a la vista otros pigmentos coloreados, principalmente los carotenoides que son los responsables del color anaranjado del fruto y que además aumentan en contenido durante la maduración.
– Mesocarpo o albedo: la siguiente capa, de color blanco y aspecto esponjoso.
– Endocarpo o pulpa: la más interna, que es donde se encuentran los sacos de zumo y las semillas. Los sacos de zumo o vesículas son estructuras alargadas que nacen en el endocarpo y se alargan hacia el interior del fruto hasta llenarlo por completo. Estas vesículas contienen ácidos orgánicos y azúcares, que junto con agua constituyen el zumo. ¡Vamos, la parte más sabrosa! 

Saber de dónde y cómo: origen y consumo

Parece ser que el origen de la naranja es un poco incierto… Con el naranjo amargo existen diferentes opiniones. Algunos expertos afirman que pasó de Libia a Europa, otros, que los árabes lo trajeron de la India en el siglo X y lo aclimataron a todos los países. Otros que en 1150 ya adornaba los jardines de Sicilia o que procede de las regiones orientales de las Indias. 

Como veis, no hay unanimidad, pero eso sí, la primera descripción del naranjo amargo que se conoce como tal es la de Alberto Magno, en su obra Liber de vegetalibus, donde le da el nombre de arangus.

Y si con el naranjo amargo no se aclaran, ¡con el dulce pasa tres cuartos lo mismo! Algunos dicen que este naranjo pasó de Arabia a Grecia, desde Grecia a Italia, a España, a Francia, a Portugal, etc. Para otros parece claro que el naranjo dulce es originario de China meridional, Birmania y regiones de la India al sur del Himalaya.

Lo que sí es cierto es que, en España, el naranjo fue introducido por los árabes en el siglo X. Fueron ellos quienes difundieron los cítricos por la península, propagándolos por jardines, parques y calles, y utilizando sus flores en muchas celebraciones religiosas.

Sin embargo, el naranjo dulce no comenzó a cultivarse hasta los siglos XV-XVI. Los árabes la denominaron naranche, nombre derivado del término arangus con el que los persas se referían a esta fruta. En la segunda mitad del siglo XIX se descubrió en Bahía (Brasil) una naranja que era más dulce, jugosa y hermosa, sin pepitas y con un ombligo en el extremo opuesto al pedúnculo. Fue llevada a California, donde se convirtió años más tarde en la reina de las naranjas, la variedad conocida hoy como ‘Navel Washington’.

En cuanto a la producción, los dos principales países productores son Brasil y Estados Unidos, dedicando la producción casi exclusivamente a la industria del zumo. Pero el país número uno en exportación de cítricos en fresco es sin duda, ¡España! Se calcula que a nivel mundial la producción de naranjas alcanza las 61.879.000 toneladas, y la producción europea unas 5.796.000 toneladas, así pues, alrededor del 9% de la producción mundial corresponde a la Unión Europea. De esta producción unas 2.403.000 toneladas corresponden a España, lo que significa un 41% de la manufactura europea.

La mayor parte de la cosecha de naranjas en los países líderes en producción (Brasil y Estados Unidos) se destina principalmente a zumo concentrado industrializado. En cambio, países como España, Marruecos, Israel, Cuba y Sudáfrica destinan gran parte de sus cosechas a la exportación para dar salida a su enorme producción. En España, la principal zona productora es Valencia, seguido de Alicante, Castellón y Sevilla. Otras provincias donde se cultiva esta fruta son Murcia, Huelva, Málaga y Almería.

Consumo

Si nos centramos en las cifras, el consumo medio mundial de naranja es de 12 kg/persona/año, aunque esto varía según los países. Los países desarrollados tienen una media de 28 kg/persona/año, mientras que los países en vías de desarrollo la tienen de 6 kg/persona/año.

Y es que la naranja, junto con el plátano y la manzana, es uno de los frutos más consumidos en todo el mundo. Las dos formas más habituales de tomarlas son: fresca, tal cual, y en forma de zumo. Aunque también se utiliza para realizar compotas, mermeladas, para consumo como fruta deshidratada, para acompañar múltiples platos, hacer tartas, pasteles, bizcochos, batidos, macedonias, helados, coctails, ensaladas, rellenos y salsas.

¿Sabías que la naranja combina genial con el chocolate? ¡Pruébalo! y el zumo mezclado con agua o soda se convierte en una auténtica naranjada y resulta útil para fomentar el consumo de esta fruta en los más pequeños. Si se mete en el congelador puede ser el sustituto perfecto de los helados durante todo el verano. Para los adultos podemos combinar el zumo con champán, cava o licor y conseguir así la bebida popularmente como Agua de Valencia.

Existen una gran cantidad de variedades, que veremos más adelante, y que se diferencian por la forma, el tamaño, el color de la pulpa: naranja o rojo, por el sabor dado que hay naranjas más dulces o más ácidas, por la época de maduración, y por la existencia o no de semillas. ¡No te preocupes que te lo cuento todo más abajo!

De hecho, la época de recolección depende de la variedad, pero por lo general va desde principios de octubre hasta mediados de junio. La maduración interna y externa de las naranjas se rige por mecanismos diferentes, por lo que muchas veces un fruto que alcanza la maduración para ser comercializado, todavía su color no es el apto para entrar en el mercado. A estos frutos se les somete a un proceso de desverdización provocando la coloración del fruto. Para ello se recolectan los frutos en verde y se tratan con etileno en cámaras especiales. 

Además, la conservación de las naranjas en cámaras frigoríficas, a una temperatura ligeramente superior a su punto de congelación, prolonga el periodo de buenas condiciones organolépticas del fruto y reduce el ataque de hongos. Aunque en el campo de la agricultura ecológica se piensa que es precísamente esa conservación en cámaras frigoríficas lo que le hace perder a las naranjas parte de su sabor y apuestan siempre por un mercado más local, más cercano para que ese tiempo se reduzca lo máximo posible.   

En cuanto al zumo, está claro que no hay nada como una naranja recién exprimida, pero hay que saber que para elaborarlo a nivel industrial, se utilizan técnicas de procesado que consiguen un producto que conserva casi todas sustancias nutritivas de la fruta fresca en unas proporciones semejantes. Gracias al método de conservación aplicado en este caso se obtiene un producto de alta calidad y larga vida útil, que mantiene un buen estado higiénico y sanitario.

Como cuidarlos y elegirlos: cultivo y variedades

La naranja es una especie subtropical, así que no tolera nada bien las heladas. De hecho, si se producen heladas quedan dañados tanto las flores y los frutos, como la vegetación. Por debajo de los 3-5ºC bajo cero, la planta muere. Requiere también importantes cantidades de agua y cuando no las proporcionan las precipitaciones, los riegos se hacen muy necesarios. Otro factor necesario es la luz, para los procesos de floración y fructificación. Además, es un árbol muy sensible al viento y a la salinidad, con preferencia por suelos arenosos o franco-arenosos, profundos y sin caliza.

La propagación más común es mediante injerto y los patrones más utilizados son:

– Citrange troyer y carrizo: el troyer es vigoroso, productivo y tolerante a la tristeza, que es una enfermedad típica del naranjo. Más tarde se introdujo el carrizo siendo más productivo, resistente a la caliza y a más enfermedades.

– Mandarino Cleopatra: se utiliza solamente en zonas con elevados contenidos de cal o problemas de salinidad. Las plantaciones con este patrón muestran un comportamiento regular e imprevisible y en algunos casos los árboles han mostrado un desarrollo deficiente los primeros años.

– Swingle citrumelo CPB 4475: de buen vigor y productividad, entrada en producción rápida, con unos frutos de excelente calidad, con una maduración un tanto retrasada, pero muy sensible a suelos calizos.

– Naranjo amargo: un patrón con buenas propiedades agronómicas, resistente al frío, pero muy sensible a la tristeza por lo que su empleo se prohibió a partir de 1972, excepto su uso en limonero.

– Citrus volkameriana: muy extendido en los últimos años por su vigor y buena productividad.

Como ya hemos comentado antes, dentro del grupo de cítricos naranjas distinguimos dos especies: el naranjo dulce y el naranjo amargo. Los frutos de éste último no tienen mucha importancia comercial para consumo en fresco por lo que sólo se nombran las distintas variedades del naranjo dulce. De éste, existen tres grupos principales de variedades: el grupo ‘Navel’ que se caracteriza por su ombligo y su consumo en fresco, el grupo ‘Blancas’ que no tienen ombligo y son muy utilizadas en la industria del zumo, y el grupo ‘Sanguinas’ que son distinguibles del resto por su característica coloración rojiza tanto en pulpa como en corteza.

 Naranjas ‘Navel’ con su característico ombligo

Grupo ‘Navel’: destaca principalmente por ser la mejor como fruta de mesa. Su uso en la industria está más restringido, no suele utilizarse en la transformación para zumo ya que da menor cantidad y además, este zumo, al poco tiempo desarrolla un sabor amargo debido a la limonina, un compuesto que se encuentra en muy pequeña cantidad y que sólo se desprende cuando se exprime la naranja. Las características de una naranja ‘Navel’ son: 1. Un pequeño fruto rudimentario que queda incluido en el fruto principal por su zona estilar, la zona opuesta a la unión del fruto con las hojas, y con un aspecto similar a un ombligo, y que justamente da nombre a este grupo. Y, es que, ¡navel en inglés significa ombligo!; 2. De madurez precoz; 3. Frutos sin semillas y de gran tamaño; 4. La corteza se pela con facilidad; 5. Color naranja intenso, sabor dulce y agradable.

Las variedades más importantes de este grupo son:

– Navelina: originaria de California, llegó a España en 1933 cuando la Universidad de California la proporcionó al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias IVIA, donde se le dio el nombre de Navelina. Color intenso, tamaño medio y de forma ovalada en la zona del ombligo. Es una naranja de maduración precoz que se recoge a partir de finales de octubre. El árbol no alcanza gran tamaño y sus hojas tienen un color verde muy oscuro.

– Washington Navel: su origen es incierto, pero siempre se ha pensado que procede de Brasil a partir de una mutación. Fruto de tamaño medio a grande, redondo o ligeramente oval, de corteza ligeramente rugosa, gruesa, fácil de pelar. Los gajos se separan fácilmente y contienen una pulpa firme, con mucho zumo de sabor agradable y un equilibrado contenido en ácidos. El árbol es de buen tamaño y vigor. Tiene poca adaptabilidad a condiciones climáticas extremas como tiempo seco y caluroso durante la floración. Variedad de recolección temprana a media, aunque actualmente ha sido desplazada hasta mitad del invierno por la existencia de mandarinas y de la variedad Navelina más precoz.

– Newhall: es una mutación de la Washington Navel originaria de California. Las características del árbol y del fruto son prácticamente iguales a las de la Navelina, excepto su época de maduración que se adelanta ligeramente.

– Navelate: muy nuestra, originaria de España, es una mutación de la Washington navel. Fruto de tamaño medio a grande, pero un poco más pequeño que la Washington. De color amarillo-rojizo. Posee una corteza fina y forma alargada o redondeada. La pulpa es fina, de sabor muy agradable y buen equilibrado del contenido de los ácidos. Su maduración se retrasa con respecto a la Washington Navel y puede mantenerse en el árbol durante al menos tres meses sin pérdida de calidad. Su recolección suele comenzar a finales de diciembre, principio de enero. El árbol es similar al de la variedad Washington Navel, aunque presenta gran cantidad de espinas, fuertes y punzantes en sus ramas y brotes. Su productividad es baja.

– Lane late: procede de Australia, su origen viene dado por una mutación de la variedad Washington Navel. El fruto similar a la Washington Navel, aunque con la corteza más fina y el ombligo menos pronunciado. Su zumo contiene menos principios amargos. Su característica más importante es la lenta maduración de sus frutos, ya que pueden mantenerse en el árbol hasta el mes de mayo. El árbol es vigoroso, de intenso follaje y hojas de color verde oscuro con presencia de espinas en las axilas de éstas.

Naranjas ‘Blancas’, no tienen ombligo. Fuente: www.matafruitnaranjas.com

Grupo ‘Blancas’: en el pasado se utilizó este nombre, básicamente, para diferenciar las naranjas de las variedades ‘Navel’ de las variedades de sangre o ‘Sanguinas’. Las principales características de las naranjas que se encuentran en este grupo son la carencia de ombligo en sus frutos, acidez inferior a la de otros grupos de variedades y la ausencia de sabor amargo en su zumo, por ello son las más utilizadas en la industria y procesado de zumos. Y, personalmente, ¡me parecen el grupo de naranjas más fotogénicas y estéticas de todas! 🙂

Así pues, las variedades más importantes del grupo son:

– Salustiana: se originó por mutación espontanea de la variedad Comuna a finales de los años 40 en Enova, provincia de Valencia, España. Es la segunda variedad más cultivada del grupo de ‘Blancas’ en España, ocupando una extensión aproximada de 4000 ha., lo que representa el 6% de la superficie dedicada al cultivo de naranja en España. El fruto es de tamaño medio a grande, de color poco intenso, con una corteza ligeramente rugosa y sin semillas. Madura en el mes de diciembre en el Hemisferio Norte pero no alcanza su óptimo hasta finales de enero, incluso puede permanecer en el árbol hasta mayo sin sufrir pérdidas de calidad. Su árbol es vigoroso, de tamaño medio a grande, con tendencia a formar ramas verticales que le distinguen de otras variedades.

– Valencia Late: de origen es un tanto confuso. Se tuvo conocimiento de ella por primera vez en las Islas Azores, a finales del siglo pasado. Desde allí fue llevada a Florida y después a California por los ingleses, e importada finalmente a España. Otros autores, por el contrario, consideran con seguridad que su origen es portugués. Posee cualidades extraordinarias que la convierten en la actualidad en la naranja más importante del mundo, siendo la variedad líder en muchos países productores como Argentina, Australia, California, Florida, Marruecos, Uruguay, etc. Fruto de tamaño medio a grande, esférico o ligeramente alargado. Su color puede ser intenso o algo pálido y de corteza algo rugosa pero fina.

No tiene prácticamente semillas y la pulpa tiene un alto contenido en zumo de atractivo color a veces, ligeramente ácido. Es la variedad más tardía de todas las de naranjo dulce. Se recoge en marzo, aunque puede permanecer en el árbol varios meses sin pérdida de calidad. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas tiende a reverdecer. Cuanto más tarde se recolecta, más pequeña es la siguiente cosecha debido a la influencia del fruto en la floración del año próximo. El árbol es muy vigoroso, con un buen desarrollo y con tendencia a la verticalidad. Se adapta muy bien a diversos climas y suelos.

Naranjas ‘Sanguinas’, con su típica coloración rojiza.

Grupo ‘Sanguinas’: se creía que este grupo tenía su origen en la zona mediterránea, pero recientemente se ha averiguado que es originario de China. Las naranjas de este grupo son muy parecidas a las ‘Blancas’ pero se diferencian, si se cultivan en condiciones que favorezcan la síntesis de pigmentos rojos (antocianinas), en la pulpa y el zumo, y a veces en la corteza, que es de color rojo oscuro intenso como si fuera sangre, de ahí su nombre de ‘Sanguinas’ o de sangre. Para que esto ocurra y se sintetice ese color rojo se deben dar bajas temperaturas nocturnas y los frutos no adquieren la tonalidad rojiza hasta otoño o invierno. El zumo de este tipo de naranjas posee un sabor especial que recuerda al de las cerezas o las frambuesas. En España el cultivo de esta variedad se encuentra solo en el área mediterránea, no alcanzando el 1% de la producción total de naranjas. Los árboles son pequeños, de follaje espeso, de color claro y con decoloraciones irregulares en las hojas.

Algunas de las variedades más apreciadas son:

– Doblefina: antigua variedad española que fue la naranja de sangre más importante, frutos con nula o intensa pigmentación tanto en la cáscara como en la pulpa. Son frutas de poco zumo pero con un característico sabor.
– Sanguinelli: variedad española muy cultivada antiguamente. Tiene la corteza brillante y pigmentada, su pulpa contiene vetas rojas con un alto contenido en jugo también rojizo muy dulce y algo ácido. Aparece en el mercado desde mediados de enero hasta principios de marzo.

– Maltaise: variedad de gran calidad, frutos con la coloración externa naranja o algo rojiza y pulpa poco coloreada. Tiene un sabor dulce con un toque ácido, sin semillas y con alto contenido en zumo.

– Moro: el color de su pulpa va desde el amarillo al burdeos, con o sin semilla y es fácil de pelar.

Propiedades de las naranjas

Destacamos su escaso valor energético, gracias a su elevado contenido en agua, y su alta cantidad de vitamina C, ácido fólico y minerales como el potasio, el magnesio y calcio. También contiene cantidades apreciables de beta-caroteno, que le da ese color tan típico y propiedades antioxidantes. La provitamina A o beta-caroteno, como ya hemos explicado varias veces, se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo va necesitando. 

Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, estupendo, ¿no?. Además contiene ácido cítrico, que potencia la acción de la vitamina C y que junto al ácido málico posee una acción desinfectante y de alcalinización de la orina. Por último, decir que también contiene fibra, que favorece el tránsito intestinal, aunque gran parte de ésta fibra se encuentra sobre todo en la parte blanca, entre la pulpa y la corteza.
        

Beneficios que nos hacen ganar en salud: ¡son ricas en Vitamina C! Una naranja mediana (o un vaso de zumo) puede contener hasta 60 mg de vitamina C, esto es equivalente al 65 de la dosis diaria de 90 mg recomendada para un adulto. Consumir diariamente naranjas garantiza que estas necesidades diarias de vitamina C se encuentren satisfechas. Así mismo, si las consumimos en invierno los resfriados tienden a ser menos fuertes y de menor duración. Además, la vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. 

Y nota para los estudiantes, este fruto además de dar energía ayuda a concentrarse más, ¡lo que se traduce en un mejor rendimiento escolar! No es que las naranjas sean el elixir para la eterna juventud, pero la presencia de vitamina C junto con otros antioxidantes, su elevado contenido de vitamina A en forma de betacarotenos y la luteína, la convierten en un alimento ideal para proteger al organismo de enfermedades degenerativas. Todo este coctel hace que sea un fruto muy alcalino (los limones y pomelos también), propiedad que ayuda a depurar toxinas del torrente sanguíneo, eliminar el ácido úrico y fluidificar la sangre.

Por otra parte, parece ser que la naranja es un buen aliado para mejorar las relaciones en pareja, ya que favorece al aumento de la líbido y ayuda así a aumentar el orgasmo. Bien es cierto, que la vitamina C ofrece un efecto positivo sobre todas las glándulas del organismo, así que… Además. tiene reconocidas propiedades anticancerosas gracias a sus bioflavonoides, sobre todo uno de ellos, la hesperidina. En la naranja está en una concentración más alta que el limón y protege los capilares, mejora la circulación, resulta útil para el tratamiento de varices o hemorroides e incluso puede inhibir el crecimiento de ciertos tipos de células cancerosas como las de mama o las de la boca.

También protege al organismo contra las enfermedades cardiovasculares, tanto por su capacidad de disminuir la presión arterial o hipertensión, como por su poder para impedir la formación de trombos en las arterias. Así que comer naranjas ayuda a mejorar la circulación y protege contra accidentes vasculares como el infarto. También nos ayuda a no desarrollar anemia megaloblástica, depresión y a evitar las canas prematuras. Y por cierto, ¡van genial para tener un buen embarazo! Y es que su alto contenido en ácido fólico (vitamina B9), un ácido necesario para el buen funcionamiento celular, el buen estado del corazón y del sistema nervioso, protege a los futuros bebes contra la enfermedad de la espina bífida. Además, este ácido interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

Beneficios que nos aportan un montón de minerales:

– Calcio: bueno para la formación de los huesos y de los dientes
– Potasio: necesario para el equilibrio de los líquidos en el organismo. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

– Fósforo: la falta de fósforo produce debilidad general, debilidad ósea o muscular, problemas de dientes, falta de interés o anorexia.
– Magnesio: en alta cantidad, que va muy bien para la salud del corazón o el buen desarrollo de los músculos. El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
– Azufre: este mineral junto con el ácido fólico garantiza una buena salud de las uñas y el cabello.

Aprende a elegirlas y conservarlas

Como ya hemos visto, y gracias al periodo de maduración de las distintas variedades de naranjas, se puede disfrutar de esta fruta casi durante todo el año. Las naranjas se comercializan maduras, ya que son frutas no climatéricas y a diferencia de otras, no maduran una vez recolectadas.

Los cítricos si son jugosos deben ser pesados, por lo que las naranjas que están en su mejor momento de sazón, resultan pesadas respecto a su tamaño. Se han de desechar los ejemplares que suenen a hueco al golpearlos, presenten golpes o magulladuras o tengan olor a rancio. El color de la piel no indica con seguridad la calidad del fruto, pues hay naranjas maduras con la cáscara verde.

Las naranjas que se comercializan en redes de 2 kg suelen ser de clase I y II, mientras que las de clase extra se almacenan en cajas de madera y algunas de ellas se presentan envueltas en papel de celofán. Si las naranjas se van a consumir en poco tiempo, se pueden dejar en un frutero a temperatura ambiente. Sin embargo, para conservarlas durante semanas conviene mantenerlas en el frigorífico. Las naranjas no se han de apilar unas sobre otras, sino que se han de disponer una al lado de la otra, manteniendo cierta separación entre ellas.

¡Receta de lo más sencilla con la que triunfarás! Postre tradicional de naranja con canela.
Ingredientes: Naranja cortada a rodajas + azúcar (blanco o moreno) mezclado con canela por encima

Simplemente al natural, una vez peladas (o sin pelar), se parten en rodajas y se combinan muy bien espolvoreadas con azúcar y canela. Esta manera de presentar y comer naranja es un postre tradicional que se servía en la época de recolecta de naranjas y era muy típico en las casas de los agricultores valencianos. Actualmente aún se sirve de esta manera… es un postre típico que no pasa de moda.

De forma opcional, se puede añadir un chorrito de anís o herberet (bebida alcohólica hecha a base de hierbas de montaña) ¡Ideal para los días más fríos y para una buena sobremesa! Otra manera deliciosa y fácil de combinar las naranjas cortadas en rodajas es con yogur. ¡Mira que pinta tiene!

Fuente: www.tengounhornoysecomousarlo.com

Dale al crafting creativo… ¡y natural!
Como siempre, te invito a que uses esas manitas y hagas algo más con la fruta del mes. ¡Esta vez te traigo una vela de lo más natural!

Fuente: eslamoda.com

Para darle un aroma a naranja y clavo a todo tu hogar sigue los pasos que, a estas alturas, seguro ya eres todo un experto/a en handmade y, además, son de lo más ilustrativas. ¡No tienen perdida! Empieza el año comiendo naranjas, tendrás energía extra, fortalecerás tu sistema inmunitario, ambientaras tu hogar y te sentirás bien.