El almanaque de agosto
Altocúmulo no coge vacaciones en agosto sino que nos explica más y más cosas sobre lo que pasa por el cielo. ¿Sabes cómo se forman las tormentas? Anímate y descubre cómo funcionan las tormentas de verano tan típicas de agosto.
Ya estamos en agosto… Mes de vacaciones, de tardes largas y cálidas… y, típicamente, de tormentas.
El sol y la luna
Este mes tenemos las siguientes efemérides astronómicas. La luna recorrerá el cielo siguiendo estas fases lunares:
– Estará en cuarto menguante el 7 de agosto a las 2:04 horas
– Será luna nueva el 14 de agosto a las 14:55 horas
– El cuarto creciente será el 22 de agosto a las 19:32 horas
– Y luna llena, por fin, el 29 de agosto a las 18:35 horas
En agosto perdemos 39 minutos de luz al anochecer
El Sol, por otra parte, empieza a retirarse, más rápido cuanto más vayamos hacia el final del mes. En Valencia saldrá el día 1 a las 7 horas y 1 minuto. El día 31 saldrá a las 7:28 horas. Perdemos 27 minutos de luz. Y se pondrá -y aquí está lo malo- el día 1 a las 21:14 horas, mientras que el día 31 se pondrá a las 20:35 horas. Perdemos 39 minutos al anochecer. Así que durante el mes de agosto perderemos 66 minutos de luz; esto es, algo más de una hora. ¡Qué desgracia! Es evidente que durante la última quincena de agosto se oye más de un comentario del tipo hay que ver qué pronto se hace ya de noche. Carpe diem, no lo olvidemos.
Todo sobre tormentas
Como decíamos en el encabezamiento, agosto es un mes indicado para hablar de las tormentas. Las tormentas están presentes en nuestro ideario como acontecimientos de verano. Todos conocemos las tormentas de verano o las tormentas de finales de verano. Y, eso sí, más en agosto que en julio. Para las definiciones más o menos técnicas que desarrollemos tomaré como referencia la obra Climatología, de la Editorial Cátedra, que me parece un gran libro para comprender qué pasa encima de nuestras cabezas.
La célula convectiva, explicada con un ejemplo casero
Una tormenta es una violenta y espectacular manifestación de convección atmosférica, que por esta razón se ha definido como borrasca de convección. La convección es un proceso físico que consiste en el ascenso de una unidad de aire que se calienta, se dilata y se hace más ligera, pudiendo así ascender mientras estas condiciones no cambien, es decir, mientras el aire de su entorno siempre esté más frío. Pongamos una cazuela con agua y pequeños trocitos de papel, por ejemplo. ¿Qué ocurre cuando se calienta el agua? Pues que veremos cómo ascienden estos papelitos, por la parte central, que llegan a la parte superior del recipiente y descienden de nuevo, por los laterales, para volver a ascender. Eso es la convección.
Pues bien, en la atmósfera ocurre, a veces, que una burbuja (área o zona más o menos delimitada) se encuentra con aire más frío a su alrededor, por lo que su densidad disminuye, se hace más ligera y aumenta. Esta burbuja contiene en su interior vapor de agua. Y la burbuja sube y sube mientras encuentre aire más frío a su alrededor. Como es lógico, esta burbuja también se va enfriando conforme asciende, hasta que llega un momento en que el vapor de agua de esta burbuja se condensa, pasando de estado gaseoso (vapor de agua) a estado sólido (gotitas de agua). Y ¡zas! ya tenemos una nube. A partir de aquí, la nube será de uno u otro género según las capas de aire que encuentre a esa altura, o los vientos, o…
Cumulonimbo
Pero en nuestro caso, la convección origina las llamadas nubes de evolución vertical, que tienen ese nombre porque van desde el nivel del suelo hasta el límite de la troposfera. ¿Ya identificáis de qué nubes hablamos? Efectivamente, hablamos de los cúmulos (Cu) y de los cumulonimbos (Cb).
Distribución de las tormentas
Las tormentas raramente se observan por encima de los 60º de latitud, mientras que su presencia en zonas próximas al Ecuador es mucho más habitual. Tampoco es habitual observar tormentas sobre zonas oceánicas frías. ¿Cómo es una tormenta? Si observamos la estructura de una tormenta se comprueba que ésta se compone de uno o varios centros activos, denominados células, que tienen un ciclo de vida corto, de media hora a dos horas, espacio de tiempo en el cual podemos diferenciar tres fases: cúmulo, madurez y disipación.
Fases de una tormenta. Cortesía de tiempo.com
La fase cúmulo es la fase inicial. Aquí tenemos un dominio de corrientes ascendentes (convección, como hemos explicado antes), que hacen crecer la nube conforme se va condensando el vapor de agua contenido en estas corrientes. Un cúmulo, en esta fase, puede pasar de tener 800 metros de dimensión vertical a 10 ó 12 kilómetros de altura en el plazo de quince o veinte minutos. Imaginad la energía acumulada en este proceso.
La fase de madurez se inicia con las primeras lluvias, y es la de mayor actividad y turbulencia de la tormenta. La nube sigue creciendo hacia arriba, creando imponentes cumulonimbos de color blanco brillante en la cumbre y gris plomizo, con muy mala pinta, en la base. La precipitación se produce, en este caso, porque el peso de las partículas de hielo y gotas de agua supera ahora a la fuerza que las mantiene en suspensión. Y caen, en forma de lluvia o de granizo, en virtud de las capas más o menos cálidas que encuentren en su camino descendente, que derriten el grano de hielo, o bien lo hacen más grueso. Imaginemos cómo podrá ser el tamaño de uno de estos núcleos de hielo cuando, a veces, lo que llega a la superficie es del tamaño de un huevo… En esta fase es cuando la nube llega al límite superior de la troposfera. Aquí los vientos se llevan la parte superior de la nube, dándole ese aspecto de yunque, tan característico.
Denia
Así pues, en esta fase se produce la mayor precipitación, con un descenso de la temperatura y un aumento de la presión, debido a la mayor densidad del aire frío que se desploma. La fase de disipación tiene lugar cuando las corrientes descendentes predominan sobre las ascendentes. Como las corrientes ascendentes se interrumpen pues se corta el aporte de humedad, por lo que la nube deja de recibir el combustible que le hacía crecer y crecer, y de ese modo la precipitación comienza a debilitarse. La nube cumulonimbo desaparece, permaneciendo en los cielos los cirros que formaban el yunque. Así, igual que empieza, acaba. Uno se pregunta dónde está la nube que en un rato nos ha hecho temer que el cielo cayese sobre nuestras cabezas… Así son las tormentas.
¿Cómo podemos clasificar las tormentas en función de su intensidad?
– Tormenta: relámpagos poco frecuentes (menos de 10 en 10 minutos). Sin granizo
– Tormenta moderada: relámpagos frecuentes (más de 10 en 10 minutos). Con granizo de menos de 1 centímetro de diámetro
– Tormenta fuerte: relámpagos casi continuos, o con turbonada (racha de aire) de más de 60 km/h, o con granizo de más de 1 centímetro de diámetro
Mapa ESTOFEX 22 del julio
Con esta clasificación podemos concluir que la tormenta del pasado miércoles 22 de julio en Valencia fue una tormenta fuerte, por el hecho de que nuestra estación meteorológica registró una racha de 61 km/h. ¡Buena tormenta! Y podríamos hablar mucho más de las tormentas. La literatura científica y de divulgación es muy extensa y prometemos volver sobre este tema. Pero antes de acabar queremos dejaros la información sobre un producto web que nos parece muy interesante. ESTOFEX es una organización europea sin ánimo de lucro que incluye en su página web mapas europeos diarios sobre la probabilidad de que acontezcan tormentas y/o fenómenos severos, en base a una serie de áreas coloreadas.
Como veis, hay una escala de 1 a 3 en función de la intensidad de las tormentas y la probabilidad de la aparición de fenómenos severos (granizo, tornados…), y también tenemos otra serie de líneas cuyo grosor nos indica la probabilidad de que, simplemente, haya tormenta. En el gráfico podemos ver que en la Comunidad Valenciana y Teruel, ese día, tuvimos un nivel 1 en cuanto a fenómenos severos; es decir, que teníamos un 5% de probabilidades de que en la zona pudiese concurrir algún fenómeno severo. ¡Y en Mosqueruela, Teruel, hubo un tornado! En mi opinión, ESTOFEX nos da una idea muy aproximada de por dónde van a ir los tiros en esa jornada.
Nada más. Esperamos que podáis fotografiar muchas nubes de tormenta este mes de agosto. Y que nos lo contéis. Será buena señal. ¡Nos vemos!