Cultivar un espejismo, I
No sabemos por qué hay palmeras en los espejismos pero sí sabemos que no hay que estar sediento para sentirse cerca de un oasis ni estar soñando para probar los mejores frutos.
En este artículo hablaremos sobre la agricultura de oasis, una opción posible a pocas latitudes en la que incluiremos a las palmeras, pero más adelante dedicaremos el espacio al cultivo de los cítricos menos conocidos.
El pasado mes de mayo se celebró en el Jardín Botánico el congreso EUNOPS (The European Network of Palm Scientists) que reunió a los estudiosos de las palmeras en nuestra ciudad donde, después de discutir sobre las investigaciones botánicas y visitar nuestro Palmetum, fueron de excursión a Elche, como no, para visitar el Palmeral de más de 2000 años de existencia. Pero de esto ya hablamos en Espores. También se ofreció una exposición titulada “Palmeras, un mundo para descubrir“, producida y documentada por el Jardín mismo. Bajo vemos la imagen del cartel de la exposición protagonizado por la planta del mes de septiembre, la palmera de hojas rojas.
Haz clic en la imagen para visitar la ficha de la Planta del Mes de Septiembre
Imprescindible saber que…
Las palmeras pertenecen a la familia Arecaceae que contiene unas 2.400 especies pero no son verdaderos árboles porque el tronco, más correctamente llamado estípite, no tiene crecimiento en grosor ni se ramifica como el de los árboles. Quizás esto le costara el nombre de Príncipe de los Árboles.
Huerto del Cura, Elche
Con una distribución típicamente tropical, las palmeras también se han adaptado a otros ambientes como la cuenca mediterránea, de donde es nuestro palmito (Chamaerops humilis), la palmera de los barrancos canarios (Phoenix canariensis) o Trachycarpus, que se ha aventurado a vivir en 2.400m de altura en el Himalaya.
Las flores de las palmeras son poco llamativas y se agrupan generalmente en inflorescencias y en algunas especies son muy fragantes. Cuando son fecundadas dan lugar a los frutos, de los cuales hay dos tipos, los cocos y los dátiles, de forma un poco más técnica, drupas y bayas, respectivamente. Curiosamente, los frutos son mucho más llamativos que las flores y esconden las semillas en su interior cargadas de sustancias de reserva y muy atractivas para numerosos organismos, por eso hay que plantarlas cuanto antes.
Dátiles. Imagen de FlickR
Cocos. Imagen de FlickR
El cultivo de la palmera
Las más cultivadas a nivel mundial son el cocotero (Cocus nucifera), la palmera datilera (Phoenix dactylifera) y la palma Palmira (Borassus flabellifer) de las que se obtienen cocos, dátiles y harina de sagú (fácil de digerir), respectivamente. Uno de los factores a tener en cuenta es la altura que la palmera alcanzará con el tiempo porquepue de ser conveniente instalar un pararrayos, sobre todo en el mediterráneo donde suele haber tormentas con carga eléctrica.
Si lo que te preocupa es el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) puedes hacer clic en la imagen, que te reconducirá a un artículo anterior de Espores en el que hablamos de esta plaga, entre otras.
En cuanto a los agentes climáticos, hay que saber que las palmeras soportan mejor que los árboles la fuerza del viento pero las sequías prolongadas pueden debilitar los tejidos vegetales y hacerlos más quebradizos. Los vientos salinos del mar tampoco las benefician pero la luz del sol es, como no, imprescindible para el buen desarrollo. Algunas especies que crecen en las selvas tropicales, donde durante la juventud vivirían protegidas de la insolación directa por árboles más altos, necesitan ser cultivadas a media sombra hasta la edad adulta.
En cuanto al frío, hay que conocer bien el origen de la palmera que cultivamos porque algunas especies, las más costeras, no soportan demasiado bien las heladas mientras que las procedentes de zonas montañosas son más rústicas y toleran mejor las bajas temperaturas. Así que protegeremos las palmeras más sensibles al frío con las más resistentes.
Imagen aérea del Jardí Botànic. Autor José Plumed.
Si te interesan las palmeras puedes preguntar por el Monogràfico dedicado a ellas en la taquilla del Jardín Botánico y también por la Carcasa, nuestra palmera más especial, os indicarán dónde está localizada. La agricultura de oasis, como hemos dicho, es para unos pocos pero nosotros, por suerte, somos de esos. Puedes animarte y plantar algunas de las especies de las que hemos hablado y más adelante publicaremos Cultivar un espejismo, II, dedicado al cítricos más extraños.
Imagen de cabecera de FlickR