I love cactus: sulcorebutias de flor blanca
Nos adentramos con Vicente Bueno en un género de cactáceas que nos regala flores muy llamativas. Pero, en este caso, no nos dejamos seducir por los colores, ya que os describimos aquí aquellas especies cuya flor es también bella pero solo blanca, un color inusual en el género Sulcorebutia. Al contrario que en otros géneros de cactus. Apostamos todo al blanco.
Los amantes de los cactus, como coleccionistas, vamos pasando por diferentes fases, que van desde un mero amontonamiento de cactus obtenidos por diversos factores causales, hasta un coleccionismo especializado. En mi caso, me he especializado en coleccionar sulcorebutias, y cuando comencé, hace varias décadas, eran muy difíciles de conseguir, al menos en España. Me impresionaron sus enormes flores de llamativos colores en toda la gama del rojo al amarillo y del violeta al magenta. Y sus combinaciones, como flores de color rojo con la garganta amarilla o magenta con el centro blanco. Pero las flores blancas, sin otros matices de colores, son inusuales en Sulcorebutia, al contrario que en otros géneros de cactus.
Las sulcorebutias son cactus de floración diurna que crecen en zonas áridas que se caracterizan por la poca presencia de polinizadores. Los colores de las flores facilitan la atracción de los polinizadores diurnos, por ejemplo, los lepidópteros diurnos (mariposas) prefieren las flores rojas o amarillas antes que las blancas. Pero no olvidemos que en la elección de las flores por los polinizadores también pueden intervenir otros factores como el tamaño, la cantidad que hay en una mata y su olor.
¿Sulcorebutia o Weingartia?
Comencemos por un apunte taxonómico. Hace más de una década escribí un artículo sobre el género de estos cactus en el número cien de la revista Cactus-Aventures International, explicando que tras los estudios de Christiane Ritz y la posterior clasificación de Hentschel y Augustin, y mientras no se demuestre lo contrario, parece bastante claro lassulcorebutias forman parte del género Weingartia. Ahora bien, los amantes del género seguimos usando el nombre que da título a este artículo, dada su gran difusión entre los coleccionistas. Para la nomenclatura, he tomado como referencia la de la Taxonomy of the cactaceae de Lodé de 2015, junto al nombre más utilizado de sulcorebutia. Esta referencia, para no entorpecer la lectura, solo aparece la primera vez que se nombra una sulcorebutia.
Distribución de las sulcorebutias
Se han encontrado sulcorebutias en una zona relativamente pequeña de Bolivia, al este de los Andes, que algunos autores denominan “paisaje de Valles” porque está cruzada por profundos barrancos. Además, sus poblaciones se pueden agrupar por grandes áreas geográficas, por ejemplo, comenzaré por el área de Sucre, en la que crecen sulcorebutias muy ricas en variedades y forma, como son la crispata, laroberto-vasquezii, la rauschii y la canigueralii.
Otra de las grandes zonas es la región al oeste de Aiquile, sobre todo en las montañas al lado del río Caine (el curso superior del Río Grande), donde existe una gran variedad y multitud de formas de sulcorebutias, algunas poco conocidas por la inaccesibilidad del terreno, incluso muchas otras están aún por descubrir. Gran parte de ellas están más o menos relacionadas con la Sulcorebutia mentosa como consecuencia de hibridaciones y retrocruzamientos. También en esta zona encontramos la cylindrica, la purpurea subsp. santiaginiensis, la breviflora var. laui (Weingartia breviflora), y la langeri.
Por último, junto a la carretera de Cochabamba, en dirección a Santa Cruz, crecen los cactus del complejo de Sulcorebutia tiraquensis, a menos altura y en un clima mucho más húmedo, muy cerca de las yungas, los bosques verdes perennes de lluvias tropicales, que reciben la humedad del Amazonas. Así que vamos a dar un paseo por todas estas zonas conociendo un poco más cada una de las especies de flor blanca de este género fascinante.
Sulcorebutia crispata (Weingartia crispata) de flor blanca
Leyendo el artículo del biólogo J. Pilbeam: Another look at sulcorebutias, encontré la foto de una S. crispata (S. albaoides) de flor blanca. Hasta entonces solamente la conocía con flores de un color rosa más o menos intenso.
La S. crispata KK1265 procede de Sucre, a 2.800 m de altura, pero en función del autor puede venir de Tomina, a 2.400 m de altura y más de 100 km de distancia por carretera. Se describió en 1970 como de porte desde solitario a agrupado, formando tallos de forma globular aplanada, de 25 mm de altura y de 35 mm de diámetro con epidermis gris verdosa. Sus espinas están extendidas sobre el cuerpo, fuertemente curvadas, y son finas, vítreas-blancas a marrón-rosadas con una base engrosada de color amarillento. Sus flores, de 30 mm de largo y en diámetro, son magenta claro a oscuro. Por tanto, podemos ver que la flor blanca no se incluía en la descripción. En este caso, la flor blanca de la S. crispata es fruto el azar, es decir, de una mutación que da lugar a esta rareza y que el cultivador se esfuerza en fijar y reproducir.
Sulcorebutia roberto-vasquezii (Weingartia roberto-vasquezii) de flor blanca, la hermana mayor
Al este del hábitat de la S. crispata, y directamente emparentada con ésta, se describió en 2005 la S. roberto-vasquezii, que se encuentra a poco más de 100 km de distancia por carretera y sedistingue por su peculiar floración blanca con garganta pálida y cremosa, con toques de color rosa en el exterior. Las flores a menudo son de color blanco a cremoso, a veces rosa violeta en el exterior y blanco por dentro (rara vez completamente rosa violeta con tonos salmón) y con el cuerpo verde muy oscuro. Las espinas son blancas, rectas o ligeramente retorcidas, erizadas con bases rojizas, las aréolas blancas y estrechas, y los tallos solitarios, de forma globular aplanada, de hasta 5 cm de altura y de 6-10 cm de ancho.
Así pues, nos encontramos ante la hermana mayor de la S. crispata, la única descrita que florece mayoritariamente en color blanco. Los números de colector de S. crispata, salvo algunas excepciones, suelen localizarla entre los 2.200 y los 3.000 m de altura, mientras que los números de colector de S. roberto-vasquezii se refieren a localizaciones entre los 1.200 y los 2.000 m de altura. Por tanto, si comparamos el hábitat de ambas veremos la diferencia de altura, y en el de S. roberto-vasquezii apreciamos la menor altura, dos grados más de media anual de temperatura y un 50% más de precipitaciones anuales, es decir, una zona de clima oceánico subtropical de alta montaña, en afloramientos rocosos rodeados de bosques de coníferas. En el caso de S. crispata crece en una zona climática de estepa local, mucho más hostil.
Por último, la S. roberto-vasquezii de flor blanca incorpora algún otro tono más o menos tostado en los pétalos, además del blanco, cosa que no ocurre con la S. crispata de flor blanca, la cual solo admite el color verde en la flor junto al blanco puro.
El poder del azar y la adaptación de los cactus
Los flavonoides ejercen un amplio espectro de funciones en las plantas, principalmente como pigmentos de colores en los pétalos de las flores, para atraer a los insectos polinizadores, o filtrar los rayos ultravioleta, protegiendo a las plantas. En consecuencia, las sulcorebutias de flor blanca, deficitarias en flavonoides, tienen más difícil su supervivencia en el hábitat de la S. crispata, con menos concentración de polinizadores por la menor biodiversidad en su entorno, y con una mayor acción de los rayos ultravioleta por la altura y luminosidad de la zona.
Además, los flavonoides también cumplen otras funciones metabólicas importantes en las plantas. Se cree que funcionan como defensa ante los herbívoros, y de protección ante los hongos. De hecho, en mi experiencia he podido constatar que las sulcorebutias de flor blanca son más delicadas en cultivo que las de flores de colores.
La mayoría de las mutaciones son aleatorias y el resultado de un cambio en las células de la planta. Las mutaciones genéticas naturales en los enzimas de la biosíntesis de flavonoides pueden cambiar la apariencia de las flores y producir al azar flores blancas. Estos cambios de color de las flores ocurren ampliamente en la naturaleza, produciendo plantas con flores de tonalidades muy variadas a partir de la selección de ejemplares afectados por una mutación.
Sulcorebutia rauschii (Weingartia rauschii), la reina de las sulcorebutias
En el caso de S. rauschii, se pueden observar plantas con tonos más o menos claros junto al color dominante violeta-rojizo en la inmensa mayoría de los ejemplares. Descrita con flores de color violeta claro u oscuro, a veces rojizo, existe un clon de flores blanco rosadas que se ha ido multiplicando por esqueje. Recientemente, he conseguido un ejemplar de flor blanca, que florece en un color blanco mate.
Es posible apreciar flores de colores más claros en algunos ejemplares seleccionados y reproducidos en cultivo, aunque en su hábitat su frecuencia de presentación es muy escasa. En cualquier caso, se produce un bello contraste entre los tonos oscuros del cuerpo del cactus y los tonos claros de las flores.
Sulcorebutia canigueralii (Weingartia canigueralii), la de las mil caras, más una blanca
Tanto S. rauschii, como S. crispata y S. roberto-vasquezii forman parte del complejo S. canigueralii en sentido amplio y en determinadas bases de datos se las considera como sinónimos. De hecho, S. canigueraliitiene muchos sinónimos con variedades y subespecies controvertidas y comprende una multitud de formas diferentes, donde cada una está vinculada a otras por poblaciones de plantas con características intermedias.
La S. canigueralii tipo crece en los alrededores de Sucre. Se la ha descrito con flores rojas con más o menos presencia del color naranja o amarillo o de color uniforme violeta claro. También hay variedades con flores de color violeta a púrpura con la garganta más pálida. Desde hace unos años se comercializa la S. canigueralii var. applanata de flor blanca, en este caso el color blanco en la flor es la excepción, aunque también se encuentran especímenes con la flor color rosado pálido. Por tanto, vemos que S. canigueralii llega a florecer en una gama de colores casi tan amplia como el conjunto de sulcorebutias, y que el blanco es solo una excepción. Y el color blanco es una rareza.
Como vemos, Sulcorebutia canigueralii llega a florecer en una gama de colores casi tan amplia como el conjunto de sulcorebutias. Y el color blanco es la excepción. Esta rareza de Sulcorebutia canigueralii var. applanata KP27 florece en un color blanco puro, mientras que Sulcorebutia rauschii HJ976/20 de flor blanca incorpora algún otro tono en los pétalos.
Sulcorebutia mentosa (Weingartia mentosa) de flor blanca, al alcance de todos los coleccionistas
A unos 130 km al norte de Sucre por carretera, en Aiquile, entre 2.300 y 2.600 m de altura, en un clima semiárido cálido, se encuentra la S. mentosa, descrita hace más de medio siglo con flores color rosa a púrpura claro y espinas marrones. Poco después se recolectaron ejemplares con espinas amarillas, y entre ellas una de flor blanca. Diferentes polinizaciones lograron que se obtuviera una descendencia solo de flores blancas. A diferencia de otras formas de S. mentosa, con flores de tonos color rosa más o menos blanquecino, en estos ejemplares estamos ante una flor completamente albina, muy pura y bella. Tenemos la fortuna de poder multiplicar por semilla esta característica ligada a un gen recesivo, lo que permite que exista en el mercado un número de ejemplares suficientes para que estén al alcance del coleccionista interesado.
Sulcorebutia cylindrica (Weingartia cylindrica), de flor blanca
A unos 40 km al oeste de Aiquile hay una comarca en una altitud similar, pero con muy diferente configuración geológica, donde crece en suelos degradados de piedra arenisca roja S. cylindrica, de flores amarillas, y su variedad crucensis, con floración que va del púrpura al blanco. Ambas forman parte del complejo de S. mentosa, pero algún autor niega su parentesco y a la variedad la denomina S. confusa.
De todos modos, parece que hay una población de crucensis que tiene aproximadamente un 10% de plantas con flores más o menos blancas, pero no son blanco puro, porque a menudo tienen una trama de un color ligeramente rosado, la garganta casi siempre de un color rojizo y los estambres de color rosa.
Sulcorebutia purpurea subsp. santiaginiensis (Weingartia purpurea), de flor blanca, una entre mil
También al oeste de Aiquile, pero a más de 2.900 m como mínimo, se encuentra S. purpurea subsp. Santiaginiensis, que se describió en 1979 y es extraordinariamente variable en su porte y el color de sus flores, que van desde el púrpura claro al rojo oscuro. El color blanco es una excepcional rareza. Sin embargo, se comercializan ejemplares de flor blanca con total ausencia de pigmentación, solo se aprecian el blanco y el verde en la flor y yo la descubrí en 2004. Además, la S. jolantana es considerada por algunos autores como una forma de S. purpurea subsp. santiaginiensis que desarrolla sus densas espinas solo cuando son ejemplares maduros.
Sulcorebutia breviflora var. laui (Weingartia breviflora), cuando de colores se visten las flores
Más al norte de Aiquile, cerca de La Viña, a unos 2.800 m, en las montañas junto al Río Caine, se encuentra la S. breviflora var. Laui, con unas flores de color muy variable: blanco, blanco crema, rosa, púrpura, rojo y amarillo, una variedad de colores para una población muy inusual en cactáceas. En este caso, el color blanco es uno más y no supone un albinismo.
Sulcorebutia langeri (Weingartia langeri), en recuerdo del Che Guevara
En la parte más oriental de la zona de distribución de las sulcorebutias, en Vallegrande, donde se descubrió que habían enterrado el cadáver del Che Guevara, se encuentra S. langeri. Crece sobre los 2.000m de altura y florece en amarillo, al igual que otras de la zona. Fue en 2004 cuando se encontró una de flor blanca. Con sus numerosas cabecitas recubiertas de espinas y flores blancas forma un bello conjunto. Este ejemplar se ha ido multiplicando por esquejado de sus numerosas cabezas, por lo que está extendida entre los coleccionistas.
Sulcorebutia tiraquensis var. augustinii (Weingartia augustinii)
La S. tiraquensis var. augustinii tiene pequeñas cabezas de unos 2 cm de diámetro y a menudo forma grandes matas de hasta cien cabezas. Muy parecida a S. langeri, no se sabe todavía si existen enlaces o formas transitorias. Sus flores son la mayoría violeta pálido, pero se pueden encontrar algunas rosadas o blanquecinas.
Nuevos descubrimientos
En las sulcorebutias es muy importante determinar con exactitud las localidades donde se encuentran, con sus particularidades. En su hábitat, en los valles donde crecen, aislados por cadenas montañosas, es frecuente encontrar especies completamente nuevas en un valle y que no crecen en otros. Por un encadenamiento de circunstancias, algunas semillas pueden sobrepasar las montañas. La variedad que resulte de las nuevas condiciones a las que se halle expuesta formará allí una especie distinta con el transcurso del tiempo, que se alejará tanto más de su forma primitiva cuanto más tiempo permanezca en esa localidad, aislada y libre de otras influencias.
Se van describiendo nuevas especies y variedades y, por supuesto, entre ellas,sulcorebutias de flor blanca, como S. gemmaeHJ856. Así pues, la sulcorebutia, en su evolución ha ido colonizando la tierra de nadie que dejaba la retirada de los glaciares. A medida que aumentaban paulatinamente las temperaturas en su hábitat, éste lo invadían las coníferas, contra las cuales no pueden competir las sulcorebutias, produciéndose su retirada a terrenos más hostiles con pocos competidores para ocupar el terreno. En algunos de estos casos, nos aventuramos a creer que la recolección de semillas de estas rarezas y su posterior cultivo y reproducción puede contribuir a la preservación de estas formas tan raras y frágiles en un hábitat hostil, máxime en casos extremos donde en una población el número de ejemplares de flor blanca es muy escaso.
El valor de la biodiversidad y la atracción del color blanco
Como coleccionistas apreciamos la diversidad de las sulcorebutias de flor blanca como fuente de diversión, pero también admiramos su propia existencia y somos sensibles a su preservación. Sus flores son una fuente permanente de belleza que nos provoca admiración y asombro, además, el color blanco en las flores representa la pureza y elegancia. Esa luminosidad que aportan destaca en una colección de este género entre tantos colores vivos. Por otra parte, la diversidad genética y la combinación de sulcorebutias con diferente material hereditario enriquece la vida y, por supuesto, nuestro cactario. En consecuencia, las sulcorebutias de flor blanca son capaces de despertar en los amantes de los cactus nuestra estima ética y estética.
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