Botánico del mes: Simón Fos
Doctor en Ciencias Biológicas por la Universitat de València, tiene especial interés en inventariar y dar a conocer la flora liquénica valenciana. Después de una etapa profesional vinculada a la investigación y la docencia, Simón Fos inició un nuevo capítulo trabajando en asistencias técnicas vinculadas a la gestión y conservación de la flora rara, endémica o amenazada y de los hábitats naturales. Pero este botánico, apasionado de la divulgación, nunca ha abandonado esos cada vez menos desconocidos organismos que lo cautivaron hace años: los líquenes.
¿Qué te atrajo de la Botánica?
Las plantas son el elemento estructural más aparente de los ecosistemas. Las comunidades vegetales configuran los paisajes en respuesta a las variables ambientales dominantes, el clima, los suelos, etc., y, cómo no, las influencias antrópicas, y estas comunidades condicionan el resto de organismos que integran el ecosistema global. Tenía claro desde pequeño que quería ser biólogo y mis preferencias estaban orientadas hacia la ornitología cuando empecé la carrera, pero después de acabar el primer ciclo, me di cuenta de la incidencia de la flora sobre la fauna y tomé la decisión de cambiar las prioridades iniciales y profundizar en el estudio y el conocimiento de los vegetales.
¿Nos podrías resumir tu trayectoria profesional?
Mi actividad profesional se podría considerar dividida en dos grandes etapas. La primera, desarrollada en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universitat de València, donde me formé como investigador con una beca del Ministerio para desarrollar un proyecto, original y un tanto singular, con bioindicadores liquénicos, bajo la dirección de la Dra. Eva Barreno. Durante toda esta etapa trabajé en diferentes proyectos de investigación desarrollados por el equipo al que me incorporé: flora liquénica de las parameras ibéricas, de la Reserva de Muniellos, seguimiento de la calidad del aire en las comarcas de Els Ports y El Maestrat y del carrascal de la Font Roja y los alrededores de Alcoi mediante bioindicadores liquénicos y también en los pinares de Tenerife y otras islas de las Canarias, en este caso, evaluando y cuantificando los daños producidos por el contaminante sobre las acículas del pino canario. Y también elaboré varios estudios en solitario sobre la flora liquénica de diferentes áreas de la Comunidad Valenciana. En mi opinión, los trabajos florísticos son fundamentales, no solo para identificar la biodiversidad de un territorio, sino también para constituir la información básica, fundamental, para poder abordar los estudios ecológicos, corológicos y, sobre todo, para poder evaluar correctamente la situación de amenaza de las especies y poder diseñar estrategias de conservación con los conocimientos necesarios.
Inventario de la flora liquénica epífita para calcular el Índice de Pureza Atmosférica (IPA) utilizado en el proyecto de seguimiento de la calidad atmosférica en las comarcas de Els Ports y Maestrat mediante bioindicadores vegetales, con Patricia Pérez, Esperanza Calvo y Vicent Calatayud. Morella, 1995. / J. C. Tormo.
Durando todo este periodo de intensa actividad investigadora, también desarrollé una importante actividad docente en la propia universidad y en diferentes cursos y másteres, una tarea que también me ha resultado especialmente atractiva por las implicaciones directas en la formación de las nuevas generaciones, de los investigadores, de los docentes y de los responsables de la gestión y conservación de nuestro patrimonio natural. Y también de todas las personas interesadas en conocer y entender el mundo que lo rodea. Puede que sea una frase muy repetida, pero el conocimiento es fundamental para poder sensibilizar a la población de los problemas ambientales que estamos sufriendo.
La segunda etapa de mi trayectoria profesional está vinculada a la empresa pública Vaersa, desde la cual he trabajado en diferentes asistencias técnicas para la Consejería de Medio Ambiente, con los diferentes nombres que ha ido recibiendo en todo este tiempo. En este periodo, mi actividad ha estado centrada en la gestión y conservación de la flora rara, endémica o amenazada y de los hábitats naturales, bien vinculado al programa de Microrreservas de Flora, bien en un ámbito territorial más amplio que alcanza toda la Comunidad Valenciana.
El equipo de Microrreservas en la microrreserva de flora de las sabinas milenarias de Las Blancas: Patricia Pérez, Joan Pérez, Lluís Serra, Vicente Deltoro y Gabriel Ballester. Puebla de San Miguel, 2002. / E. Laguna.
Tu especialidad es la liquenología. ¿Qué te interesó de este campo de estudio?
Creo que fueron una serie de circunstancias las que condicionaron mi especialización en este grupo de organismos. Ya me sorprendieron de estudiante por su capacidad para colonizar los medios más exigentes, con recursos mínimos y sometidos a unas condiciones imposibles para el resto de los seres vivos. Después empecé a colaborar en el equipo de liquenología de la Facultad y pude profundizar en su conocimiento, en las posibles aplicaciones como bioindicadores, la gran cantidad de trabajo florístico que había por hacer o el desconocimiento generalizado para la mayoría de la ciudadanía. En definitiva, estos organismos ofrecían un amplio abanico de posibilidades para la investigación y también para la divulgación, una situación que me sedujo entonces con una intensidad que se ha mantenido hasta la actualidad. El tiempo y las circunstancias van ampliando los temas de interés y cambiando los focos de atención, pero la especialidad tiene un peso muy significativo a la hora de motivar las preferencias. Además, queda tanto por descubrir sobre estos organismos duales, que procuro mantener una actividad liquenológica, modesta y básicamente florística, pero para mí, muy gratificante.
En el Barranco del Tilo de Morella se redescubrió un ejemplar del liquen Lobaria pulmonaria, considerado extinto en la Comunidad Valenciana por la ausencia de citaciones posteriores al siglo XIX, con Miguel Agueras y Miguel Ángel Gómez. Morella, 2015. / M. J. Sanchis.
¿Estás orgulloso de haber participado en algún proyecto en especial?
Puede que mi respuesta pueda parecer un tanto egocéntrica, pero creo que el proyecto del que me siento especialmente orgulloso es el que desarrollé en mi tesis. El objetivo era comprobar si los líquenes, que estaban confirmados como excelentes bioindicadores de variables ambientales muy heterogéneas (del clima, de la estructura y continuidad de los bosques, de la calidad del aire, de las características del sustrato, etc.), podían ser utilizados como bioindicadores de la calidad del corcho que se produce en las principales zonas productoras de la península Ibérica. Era un proyecto muy interesante por su carácter pionero desde la perspectiva de la bioindicación liquénica y, además, podía tener repercusiones sobre la valoración cualitativa de este material. Su desarrollo nos permitió recorrer y muestrear otros territorios ibéricos, tuvimos que generar una metodología para poder obtener cortes de corcho para cuantificar el crecimiento radial con microscopio óptico, analizar climáticamente todos los territorios muestreados y, finalmente, relacionar estadísticamente todas las variables. Los resultados, recogidos en la tesis doctoral y publicados en la revista Guineana, confirmaron la relación entre las características anatómicas y densimétricas del corcho y la composición florística de las comunidades liquénicas epífitas. Fue un trabajo largo y minucioso, pero, como he dicho, me siento especialmente orgulloso de los resultados finales y de su repercusión.
Recolección de ramas de pino canario (Pinus canariensis) para la cuantificación de los daños provocados por los contaminantes atmosféricos. Tenerife, 1996. / E. Barreno. A la derecha, hablando con Antonia Caritat (Universitat de Girona) sobre las diferencias de crecimiento radial del corcho de diferentes procedencias ibéricas, en el I congreso Forestal Hispano-Luso. Pamplona, 1997.
¿Qué impacto tienen proyectos como este para la sociedad en general?
Creo que las repercusiones en la sociedad de proyectos de este tipo son poco significativas porque son temáticas un tanto especializadas con posibles aplicaciones técnicas muy concretas. No obstante, el proyecto sí que tuvo repercusiones en la industria del corcho, tanto por las posibilidades que ofrecía para establecer las variables ambientales que podían asociarse con producciones de mejor calidad a partir de la composición de las comunidades liquénicas epífitas, como también para plantear estudios para establecer las causas de algunas anomalías que muestra este material y que condiciona su uso industrial. De hecho, aún he tenido reuniones recientes con personas vinculadas con la industria del alcornoque para tratar cuestiones relacionadas con estos temas.
Volviendo al presente. ¿En qué consiste tu trabajo actual?
Una parte importante de mi actividad actual está centrada en la gestión y conservación de la flora amenazada, en la recopilación de toda la información poblacional que van generando los equipos del Servicio de Vida Silvestre de la Consejería, del Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (CIEF), el Centro de Conservación de Especies Dulceacuícolas de la Comunidad Valenciana (CCEDCV) y los técnicos de flora de las 3 provincias, con contribuciones del personal de los Parques Naturales y de los Agentes Medioambientales. El análisis estadístico de toda la información generada durante años de seguimiento permite establecer las tendencias poblacionales, una información básica para la toma de decisiones relativas al diseño, planificación y ejecución de medidas de conservación para garantizar la continuidad de las especies amenazadas. Además, como todos los censos están georreferenciados, se ha podido generar una cartografía exhaustiva de localización de las poblaciones que minimiza los riesgos de afección a estas poblaciones por proyectos de transformación territorial.
Estudio poblacional de la tramussera valenciana (Lupinus maria-josephae) en la Serra Grossa. Xàtiva, 2006. / A. Navarro.
Preparando material para herbario de la nueva población de garbanzo del diablo o favera del dimoni (Erophaca baetica), descubierta después del incendio que afectó la Serra Grossa en junio de 2005. Xàtiva, 2006. / A. Olivares.
Otra dedicación importante es la redacción de las Normas de Gestión de los Espacios Natura 2000 de nuestro territorio, de toda la documentación necesaria para poder transformar los Lugares de Interés Comunitario, los LIC propuestos inicialmente para garantizar la conservación de hábitats y especies de interés comunitario, en Zonas Especiales de Conservación (ZEC) del patrimonio biológico que motivaron su declaración. Es un trabajo multidisciplinario que integra aspectos geográficos, económicos, culturales y, lógicamente, biológicos para evaluar la situación actual del territorio, de las especies y de los hábitats como punto de partida para establecer una normativa de uso y gestión del territorio con medidas y actuaciones concretas para mejorar el estado actual de conservación.
Prospección de los arenales de Petrer-Almorxó para recoger datos destinados a la elaboración de la Norma de Gestión de los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) localizados en las cordilleras del centro de Alicante. Petrer, 2016. / M. A. Gómez.
Finalmente, me gustaría hacer referencia a mi tarea en la producción, recopilación y análisis de la riqueza florística de la Red de Microrreservas de Flora de la Comunidad Valenciana. Me resulta muy gratificante formar parte de este proyecto que este año cumple 25 años. En 1994 se publicó el Decreto de creación de esta original figura de protección territorial, a pesar de que las primeras microrreservas se declararon unos años más tarde, en 1998. La participación en este proyecto y las experiencias personales y profesionales que me ha permitido disfrutar con Emili Laguna y el resto de compañeros han sido fundamentales para mi formación como botánico y como técnico de conservación de flora vascular. Y también mi implicación con el Banco de Datos de Biodiversidad de la Comunidad Valenciana (BDBCV), una plataforma pública para recoger toda la biodiversidad regional y ponerla a disposición de la ciudadanía. Es un proyecto que considero extraordinariamente interesante y con el que participo activamente por convicción, en el propio proyecto y en las posibilidades divulgativas, docentes, técnicas o científicas que ofrece.
El programa de microrreservas de flora ha despertado el interés de varios países vecinos y otros del Mediterráneo para implementar esta figura de protección en sus territorios, como el personal de la universidad de Madeira. En la imagen, con Sonia Catanho y Ruben Paz (Madeira) en la microrreserva de flora de Cala Argilaga. Peníscola, 2007.
¿Trabajas solo o en equipo?
Siempre he trabajado inmerso en un equipo. He llevado adelante algunas iniciativas personales, tanto respecto a la flora liquénica como la vascular o a la gestión y conservación de la red de microrreservas, pero la mayor parte de mi tarea de investigación y gestión la he desarrollado conjuntamente con los compañeros. Trabajar de este modo me resulta mucho más satisfactorio, a pesar de que pueden aparecer conflictos, pero no han tenido demasiada significación, más bien todo lo contrario.
Revisión de los efectos del temporal marítimo en la microrreserva de flora de la playa de Moncofa con Gustavo Renobales (Universidad del País Vasco) y Pablo Ferrer (CIEF). Moncofa, 2011. / E. Laguna.
¿Cuál es la parte más desagradable de tu trabajo y la más gratificante?
En la parte menos agradable diría que la parte administrativa resulta, en general, poco atractiva y poco gratificante, pero afortunadamente se compensa con el trabajo de campo, especialmente cuando se comparte con compañeros y amigos que me permiten continuar avanzando en el conocimiento de las plantas vasculares. Me especialicé en otro grupo, como comentaba, y con mi incorporación al equipo de microrreservas de flora, el motivo de atención se giró hacia las plantas vasculares. Estas salidas compartidas han sido absolutamente fundamentales en mi formación en este grupo.
Revisión de flora en la microrreserva de flora Loma del Tramussar, con Albert Navarro. Llombai, 2006. / E. Laguna.
¿No serás alérgico a alguna planta?
De momento, no me han detectado ninguna alergia.
Imagina que tienes tanto presupuesto como quieres. ¿Qué cosas mejorarías en tu trabajo?
Más que cambios en mi trabajo por disfrutar de presupuesto suficiente, lo que cambiaría serían las prioridades. Como he comentado, tengo un especial interés en profundizar en el conocimiento de la flora liquénica de la Comunidad Valenciana, en su inventario, en identificar las necesidades de conservación, y también en su divulgación, y en acercar a la gente toda esta biodiversidad tan interesante, pero poco aparente y demasiado desconocida. Por todo ello, creo que me centraría en estos objetivos.
¿Algún otro proyecto en marcha fuera de la actividad estrictamente laboral?
Al margen de los proyectos que forman parte de mi actividad laboral, que ya he comentado antes, estoy bastante empeñado en ir mejorando, desgraciadamente muy despacio y demasiado limitado a las especies que se pueden reconocer a simple vista, la información florística y corológica de los líquenes de la Comunidad Valenciana. Como mi trabajo incluye jornadas de campo, tengo la posibilidad de visitar muchos territorios que no tienen ninguna información liquenológica y aprovecho estas salidas de trabajo para anotar la flora que veo. A menudo también recolecto muestras de material, porque me parecen más raras o interesantes, o porque puedo confirmar fácilmente la identidad revisando algunas características microscópicas o químicas. Pero esta tarea requiere de una inversión de tiempo personal que no siempre soy capaz de encontrar. Afortunadamente, para avanzar en este objetivo he encontrado la colaboración de compañeros de trabajo, de técnicos de Parques Naturales y de agentes medioambientales, gente muy implicada en el conocimiento de nuestro patrimonio natural y también de los líquenes. Las fotografías y las muestras que van enviándome son muy valiosas en esta tarea de recopilación de información florística. Realmente estoy muy agradecido a toda la gente que está colaborando en este proyecto. Sus observaciones son fundamentales para poder tener datos florísticos de muchos territorios que no tienen ninguno, a pesar de ser, como he comentado, una información básica. Además, toda la información va volcándose en el BDB por lo que están disponibles para consulta de cualquier persona que pueda estar interesada.
Recolección de material para elaborar el catálogo de la flora liquénica de la Isla de Tabarca (Alicante) para el proyecto Pequeñas Islas del Mediterráneo (PIM). Tabarca, 2016. / E. Laguna.
Has publicado en revistas científicas, monografías, etc. pero también te interesa la vertiente divulgativa y participas en diferentes iniciativas.
Creo que la divulgación científica es fundamental. Por esta razón he procurado compaginar la publicación científica con esta tarea divulgadora. Mis contribuciones en este sentido han sido relacionadas con las temáticas en las que he trabajado en todos estos años, con los bioindicadores, los alcornocales y el corcho, l’Horta, el descubrimiento de la tramussera valenciana, las plantas invasoras, etc. La verdad es que la oportunidad que me ha ofrecido la revista Mètode para trabajar la vertiente divulgativa ha sido muy motivadora. Además, el reconocimiento que tan merecidamente se ha ganado esta publicación te obliga a ser exigente con tu propio trabajo, porque actúa como plataforma para difundir conocimientos y opiniones, para sensibilizara la ciudadanía en diferentes temáticas ambientales.
Otro sería ejemplo el cartel sobre líquenes sobre sustratos duros que realizaste para la Generalitat Valenciana…
Exactamente. Esta serie de carteles, que ya va por el número 18, permite acercar a la gente una biodiversidad que, en general, resulta poco conocida para la mayoría. Y los líquenes se encuentran en este grupo. Son, probablemente, los organismos más representados por todas partes; por poco que nos fijemos, siempre los encontraremos por nuestro alrededor, estemos donde estemos, son casi omnipresentes; pero al mismo tiempo, se encuentran entre los más ignorados, pasan muy desapercibidos. Estos carteles, con unos resultados visuales muy atractivos, generan una atención muy efectiva que educa la mirada.
O la reciente publicación de Les plantes del nostre entorn. Flora silvestre de Paiporta, así como de otros municipios.
Efectivamente, estos trabajos, hechos conjuntamente con M. Ángeles Codoñer, tienen una orientación claramente divulgativa. El objetivo principal es descubrir a los vecinos de estos municipios el patrimonio botánico que habita sus paisajes cotidianos, los que ven cada día, sin dejar de lado, por supuesto, la parte más científica, más botánica, pero dando prioridad a los usos tradicionales, a la cultura popular asociada a estas plantas, a las curiosidades, etc. Es decir, a aquellas cuestiones que pueden poner en marcha la curiosidad de la gente como primer paso para motivar el conocimiento y el aprecio hacia estas plantas que, en el caso de Paiporta, están ligadas a ambientes artificiales, campos de cultivo y entornos urbanos, y que, por esta razón, son a menudo infravaloradas o incluso despreciadas, pero que atesoran todo un patrimonio cultural extraordinario por su extensión y su diversidad, un patrimonio que vale la pena conocer y que estamos seguros de que resultará sorprendente para la mayoría de la gente menos vinculada al mundo rural y agrario. Además, se muestran y se habla de plantas que todo el mundo encuentra, prácticamente, en la puerta de casa y en cualquier paseo por el pueblo o por sus alrededores, de Paiporta o de cualquier otro municipio de l’Horta e, incluso, más lejos.
Rodaje del programa Terra Viva (A Punt) para difundir la primera localización del liquen de los lobos (Letharia vulpina) en el Parque Natural de Puebla de San Miguel (2019). / I. Mora. A la derecha, presentación de Les plantes del nostre entorn. Flora silvestre de Paiporta en la Feria del Libro, con Nuria Sendra (Editorial del Bullent), Àngels Codoñer (coautora) y Guillem Montoro (Concejalía de Participación ciudadana del Ayuntamiento de Paiporta). Valencia, 2019. / E. Laguna.
¿Qué relación tienes con el Jardí Botànic de la Universitat de València?
En el Botànic tengo muchos buenos amigos y amigas, pero la relación no ha sido demasiado intensa. Participé durante años en las excursiones organizadas por el Jardín para descubrir nuestro País y deposito en el Herbario el material que voy identificando. Precisamente relacionado con el Herbario, le consulto suficientes dudas y le pido suficiente información a Jesús Riera para ir enmendando errores o completando información de las citas del BDB. También podría incluirse en esta relación la edición del libro del , editado conjuntamente con Antoni Aguilella y Emili Laguna.
Antes comentabas que también has trabajado como docente. ¿Qué crees que es importante en este ámbito?
La docencia, apoyada por la divulgación, son las piedras angulares para poner en marcha y nutrir vocaciones, para formar profesionales implicados en el trabajo y comprometidos con las temáticas sociales, culturales y políticas relacionadas. El conocimiento de contenido es imprescindible, pero considero más importante las posibilidades que ofrecen, tanto una como la otra, la docencia y la divulgación, para despertar la curiosidad por temas relacionados con las temáticas tratadas, para buscar implicaciones cruzadas, que en biología, en ecología o en botánica son muchas y muy diversas, para generar y saber defender una posición crítica, etc. El mundo profesional necesita gente apasionada con su trabajo y el caldo de cultivo de esta motivación tendría que “cocinarse” a las aulas.
¿Te consideras discípulo de algún botánico o botánica?
Por supuesto, no se puede avanzar en el conocimiento sin la formación y el espaldarazo recibido de los que nos preceden en nuestras disciplinas. En cuanto a los líquenes, las principales responsables de mi formación fueron Eva Barreno y Violeta Atienza y, en la parte fanerogámica, Emili Laguna. A pesar de que la formación en esto campos es una tarea contínua y uno se va nutriendo de toda la gente con quien compartes inquietudes y objetivos. A lo largo de todos estos años, las experiencias personales y profesionales han sido y continúan siendo muy enriquecedoras en todos los sentidos.
Recogiendo datos sobre la flora liquénica del Parque Natural de la Tenencia de Benifassà en la VII Semana de la Biodiversidad, con Violeta Atienza. La Pobla de Benifassà, 2012. / J. Alcober.
¿A qué botánico o botánica te habría gustado conocer en persona?
Sin duda a Don Simón de Rojas Clemente, el primer liquenólogo español y, además, homónimo. Para mí, tener la oportunidad de volver a estudiar sus pliegos sería un auténtico sueño, pero por la información que tengo de algunos intentos previos me temo que no será posible.
¿Qué época de la Botánica te habría gustado vivir?
Creo que la época dorada de la botánica española, con grandes campañas de prospección e identificación de la biodiversidad vegetal. Si aún hoy en día el trabajo de inventario de la riqueza botánica todavía no se ha completado, imagínate en aquellos tiempos. Prácticamente estaba todo por hacer, todos los medios eran muy limitados, pero tampoco rondaban por las cabezas las prisas, las exigencias de publicar en revistas de impacto, el currículum. Por el contrario, la ilusión y el afán de conocimiento salvaban muchos obstáculos.
Clasificando flora vascular para el inventario florístico de la Microrreserva Lavajo del Jaral. Sinarcas, 2007. / E. Laguna.
¿Cómo animarías a los actuales estudiantes de biología por as dedicaron al mismo que tú?
La botánica no ha resultado demasiado atractiva para los estudiantes de biología. En general, la especialidad siempre ha resultado bastante minoritaria, pero la botánica permite el descubrimiento y la comprensión del mundo que nos rodea y, además, hay tanto por hacer, incluso en ciencia básica, y se reciben tantas satisfacciones personales (que encuentro que son las más importantes y las más motivadoras) y profesionales con los resultados. Estamos en un momento en el que las vocaciones naturalistas, las que abordan los estudios de campo, de la biodiversidad entendida desde una perspectiva clásica, están menguando peligrosamente, a pesar de ser, en mi opinión, el elemento básico para construir todo el edificio de conocimiento.