Agricultura Plantas

2 Jun 2015

La fruta del mes es…¡el albaricoque!

Con el verano a la vuelta de la esquina, este mes hablamos de los apetecibles albaricoques en la sección de Silvia Pérez, del blog Baladre Crafting·Creativity. Conoceremos sus propiedades, variedades, biología, además de una receta de lo más sabrosa y aprender a plantar un albaricoquero en cinco pasos muy sencillos. 

 

Confieso un secreto… ¡el albaricoque es mi fruta favorita! Desde pequeña siempre sigo el mismo ritual para degustarlo; lo abro en dos mitades, quito el hueso, elijo la parte más clarita primero, porque suele ser la menos dulce, y dejo para el final la mitad que se ve más rojita, ya que suele ser, la que está más madura y tiene ese sabor único que me encanta…

 

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Los albaricoques son frutos de los albaricoqueros, árboles de la familia de las rosáceas que incluyen otras plantas como el almendro (Prunus dulcis), el melocotonero (Prunus pérsica) o el cerezo (Prunus avium), del cual hablé justamente el mes pasado. El género Prunus comprende unas 200 especies y, muchas de ellas, se cultivan por sus frutos comestibles; otras, en cambio, se utilizan como plantas de jardín.

 

¡Hablemos un poquito sobre su biología!
El albaricoquero más conocido es el albaricoquero común y su nombre científico es Prunus armeniaca. Es un árbol caducifolio de más de 3 metros de altura. De aspecto redondeado, con un tallo erecto de corteza pardo-grisácea y superficie llena de grietas. Las ramas jóvenes son de color rojizo y las ramas adultas muy retorcidas. Posee hojas ovales de hasta 9 cm de longitud, casi redondeadas u ovalacorazonadas, con dientes pequeños, de color verde oscuro por el haz y verde amarillento por el envés, terminadas en ápice puntiagudo.

 

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Las flores quedan reunidas en parejas o solitarias, son cortamente pedunculadas, de color blanco con tintes rosados y miden unos 2,5 cm de diámetro. El albaricoquero florece entre los meses de marzo o abril antes que hayan salido las hojas.

El fruto, al cual llamamos albaricoque, es comestible. Es una drupa de color amarillento-anaranjado con tonos rojizos de unos 8 cm de longitud y 3-4 de diámetro, pero existen variedades con frutos más grandes. Su pulpa es amarilla, de sabor dulce cuando el fruto está bien maduro y rodea el hueso en cuyo interior está la semilla.

 

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Una semilla en forma de almendra recubierta de una corteza leñosa dura o endocarpio, que generalmente está desprendida de la carne. Dicha almendra o embrión posee un sabor amargo y no comestible e incluso en algunas variedades resulta venenosa debido a su contenido en amigdalina, de la cual se puede extraer uno de los venenos más activos conocidos: el ácido cianhídrico.

 

¿De dónde proviene y cuál es su producción?
El albaricoque fue denominado originariamente Prunus armeniaca porque los romanos lo introdujeron en Europa desde el lejano oriente vía Armenia. Es originario de las zonas templadas de Asia, Corea del Norte o Manchuria, aunque las primeras referencias sobre su cultivo se remontan al año 3000 a.C. en China. Actualmente Turquía es la principal productora seguido por países asiáticos. Entre los principales países productores de Europa se encuentran, además de Turquía, España, Italia y Francia.

 

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En España la producción media se encuentra en torno a las 160.000 toneladas, de las cuales la región de Murcia contribuye con alrededor del 65%, la costa Valenciana con un 28% y el resto se distribuyen entre Albacete y Zaragoza.

 

¿Te atreves a cultivarlas? ¡Conoce sus caprichos y las variedades más comunes!
Como cultivo tiene ciertas características:
– Es un árbol bastante rústico, propio de climas templados, aunque resiste bien los fríos invernales.
– Debido a su floración temprana puede sufrir por las heladas tardías en las localidades frías.
– Exige calor estival para la completa madurez de la fruta. Y resiste la sequía.
– Prefiere las exposiciones aireadas y soleadas de las mesetas y colinas que las llanuras. La mejor altitud para su cultivo es la de 200-500 metros.
– En cuanto a suelo, es muy poco exigente pero prefiere los suelos cálidos, secos, ligeros y profundos, no adaptándose a los suelos fuertes, fríos y húmedos.
– La permeabilidad del subsuelo tiene una gran importancia en este cultivo, pues todo estancamiento de agua es fatal para el albaricoquero.
– En tierras profundas toma un gran desarrollo y los frutos son de buena calidad. En laderas secas (malas tierras para su cultivo), los árboles se desarrollan menos pero, en cambio, los frutos son más perfumados.

 

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Existen muchas variedades de albaricoques. Cada región productora desarrolla unas autóctonas que se adaptan a las características de cada zona. Sin embargo existen ciertas variedades que se cultivan en todos los países.

Las variedades más destacables son:
• Bulida: es una variedad española de frutos grandes y con un surco poco profundo. Su piel es amarilla y su carne, dulce, jugosa y perfumada. Se recolecta a principios de junio.
• Canino: variedad española de fruto, con forma casi redonda y tamaño grande o muy grande, de piel amarilla o anaranjada. Se recolecta en junio.
• Nancy: es un fruto de tamaño muy grande, un poco hinchado en la base, casi esférico y abollado en el pico. Su piel es de color amarillo oro con vetas rojas y su piel presenta pequeños abultamientos. La carne tiene color cobrizo, es perfumada y de sabor fino, dulce y un poco ácida. Se recolecta en julio y son frutas de muy buena calidad.

 

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• Paviot: son frutos de tamaño muy grande, de color anaranjado y rojo intenso. Su carne es amarilla, fina y agradable. Se recolecta en los meses de julio y agosto y proporciona unos frutos de muy buena calidad.
• Moniquí: es una variedad de gran tamaño. El fruto es oval y aplastado, con piel blanquecina y pulpa turgente, carnosa y de sabor extremadamente azucarado. Es la variedad más apreciada en la zona centro de España. Madura a finales de junio o principios de julio.
• Currot: Es la variedad comercial más temprana que aparece en el mercado. Son frutos de pequeño tamaño, piel delicada de color blanco-rosáceo, con pulpa blanquecina, poco carnosa y sabor acidulo. Se suelen premadurar antes de su comercialización ya que recién cosechados carecen de valor gustativo.

• Galta roja: en castellano significa mejilla roja, posiblemente sea la variedad más comercializada y más consumida en España. Posee una piel atractiva, mitad rojiza y mitad amarilla o naranja, y su pulpa es anaranjada y de sabor dulce.
• Ginesta: una de las variedades más precoces que aparece en el mercado. Los frutos tienen forma esférica y su piel es blanquecina. La pulpa carnosa tiene color blanco y sabor suave y delicado.
• Mitger: variedad que se caracteriza por el tamaño de sus frutos, en torno a 50-55 mm. Su piel es fina, suave y aterciopelada, y su carne blanca, dulce y jugosa. Aparecen en el mercado español a finales del mes de mayo.

 

¡Derivados miles y como la encontramos en el mercado!
Su principal consumo es como fruta fresca, ¡y es como a mí más me gusta! Pero existen otros muchos derivados como pueden ser confituras, compotas, zumos, mermeladas, albaricoques enlatados y sobre todo los famosos ‘orejones’ que no son más que albaricoques secos.

 

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Se obtienen a partir de albaricoques frescos sometidos a un proceso de secado en cámaras a 65-70ºC o al sol tras haberles quitado la piel, lo que aumenta considerablemente su período de conservación. Al disminuir su contenido en agua, se produce una concentración importante de nutrientes, por lo tanto el valor nutritivo del orejón es muy superior al del albaricoque fresco.

Volviendo al fresco, ¡te cuento! Sus propiedades nutritivas y sus beneficios para la salud son…

Propiedades nutritivas:
Si lo comparamos con otras frutas, su aporte energético es bastante bajo, dada su elevada cantidad de agua y modesto aporte de hidratos de carbono. Pero destaca por la abundancia de fibra, que mejora el tránsito intestinal, y su contenido en provitamina A (beta-caroteno), de acción antioxidante. Su contenido mineral también es importante, ya que es rico en elementos como el potasio y, en menor proporción, en magnesio y en calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.

 

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• El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, además de tener propiedades antioxidantes. El consumo de carotenoides también se vincula a la reducción del riesgo de contraer cáncer. Los albaricoques frescos son más ricos en carotenoides (betacaroteno, betacriptoxantina, luteína) que los albaricoques desecados.
• El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
• El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

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Esta fruta posee una buena concentración de vitamina C. Comer 5 albaricoques (100 gramos aproximadamente) pueden proporcionar el 20 % de la ingesta diaria recomendada (60 mg/día) de vitamina C.
• La carencia de vitamina C puede causar escorbuto, una enfermedad potencialmente mortal de la que raramente se producen casos hoy en día.
• Estudios recientes dicen que la vitamina C puede influir en una variedad de procesos fisiológicos que incluyen la supresión de la formación de nitrosamina en el intestino. El nitrito, presente en los alimentos y en el agua, puede reaccionar con las aminas para producir nitrosaminas, las cuales son de carácter carcinogénico. Estudios epidemiológicos indican que el cáncer de estómago es menos frecuente en aquellos cuya dieta es rica en vitamina C.
• También se ha indicado que la capacidad antioxidante de la vitamina C puede proteger contra el cáncer en otras partes del cuerpo humano, además de intensificar las funciones inmunológicas.

 

Propiedades para la salud
El contenido de beta-caroteno o provitamina A de los albaricoques, de acción antioxidante, les confiere su color anaranjado característico y les convierte en una fruta de consumo recomendado para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer. Así mismo, diversas sustancias del albaricoque, además del beta-caroteno, se utilizan para tratar las afecciones de la piel.

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El contenido en potasio del albaricoque le convierte en una fruta diurética, recomendada en el tratamiento dietético de diversas enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial u otras asociadas a retención de líquidos. También conviene su consumo cuando se emplean diuréticos que eliminan dicho mineral, y en caso de bulimia debido a los episodios de vómitos auto inducidos que originan grandes pérdidas. No obstante, el aporte de este mineral está restringido en caso de insuficiencia renal aguda o crónica avanzada, por lo que el consumo de albaricoques en estos casos debe ser menor.

En relación con la sangre, aporta minerales directamente implicados con la formación y maduración de los glóbulos rojos: hierro, cobre y cobalto. No obstante, el hierro que aporta el albaricoque fresco o desecado se encuentra en la forma química no hemo, por lo que el organismo lo absorbe en pequeña cantidad.

 

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El albaricoque seco (orejones) posee un efecto laxante, mientras que el fresco es un buen remedio para las diarreas. El albaricoque aumenta las defensas de nuestro organismo, es recomendable en situaciones de depresión, inapetencia y retraso en el crecimiento. No deben ser consumidos por enfermos de hígado o personas delicadas del estómago. 

 

Los albaricoques frescos maduros son ricos en taninos, sustancias con propiedades astringentes, antiinflamatorias y antioxidantes. Algunas de las acciones de los taninos son secar y desinflamar la mucosa intestinal; la capa que tapiza el interior del conducto digestivo, por lo que su consumo es adecuado en caso de estómago delicado y digestiones pesadas. El ácido oxálico que contienen los albaricoques puede formar sales con ciertos minerales como el calcio y formar oxalato cálcico, por lo que su consumo se ha de tener en cuenta si se padecen este tipo de cálculos renales, ya que se podría agravar la situación.

¡Disfruta cocinando con una receta fácil!

Crumble de Albaricoques y frutos secos (receta de recetín.com)
El crumble tiene la ventaja de que es un postre que se prepara rápidamente y que se puede hacer con cualquier fruta. Harina, mantequilla y azúcar no suelen faltar en casa. Mejor si lo hacemos con fruta de temporada, como es el caso de los albaricoques. Puedes hacerlo también con fresas, nísperos o cerezas.

 

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Imagen de www.ananasehortela.blogspot.pt

Ingredientes: 16 albaricoques maduros, 175 gr. harina, 175 gr. de harina, 150+25 gr. de azúcar, 125 gr. de mantequilla, 2 cucharadas de zumo de fruta, 1 pizca de sal, 2 puñados de frutos secos picados
Preparación: Comenzamos lavando los albaricoques y los partimos por la mitad para extraerle las semillas. Los disponemos en un molde engrasado con un poco de mantequilla y los espolvoreamos con un poco de azúcar (25 gr.) y el zumo de frutas.

Por otro lado mezclamos el resto del azúcar con la harina y los frutos secos y lo amasamos con la mantequilla cortada a trocitos pellizcando para que se integre un poco, pero no demasiado. Nos debe quedar una masa terrosa y no demasiado homogénea. Extendemos la mezcla sobre la fruta y la cubrimos de manera uniforme. Horneamos a unos 175 grados durante unos 30 minutos hasta que la cobertura quede dorada y crujiente como si fuera un gratinado. Servimos templado y ¡a comeeeeer!

¡Házlo tú mismo! DIY – Albaricoquero casero
Este mes traigo un tutorial relacionado con la jardinería del que, a partir de semillas de albaricoque, aprenderás de manera fácil a tener tu propio albaricoquero en casa. ¡Sigue los pasos!
 

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DIY de DREAM STATE


PASO 1: Rompe suavemente el hueso para conseguir la semilla del albaricoque.
PASO 2: Coloca las semillas en un papel de cocina.
PASO 3: Humedece las semillas ligeramente bajo el agua.
PASO 4: Coloca el papel húmedo con las semillas en una bolsa de congelación. A continuación, déjalas en la nevera durante 4-6 semanas. Esto iniciará la germinación. ¡Mira el resultado antes y después de la germinación!
PASO 5: Planta la semilla en un recipiente que se pueda cortar fácilmente. Así en el momento de replantar no se lastiman las raíces. No te olvides de hacer unos cuantos agujeros en la parte inferior del recipiente para que salga el agua sobrante del riego.

 

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En las últimas imágenes podemos ver el crecimiento a los 5 días y cómo va el pequeño albaricoque al año siguiente. ¡Genial!

 

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¡A pasar un buen mes de junio y a comer muchos albaricoques!

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Blog a cargo de Silvia Pérez, bióloga y amante de la fotografía y las manualidades.
extern Colaborador Externo
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