Cómo matar a una orquídea (I)
Pero nada más lejos de la intención de este artículo. Todo lo contrario, os mostraremos, de una forma diferente, la manera de cultivar estas flores fascinantes que podréis encontrar este fin de semana en el Botánico en la 12ª muestra de Orquídeas.
Hace aproximadamente 20 años me contagié de un virus. Sí habéis leído bien, un virus, pero un muy concreto, ¡el de la afición por las orquídeas! Y después de todos estos años te vas dando cuenta que su cultivo no es ni fácil ni difícil, sino que debemos considerar a este grupo como lo que es: la familia de plantas con mayor número de especies, entre 25.000 y 30.000 diferentes, incluidas en más de 1800 géneros. ¿Qué podemos deducir de estas impresionantes cifras? Muy sencillo, la diversidad de orquídeas existentes es enorme, las hay terrestres, epífitas, litófitas e incluso semiacuaticas, y que su área de distribución abarca prácticamente todo el planeta menos las zonas polares. Así pues, a lo largo del texto veremos cómo esta diversidad y distribución van a condicionar su cultivo.
12ª Exposición de Orquídeas en el Botànic, 2 y 3 de mayo de 2015
¡Virus de las orquídeas!, estaréis pensando, ¿qué es esto? Ciertamente lo que coloquialmente muchos llamamos el virus por las orquídeas es la pasión que despiertan entre los que empiezan a cultivarlas, y a su vez es lo que desencadena la primera causa de muerte en las mismas. Al igual que muchos otros infectados, mi relación con estas plantas fue comprando dos Phalaenopsis en una floristería. De dos pasaron a cuatro, de cuatro a cuarenta, y cuando te das cuenta ya tienes 400 plantas en tu colección, más otras que han muerto durante los años. Además descubres que más vale tener pocas y cuidarlas bien que muchas y no poder atenderlas correctamente.
La difícil tarea de escoger
La primera forma de matar orquídeas es elegir mal la planta que vamos a comprar. Debemos huir, si podemos resistirnos, de establecimientos no especializados en la venta de plantas. Los que sí lo están os podrán dar indicaciones básicas para su cultivo y cuidado, y además tendremos mayor probabilidad que la planta comprada está en perfectas condiciones. Podéis acudir a las floristerías, Gardens Centers o páginas webs dedicadas a su venta como www.orchidval.com (Valencia), www.floradeltropico.com (Madrid), www.serrabrasilorchidaceas.com (Granada) y www.orientyorchids.es (Girona), todas webs españolas en las que podemos encontrar infinidad de orquídeas para volvernos locos a la hora de elegir las plantas que adquiriremos.
Venta online de orquídeas en www.orquidval.com
Ante todo es importante diferenciar entre orquídea especie y orquídea híbrida. Una especie es la planta tal y como se encuentra en la naturaleza, adaptada a las condiciones ambientales del lugar en el que vive como luz, agua, humedad, aireación… Una planta híbrida se obtiene al cruzar dos especies diferentes y luego multiplicarlas por clonación para tener millones de plantas iguales. Estos cruces, aparte de obtener nuevas variedades, consiguen que las plantas sean más resistentes y tengan unos requerimientos de cultivo menos estrictos, es decir, sean difíciles de matar, y son las que mayoritariamente podemos encontrar en comercios.
Si queremos fracasar y que la planta no llegue a buen destino, elegid mirando la flor. Me explico, vemos la flor, nos quedamos alucinados y seguidamente la compramos, lo cual es perfecto para tener una mayor probabilidad de que la planta no se aclimate, muera o no nos vuelva a florecer. Yo aconsejo que primero os informéis de las condiciones de cultivo que necesita la planta y, si se adecua a lo que nosotros podemos darle, adelante, a casa. Pero si es imposible darle esas condiciones nos guardamos la foto en la memoria y pasamos a la siguiente.
Muchos años sin cumplir esta norma te hacen tener una bonita colección de etiquetas de las plantas desaparecidas en combate. Por ejemplo Masdevallias, que por mucho que te atraigan, no soportan el calor, así que al llegar el verano la planta pierde todas las hojas y ya no se recupera. Recuerdo que hace 20 años, cuando me infectó el virus, la única referencia disponible era un libro de la editorial Grijalbo donde podíamos encontrar orquídeas que ni tan siquiera habíamos visto y que daba indicaciones sobre su cultivo. Actualmente, con el desarrollo de internet, no tendrán ningún problema en encontrar información sobre cualquier orquídea que quieran cultivar.
Masdevallias.Imagen de ‘Eric Hunt
Así pues, si compramos la planta en tienda la debemos revisar bien, que tenga las raíces sanas, sin manchas en las hojas, y no aconsejo comprar plantas que puedan estar mucho tiempo dentro de esas bolsas tan decorativas en las que las ponen para vender, pues evitan la aireación, pueden coger hongos y morir en pocos días. También debemos revisar las que están en un recipiente de cristal, observando si las raíces están bien o están partidas, ya que en este caso es muy probable que se pudran y que en pocos días nuestra planta nos deje con un mal sabor de boca.
Para terminar, hay un último riesgo, el coche. Y no hablo de atropellarlas sino del trasporte a casa, en el que debemos proteger a las plantas del sol. Las orquídeas son cultivadas en invernadero y protegidas de sol directo, lógico enemigo de algunas de ellas. Si las dejamos al sol en el coche, vamos a conseguir tener unos bonitos tatuajes permanentes en las hojas que en algunos casos pueden hacer que incluso la planta acabe muriendo.
La importancia del cultivo
Una vez con la planta en casa, si hemos elegido correctamente tendremos una adecuada para el lugar en el que la vamos a poner. Si por el contrario nos hemos dejado llevar por nuestro instinto habremos comprado la que nos ha gustado sin considerar si es adecuada o no. Aun así no está todo perdido, podemos salvarla, y lo primero será crear las condiciones necesarias para su cultivo, considerando factores como luz, ventilación, temperatura, riego, fertilización y humedad. ¿Cómo puede ser que si las plantas utilizan la luz para un proceso tan importante como la fotosíntesis podamos matarlas con ella? Para entenderlo vamos a viajar a los lugares de donde proceden la mayoría de las especies que nosotros cultivamos. Se trata de los bosques tropicales, con un clima específico formado por una temperatura estable alrededor de los 24ºC y una pluviosidad variable dependiendo de la zona, lo que da lugar a diferentes tipos de bosques: tropical seco, el húmedo y el monzónico. En estos bosques la mayoría de las orquídeas se encuentran creciendo en las ramas de los árboles, con lo que reciben una luz más suave filtrada por las hojas.
Phalaenopsis. Imagen de Margrit
Por ello son plantas que prefieren la sombra, aunque esto difiere de unas especies a otras y también depende de la época del año en la que nos encontremos. Deberemos darles una luz filtrada y nunca exponerlas a una intensidad demasiado alta, que haría que las hojas adquirieran un color verde pálido, ni tampoco dejarlas con el sol directo ya que produciría prejudiciales quemaduras oscuras. Estas manchas resultan de la muerte de las células justo en las zonas en las que el sol golpea directamente, y si prolongamos durante mucho tiempo estas condiciones la planta podría llegar a morir.
Paphiopedilum. Imagen de Maja Dumat
Por el contrario, si las ponemos en lugares con luz insuficiente las hojas se pondrán de un color verde oscuro y crecerán con muchos problemas. Así pues, en verano las situaremos siempre a la sombra, teniendo especial cuidado con las Phalaenopsis y los Paphiopedilum, y en invierno (y salvo los dos grupos mencionados), las podremos poner a una luz más intensa, incluso al sol directo durante gran parte del día. Esto ayudará a que madure la planta y produzca floraciones o que éstas sean más abundantes.
Una temperatura adecuada
Si queremos cultivar las plantas en interior no vamos a tener problema con las bajas temperaturas, pero sí con la diferencia entre el día y la noche. En cambio si nos vamos a aventurar a tener las orquídeas en una pequeña terraza o en un jardín debemos tener muy en cuenta la especie o híbrido para ver si puede soportar o no las temperaturas que van a tener a lo largo del año, aunque es más fácil obtener una variación térmica entre el día y la noche adecuada para ellas.
Invernadero de orquídeas en el Jardín. Permite mantener la temperatura constante
El primer factor que vamos a considerar son las temperaturas mínimas y máximas, y según él podemos clasificar las orquídeas en tres grandes grupos:
– Orquídeas de cultivo en frío: en verano tolera una máxima de día de 25ºC (accidentalmente puede llegar a 30ºC), y en invierno una mínima de noche de 8ºC. En este grupo podemos encontrar las apreciadas Cymbidium, plantas frecuentes en los comercios y muy apropiadas para su cultivo en la región mediterránea, pudiendo aguantar al exterior todo el año en muchos lugares. Su problema es el calor del verano, y si con temperaturas superiores a 30ºC las regamos con agua por encima y queda el agua estancada entre las hojas. A los pocos días vamos a observar que la planta pierde hojas enteras sufriendo una pudrición desde la base de las mismas. La solución es fácil, en verano las colocaremos en una zona fresca del jardín y evitaremos que les caiga agua entre las hojas. Con otras especies de invernadero frío, como la mayoría de las masdevallias, es más fácil. Simplemente con que la temperatura sea alta y sin nuestra ayuda, veremos que la planta sucumbirá en pocos días.
– Orquídeas de cultivo intermedio: las mínimas nocturnas de invierno suben a 11 / 13ºC, y las máximas diurnas de verano a 28ºC, aunque durante poco tiempo pueden llegar a los a 35ºC. En este grupo podemos encontrar las Cattleyas y los Paphiopedilum.
Cattleyas. Imagen de José Pestana
-Orquídeas de cultivo en caliente: pueden soportar mínimas nocturnas en invierno de 18ºC y máximas de día en verano de 30ºC. En el caso de la temperatura máxima coincidiría como el grupo anterior, 35ºC, pero no podría prolongarse tampoco mucho tiempo.
El segundo punto que debemos considerar dentro de la temperatura es la oscilación térmica día-noche. Puede parecer un tema sin importancia, pero muchos aficionados acaban desesperando por la falta de floraciones y estas a su vez están condicionadas por dicha variación. Si nosotros tenemos nuestras plantas con la misma temperatura durante el día y la noche puede que nos encontremos con la desesperante imagen de que en vez de una orquídea tenemos una lechuga. Años y años en los que la planta más o menos crece pero no florece.
Curso de iniciación al cultivo de orquídeas impartido por Àngel Sanchis en el Jardní. Inscripción abierta
Y es que los factores que condicionan la floración de muchas orquídeas son la luz adecuada y la variación de temperatura. Quedaremos gratamente sorprendidos cuando al darle una diferencia de más de 10ºC entre el día y la noche nuestra planta florece. Ojo, si no queremos matarlas, debemos respetar las temperaturas mínimas que pueden soportar dependiendo de los grupos. No vale coger una Phalaenopsis que no florece y meterla todas las noches en la nevera, ya que no solo no florecerá sino que se convertirá en una auténtica ensalada, eso sí, no comestible.
En una segunda parte del artículo os contaremos todo lo referente al resto de factores que debemos tener en cuenta para que nuestras orquídeas luzcan sanas y, sobre todo, bellas, ¡para poder presumir!