Amparo Manostijeras
Hace más de 20 años que Eduardo Manostijeras nos amedrentó por primera vez una noche de Navidad. La historia se repite pero con un tono menos siniestro. Os presentamos a Amparo Manostijeras y su divertido jardín.
En 1990 Tim Burton estrenó Eduardo Manostijeras, una película difícil de olvidar y con el que inició una serie de películas con una marca estética propia. El largometraje no fue muy bien valorado en su momento pero el tiempo le ha hecho acumular valor.
Un inventor, interpretado por Vincent Price, fabrica a su hijo inacabado al que deja unas manos desprovistas de dedos pero repletas de cuchillas que el protagonista usa magistralmente para podar los arbustos de su jardín e imprimir en ellos formas diversas. Además de ser un monstruo y un brillante mosaicultor es capaz de amar, pero la película ya nos la sabemos.
Amparo Manostijeras
En un pueblo gallego de poco más de 3.000 habitantes viven Amparo y su marido en una bonita casa. Hasta aquí todo normal pero el tema se vuelve pintoresco cuando visitamos su jardín. Fuentes, ovejas, calesas y un gran trono esculpidos en los setos. Las figuras ganaderas hacen honor al oficio de su marido, orgulloso dueño y usuario del trono.
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Hasta hace poco Amparo podaba con paciencia y unas tijeras de costura pero desde que su hijo le regaló herramientas de jardinería el proyecto va mucho más rápido. Hace 50 años que se inició en la mosaicultura, mucho antes de que Tim Barton pensara en su famosa película.
La pareja de ancianos viven en San Sadurniño y su jardín se ha convertido en una parada más de la ruta turística del pueblo. El apodo era cuestión de tiempo. Además de dar forma a arbustos, la mosaicultura comprende otras técnicas como la creación de superficies llenas de color tan típicas en las rotondas de bienvenidas pero de este tema que ya hemos hablado detenidamente en Espores.
Escudo de Alicante
Sólo os reseñamos algunos de los lugares más destacables como el Jardín Botánico de Montreal o la ciudad misma de Montreal pero sin ir tan lejos: Alicante representa su escudo con esta técnica.
Un poco sobre el pueblo
Ya en el 863 alguien describió las iglesias de la zona en un documento en latín pero aparte de un gran patrimonio religioso el pueblo de San Sadurniño se alza a orillas del río Xuvia que ha sido modificado para que los vecinos del pueblo puedan disfrutar de este paraje que por su biodiversidad y belleza ha sido incluido en la Red Natura 2000.
Río Xuvia. Imagen de Carmen Alonso Suarez
Los alrededor del río han sido una zona de explotación de recursos que ha agotado parte del valor de la zona por esa razón, el Ayuntamiento del pueblo ha puesto en marcha una iniciativa para revertir este proceso: la arboleda Galego de San Sadurniño que además, tiene el apoyo de la Fundación Biodiversidad.
El arbolado está perfectamente etiquetado y da información sobre los especies botánicas que viven con el objetivo de educar a los paseantes y sensibilizarlos con respecto a la biodiversidad del lugar en que viven. Además, ha generado puesto de trabajo entre los habitantes de la zona, lo que da continuidad al proyecto.
Fruto de Castanea sativa. Imagen de AnneTanne
En situarse en una zona de transición entre las regiones biogeográficas eurosiberiana y mediterránea encontramos robles, castaños, tejos, sauces, abedules, hayas, fresón o acebo. Cada especie tiene sus carteles explicativos con información sobre los frutos, los usos, las floraciones y mucho más así que aprender botánica en este paraje es un efecto secundario del paseo, como las agujetas.
Amparo vive en este pueblo tan preocupado por la conservación de su patrimonio natural desde hace, al menos 50 años y quizás algo se le haya pegado porque ha hecho de su vida y de su jardín, un arte. Un buen ejemplo de cómo divulgar buenos valores siempre tiene un final feliz.
