Plantas seductoras y otros disparates
A veces los científicos tienen proyectos entre manos que parecen auténticos disparates. Vamos a ver un par de ellos pero no olvidáis que hablamos de ciencia, de simbiosis y biología sintética. Ahora lo entenderéis.
Ya hemos hablado en Espores del proyecto internacional de biología sintética iGEM, organizado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el que participan equipos de estudiantes universitarios de todo el mundo y en el que, por supuesto, también contamos con representantes tanto de la Universitat de València (UV) cómo de la Universitat Politècnica de València (UPV).
¡La biología sintética está de moda! Crear biomoléculas y sistemas biológicos programados que no existirían a la naturaleza, como si de robots se trataran. Es la llamada biología de garaje, la que no escudriña en la naturaleza sino que pone y quita las piezas para la vida.
Los cowboys de la Universitat de València
El equipo ganó una medalla de oro y la final en Boston la pasada convocatoria gracias a un proyecto biotecnológico llamado Wormboys. El nombre del proyecto es un juego de palabras entre gusano en inglés (worm) y cowboy, que significa vaquero. Y sí, tiene un explicación porque nuestros estudiantes consiguieron que una bacteria cabalgase sobre un nematodo gracias a un simbiosis inducida con el fin de mejorar la producción de bioplàstic, un tipo de material que no procede del petróleo y que es biodegradable.
El nematodo es alimentado con bacterias modificadas genéticamente que le provocan un comportamiento gregario y al juntarse con otros nematodos igualmente alimentados consiguen agrupar las bacterias que cabalgan sobre ellos y que también han sufrido modificaciones genéticas. Esta unión de fuerzas hace que las bacterias, fácilmente modificables genéticamente pero con baja movilidad adquieran la capacidad de desplazamiento de los nematodos, organismos poco empleados en este campo.
Bacterias cabalgando Caenorhabditis elegants, el nematodo. Haz clic en la imagen para ver el video.
Este proyecto, liderado por Manel Porcar, contó con una financiación y unos recursos muy inferiores a los de sus contrincantes, lo que les valió muchas felicitaciones y agradecimientos.
Sexy Plant
Al otro extremo de la línea del tranvía, en la UPV (Universitat Politècnica de València) un proyecto para el control de plagas juega sus cartas con el fin de ganar el IGEM de este año. Y tratándose de biología sintética no puede ser nada cotidiano.
Ni más ni menos, este grupo de estudiantes de Grado en Tecnologías Industriales y de Grado de Biotecnología propone una innovadora estrategia para el control de plagas en agricultura como alternativa a los pesticidas: la creación de plantas sintéticas que producen feromonas sexuales de insectos con las que confundir las plagas. Además, las plantas contendrán en sus genes un interruptor para activar o desactivar la producción de estas sustancias. Estos vegetales recién llegados serán estériles, con el fin de controlar su dispersión, no comestibles y coloreados para una fácil identificación, medidas que garantizan la bioseguridad.
La competición International Genetically Engineered Machine (iGEM), impulsada por el MIT, como ya hemos dicho, empezó de forma local y después se extendió hasta el punto en que participan unas 200 universidades de todo el mundo. En cuanto a concursos, la Universitat de València ha convocado Green Idea por primera vez con el que intenta mejorar la sostenibilidad de sus campus con propuestas enmarcadas en la educación ambiental, la movilidad, la gestión de recursos y otros sectores. Será un punto a favor que estas propuestas puedan ser extrapoladas al resto de la sociedad. Si tienes ideas verdes sólo tienes que enviarlas a green.idea@uv.es.
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Cómo vemos, la originalidad es un valor añadido y los proyectos que os hemos presentado, tanto las plantes emisoras de feromonas sexuales de insectos como sí las bacterias cabalgando nematodos tienen en común esta característica. Son los estudiantes quienes protagonizan estas investigaciones, quienes las defienden, quienes se preocupan por conseguir financiación, con más o menos suerte, pero quienes, al fin y al cabo, tienen la oportunidad de hacer aquello que les gusta con la ayuda de las Universidades y los profesores. Porque los futuros científicos se tienen que dedicar a la ciencia, ¿o esto es un disparate?