¿QUÉ SON LOS PSEUDOCEREALES?
Por su nombre podemos pensar que son sucedáneos artificiales o alimentos de segunda generación, pero nada más lejos de la realidad. Los pseudocereales son plantas de hoja ancha que aunque no son de la familia de los cereales reciben este nombre por sus usos y propiedades tan similares a las de éstos.
Desde hace miles de años, los cereales son una de las principales fuentes de alimentación del ser humano. También son, de forma directa o indirecta, uno de los principales sustento para los animales. El trigo, el arroz, el maíz, el centeno o el mijo son algunos de los alimentos más demandados del mundo, lo que los convierte también en uno de los principales motores económicos del planeta debido a que muchos países, incluso los más desarrollados, son dependientes de otros países exportadores de cereales.
La tendencia en el consumo de cereales a nivel mundial se ha mantenido en los últimos años y, según las previsiones, lo seguirá haciendo en las próximas décadas: los países en desarrollo son cada vez más dependientes de las importaciones de cereal, y en la actualidad producen sólo el 86% de sus necesidades, lo que implica que deben importar el resto. Traducido a cifras, podemos hablar de millones de toneladas anuales de cereales dedicados al comercio.
Este hecho, junto al continuo crecimiento de la población mundial, pone en peligro el consumo continuado de cereales, y por eso, tenemos la necesidad de abrirnos a nuevas alternativas alimenticias adoptando nuevos alimentos como propios. En muchos casos, se trata de cultivos que llevan tiempo recolectándose en otras partes del planeta. Es el caso de los pseudocereales.
Falsos cereales, ¿alimentos del futuro?
Desde un punto de vista botánico los cereales pertenecen a la familia de las gramíneas y todos tienen algunos aspectos fisiológico en común: sus hojas finas y puntiagudas forman inflorescencias que luego se transforman en las espigas y que dan como fruto los granos que conocemos como cereales. Los pseudocereales, por el contrario, no pertenecen a las gramíneas, y poseen hojas muy anchas. Sin embargo, producen granos y semillas similares a las de las gramíneas, por eso, desde la antigüedad, han sido usados de igual forma que las primeras: molidas, como harina y en una variedad de productos, como por ejemplo, el pan.
Trigo sarraceno
Existen multitud de pseudocereales en el mundo, siendo América Latina el principal punto de producción. Los más conocidos y consumidos son la quinoa y el amaranto. Tanto la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) califican ambos pseudocereales como únicos por su altísimo valor nutricional, ya que tienen la cualidad de poder sustituir las proteínas de origen animal por ser muy ricos en nutrientes. Ambas asociaciones coinciden en resaltar que la quinoa y el amaranto son alimentos perfectos para el ser humano, y es por esto que muchas veces reciben la denominación de súpercereales.
El cultivo de pseudocereales está cobrando cada vez mayor importancia en el mundo ya que éstos cubren las necesidades alimenticias y nutricionales de la población y, además, su zona y forma de cultivo es muy similar a la de los cereales. Además, los derivados estos pseudocereales son aptos para celiacos, ya que están libres de gluten. Otro de los valores añadidos de este tipo de cultivos, tal y como destaca la FAO, es que supone la recuperación de los llamados “cultivos olvidados” que formaban parte de la alimentación de las culturas prehispánicas. A lo largo de 2013 la NASA también ha mostrado su interés por la quinoa y el amaranto ya que ambos están incluidos en su lista de alimentos del futuro, ya que además de tener un alto valor nutricional no se descomponen en los viajes espaciales lo que sugiere que sería un tipo de alimentación ideal para los astronautas con misiones prolongadas en el tiempo.
Cultivo de quinoa en Bolívia
¿Cuándo y cómo se producen estos pseudocereales? Como hemos destacado anteriormente, América Latina es la principal “fuente” de producción de estos pseudocereales. En el caso de la quinoa, según datos de 2005, Perú es su mayor productor, con un un 52% de la producción mundial, seguido por Bolivia (37%), EEUU (6,3%), Canadá (3%), Ecuador (1,07%) y una mínima fracción en Europa. En el caso del amaranto, el principal productor es China con 150 mil hectáreas cultivadas, seguida por India y Perú (unas 1.800 hectáreas), México y Estados Unidos (500 hectáreas).
Respecto al consumo, Bolivia, Perú y Ecuador son los principales consumidores de pseudocereales a nivel mundial, dedicando prácticamente el 80% de su producción al autoconsumo y el resto a la exportación. Los principales países importadores de quinoa son EUA,Unión Europea (en particular Francia, Alemania y Holanda) y Japón, aunque en los productos y derivados de la misma son más caros que los obtenidos directamente de los cereales, lo que hace que sean más caros y, por lo tanto, consumidos por gente con ingresos más altos. No obstante, el alto valor nutricional y el consumo por parte de deportistas y vegetarianos hace que cada vez estos pseudocereales sean más consumidos en nuestro país.
La quinoa, el cereal madre
Aunque existen pocas evidencias arqueológicas parece que la quinoa comenzó a cosecharse hace unos 7.000 años en las inmediaciones del Lago Titicaca, y al igual que el maíz y la patata constituía una de las comidas básicas para los antiguos habitantes de los Andes. A mediados del siglo XV, los incas la conocían como el “cereal madre” y era usado en rituales y ofrendas por los sacerdotes. Uno de los motivos de este uso era que la quinoa era un cereal extremadamente rico y enérgico y se consumía de forma similar a las hojas de coca.
Quinoa en flor
Semillas de quinoa
El otro motivo de que la quinoa se convirtiera en un auténtico alimento digno de los dioses es su uso medicinal: según la FAO las semillas, las hojas, los tallos y la ceniza producida por la quinoa ha sido y es usada para curar más de una veintena de enfermedades y afecciones diferentes, entre ellas dolencias hepáticas y en las vías urinarias, catarros, hemorragias internas, contusiones y conmociones, luxaciones y como analgésico dental. La quinoa (Chenopodium quinoa) también se ha usado como antifebrífugo, para realizar apósitos y cataplasmas y como repelente contra insectos. Además, a nivel nutricional, la quinoa es un alimento de fácil digestión, muy nutritiva y rica en magnesio, fósforo, potasio, hierro, fibra y vitamina E. Contiene también esteroles vegetales que ayudan a disminuir el nivel de colesterol en sangre.
El otro gran pseudocereal es el amaranto (Amarantus spp). El cultivo del Amaranto o Huautli en América se remonta a más de siete mil años y aunque algunos autores aseguran que fueron los mayas los primeros en cultivarlo lo cierto es que su consumo fue habitual por las distintas culturas precolombinas (mayas, aztecas e incas). Al igual que la quinoa el amaranto tiene unas altas propiedades nutricionales, un valor al hay que añadir una gran resistencia a climas fríos y secos.
Amaranto
Además, el amaranto puede crecer en suelos pobres y húmedos, lo que la convierte en una especie alternativa para regiones con dificultades para la siembra de otro tipo de cereales. La dureza del amaranto ha hecho que su cultivo ya se ha exportado a otras regiones del mundo, como por ejemplo China. Además de las semillas, del amaranto también se aprovechan sus hojas, con una textura similar a la de las espinacas. En la industria alimentaria el amaranto está tomando especial relevancia por su alto contenido en almidón (entre un 50 y un 60% de su peso) lo que lo convierte en un espesante natural ideal.
Otro de los pseudocereales que más importancia están cobrando es el trigo sarraceno o alforfón (Fagopyrum esculentum). Este caso hablamos de una planta, de la familia de las Polygonaceae y que a diferencia de la quinoa y el amaranto es un pseudocereal originario de Asia y con una mayor tradición en Europa. De hecho, aunque se ha cultivado en muchos países a día de hoy los principales productores de trigo sarraceno son China (55 % de la producción mundial), Rusia (20%), Ucrania (15%) y Polonia (3%).
Planta de trigo sarraceno con frutos
El trigo sarraceno es el rey de la proteína vegetal debido a su alto contenido en proteínas (entre un 10 y un 13 %) y a la su gran disponibilidad (se calcula que el ser humano puede asimilar más del 70% de sus componentes).Se puede consumir en forma de grano (son de forma triangular, como una pequeña pirámide) y en forma de harina. De su harina se elabora pasta ( o Soba, como se conoce en Japón), crepes, sémolas y pasteles. Una de las curiosidades del trigo sarraceno es que en Japón su cáscara se utiliza desde hace más de 500 años como relleno para almohadas. Estas almohadas rellenas de alforfón son famosas porque se ajustan a la forma y peso de la cabeza, lo que favorece la descarga de tensiones en hombros y cuello durante la noche.