Amarás los andamios
¿Es posible convertir los antiestéticos andamios y los espacios en desuso de nuestras calles en algo bello y además sostenible? GEOVIVER es una propuesta de vivero vertical para la reactivación de los solares abandonados del barrio Ciutat Vella, en Valencia
Esta instalación, que se puede visitar en el claustro del Centre Cultural La Nau de la Universitat de València hasta el mes de diciembre de 2013, constituye un prototipo de montaje exportable a cualquier espacio de oportunidad, correspondiente a iniciativas de carácter público, privado o colectivo. Una pieza que forma parte de la Exposición “POP UP VALÈNCIA. Reactiva la ciutat”, con nueve propuestas para la reactivación de espacios en desuso o infrautilizados de la ciudad del Valencia.
El objetivo de la construcción de esta pieza es hacerla representativa de una forma diferente de concebir y ejecutar proyectos de intervención, que se desarrollan en el panorama económico y urbanístico actual. Así, la hemos realizado aprovechando medios cedidos por la Universitat de València, con la colaboración de otras empresas privadas, además de materializarse con elementos reciclados. En su ejecución han participado profesionales no necesariamente especializados en la materia pero con una cierta trayectoria en el montaje de instalaciones efímeras, contando con el apoyo y el asesoramiento de profesionales especializados en botánica, planificación diseño y montaje de redes de riego y trabajo con madera.
Para nosotros es destacable el haber implicado a instituciones y empresas privadas, convirtiendo esta pieza en un ejemplo de colaboración, no sólo para generar un objeto sino también para desarrollar una metodología de gestión y producción en la que, gracias al esfuerzo colectivo de las partes, se consiguen proyectos relevantes para el espacio común, tomando como premisa el aprovechamiento sostenible de recursos.
Lluvia de ideas
La ideación y diseño del prototipo realizados por Mixuro y LAminúscula estudio, se concreta con el diseño vegetal y la selección de especies realizada por Jaime Güemes, Conservador del Jardí Botànic de la Universitat de València. En cuanto al diseño definitivo responde a condicionantes estructurales, tanto de estabilidad del andamio como de su implantación en el Claustro, en el que tiene un mínimo impacto.
Su ubicación responde a criterios de funcionalidad y se ha tenido en cuenta tanto la compatibilidad con los usos del edificio de La Nau como la mejor orientación para la conservación de la vegetación en la estación otoñal en la que está previsto su desarrollo.
GEOVIVER, en su zona practicable para el usuario de La Nau, se convierte en una topografía de madera concebida como una estructura de uso multifuncional, un espacio de descanso, ajardinado y pensado como un archipiélago de juego para los más pequeños. Por eso la topografía y el vivero vertical que forman GEOVIVER se funden en un jardín interior, oculto a primera vista que esconde un semillero de plantas a modo de anfiteatro. Un espacio íntimo de germinación y nacimiento de plantas, y tal vez de concepción de ideas sobre un modelo de gestión urbana con carácter orgánico que adapte recursos y espacios a las necesidades de los ciudadanos.
Además, para que entendáis cómo encaja este enorme puzzle y demostrar su capacidad de reutilización, nos gustaría mostraros de dónde vienen los medios utilizados y cuál será su futura función una vez desmontada la pieza:
El andamio: cedido por la empresa Torremar
Las lonas que lo cubren: recicladas de exposiciones previas en Centro Cultural La Nau
Las plantas: cedidas por el vivero Pla del Pou y el Jardí Botànic
La iluminación: cedida por la empresa Erco
La madera: tableros de encofrado ya utilizados
Los espacios de trabajo: cedidos por colaboradores privados y por la UV
El trabajo de montaje: realizado por voluntarios (Eva, Paco, Silvia, Mariví, Raquel, Reme, Conchita, Noemí…)
Así, todo el trabajo realizado: las topografías mobliario, el sistema de riego y su temporizador y algunas de las plantas, serán desplazados al Solar de la calle Corona 14, proyecto vecinal de activación de un espacio en desuso. De esta forma queríamos que toda nuestra labor, así como los aportes de los diversos agentes implicados, no se quedara sólo en la exposición, sino que tuvieran una segunda vida e implementaran procesos sociales de transformación urbana ya abiertos.
Por qué y cómo se desarrolla GEOVIVER
Su estructura es conscientemente sencilla, buscando una alternativa económica y sostenible al jardín vertical. Se trata de un andamio estándar autoestable con bandejas en voladizo que soportan las macetas donde se albergan a las plantas. Un sencillo riego por goteo hace que el mantenimiento sea mínimo, ya que únicamente se trata de revisar periódicamente las plantas y sus sistemas de sujeción.
{hwdvideoshare}id=101|width=560|height=340{/hwdvideoshare}
La idea de un vivero en altura parte de la propuesta que desde Mixuro lanzamos para el Concurso de intervenciones urbanas para uso temporal de solares en el barrio de Velluters de Valencia, organizado por Sostre. Allí propusimos reconstruir el volumen de los edificios no construidos, mediante una estructura de andamio que soporta un vivero en altura para, de esta manera, conseguir varios objetivos. El primero y más evidente es el de tapar las medianeras vistas de los edificios que sí que están edificados, eliminando el aspecto de zona bombardeada de estos barrios. El segundo es el de introducir actividad en estas zonas degradadas, pues sólo el previsible personal de mantenimiento del vivero ya daría pie a un pequeño movimiento social. Y por último, conseguiríamos rescatar para los ciudadanos un espacio hasta ese momento (y seguramente por mucho tiempo) vacío y yermo, la planta baja.
Pero yendo más allá, la concepción de vivero vertical desarrollada por mixuro se complementa con la propuesta de Vivero Urbano de LAminúscula, estudio para los solares de Velluters. La colocación de elementos vegetales en medianeras y solares asociados a espacios didácticos y de carácter lúdico, esbozados con la pieza de madera, podría combinarse con la plantación en determinados espacios urbanos en desuso, evaluando cuestiones técnicas de viabilidad, la calidad del suelo, orientación o la necesidad de aporte de substrato.
Para la exposición POP UP VALÈNCIA en el Centro Cultural La Nau hemos fabricado un prototipo, un breve modelo, de lo que podría ser un vivero vertical en la ciudad. Para ello hemos tenido en cuenta las limitaciones de tiempo durante el cual estará expuesto (dos meses), pues queríamos hacerlo lo más atractivo posible. Es por esto que este prototipo no es más un jardín vertical que un vivero. Además, gracias al trabajo que Jaime Güemes, conservador del Jardí Botànic, ha realizado tanto en el diseño de la vegetación como el asesoramiento y apoyo durante todas las fases, esta operación ha podido llevarse a cabo con éxito.
Partimos de un diseño de andamio que debía ser auto estable, ya que normalmente los andamios que vemos en la ciudad se van anclando al edificio, pero en este caso la condición patrimonial del claustro lo impedía. Es por lo que las plataformas son más anchas de lo habitual y se producen extensiones en planta baja, algo que posteriormente aprovechamos para crear un espacio íntimo.
De entre las opciones que Jaime nos propuso nos quedamos con la que abordaba la disposición de las plantas en función de la altura en la que estaban, a modo de estratos. Así las plantas se podían ordenar en función de las necesidades de exposición al sol y requisitos hídricos. De esta manera, aunque la instalación está orientada a norte, podíamos ubicar la vegetación para condiciones más áridas en la parte superior y las acostumbradas a ambientes más húmedos y umbríos en las cotas inferiores.
Haciendo un recorrido de arriba abajo tenemos cortaderias, aloes, chumberas y agaves, laureles y aspidistras, kentias, buganvillas, ficus benjamina, y hiedras para el tejado inclinado. En el módulo adyacente la idea original era jugar con plantas productivas y vistosas como coles, pimientos o incluso lechugas a la vez que con planta en flor o incluso aromáticas, todo rematado con un pequeño naranjo. Sin embargo las plantas que tuvimos a nuestra disposición dieron la solución final con distintas plantas con algo de flor y el pequeño naranjo kumquat.
Para la zona íntima finalmente optamos por generar un tapiz de ruschia acompañado de unos helechos. Trepando por el mobiliario/topografía hemos dispuesto algunas parras, buganvillas y esparragueras. Lo más emocionante de todo el proceso resultó ser que al poco de introducir la vegetación dentro del sobrio claustro del edificio de La Nau, se produjeron las primeras visitas de mariposas y otros insectos, el aroma de las plantas aromáticas y el color de las flores cambió por completo la percepción y la vivencia que el usuario tenía del espacio. Puntualmente, los juegos de los niños en la topografía de madera llenan de vida este espacio.
Esperamos que algo de esta pieza contamine el espacio donde transcurre su efímera existencia, quizá consigamos que algunas plantas se quede a vivir aquí, quizá un proyecto de vegetalización a largo plazo del edificio surja de esta pieza experimental. Se verá.
Más información:
