BIOMASA FORESTAL, LA ENERGÍA DE LOS BOSQUES
El aprovechamiento de los residuos orgánicos tanto forestales como agrícolas se presenta como una fuente de energía alternativa que cada día gana más adeptos. Pero su gestión no siempre resulta sencilla, habrá que tener en cuenta muchos factores para conseguir un funcionamiento óptimo y sostenible.
Según un estudio realizado por DeBosCat —organismo dependiente del Departamento de Agricultura y Medio Natural de Cataluña— más del 3% de la biomasa generada en los bosques catalanes durante 2012 fue totalmente desaprovechada. Si vamos a cifras más generales, en los bosques de Cataluña se generaron unos 2,1 millones de toneladas de biomasa forestal, de las cuales solamente se aprovecharon unos 600.000. Un situación que se podría extrapolar al resto de la península y que supone además que toda la biomasa que se acumula a los bosques aumento el riesgo de incendios cuando llegan las épocas de sequía y altas temperaturas.
A grandes rasgos, podemos decir que el modelo de utilización de la biomasa y de su gestión hasta la actualidad es erróneo, y esto que la Generalitat de Cataluña ha impulsado el uso de biomasa como fuente de energía verde y ya existen cuatro centrales de electricidad que funcionan con biomasa. En tres de ellas es la fuente única de energía y en la cuarta hay un uso mixto de energía solar y biomasa. En total, en estas centrales se consumieron durante el año pasado 105.200 toneladas de residuos y productos biodegradables. Entonces, ¿por qué no se amplía su uso?
Según el informe realizado por DeBosCat los problemas son de varios tipos. El primero, es que se trata de centrales que únicamente utilizan biomasa forestal, por lo tanto en función de la demanda podría suponer un problema para los bosques de Cataluña. El segundo, que la biomasa tiene que ser transportada y tratada lejos de su origen, así que se tiene que invertir en transporte y se hace menos sostenible. Y el tercero, que la biomasa, en concreto la forestal, es ideal para producir calor puesto que tiene un rendimiento del 90%, pero no es precisamente el mejor recurso para producir electricidad pues sólo se aprovecha un 30% del total.
Sistemas sostenibles y optimización de recursos
Al hablar de biomasa y de su gestión hay que tener en cuenta que, igual que no toda la biomasa tiene un mismo origen, no toda puede aprovecharse para los mismos usos. Esta materia orgánica susceptible de ser utilizada como fuente de energía puede ser muy variada tanto por su origen (proveniente de residuos agrícolas, forestales, de industria agroalimentaria e incluso de cultivos energéticos) cómo por sus usos (para calefacción o agua caliente en hogares, en el sector de servicios o en usos industriales, para producir electricidad o biocarburantes como el biodiesel o el bioetanol).
El interés ambiental de la biomasa reside fundamentalmente que el balance en cuanto a emisiones de carbono es neutro. El CO2 liberado en el proceso de combustión es equivalente al CO2 absorbido por la propia biomasa. La biomasa está libre, además, de ciertos contaminantes que sí se pueden producir con la utilización de combustibles fósiles (metales pesados, BAJO2). Además, al retirar restos agrícolas o forestales se evita su crema in situ, lo cual contribuirá a disminuir los incendios forestales, así como a eliminar la difícil gestión de los residuos en algunas industrias agroalimentarias, como las almáceras.
Así, a grandes, sacados, es una fuente energética de gran potencial en España y con un enorme interés estratégico y medioambiental. Supone aprovechar recursos autóctonos, con una gran capacidad para generar actividad económica y ocupación en zonas rurales y con escasos impactos ambientales como energía renovable que es. Y lo si hablamos de biomasa forestal, esta reúne características que la convierten en un recurso energético competitivo en el mercado de las energías renovables.
La biomasa forestal incluye los restos de aprovechamientos carpinteros, ya sean procedentes de cortas finales o cortas intermedias, de leñas procedentes de trasmochos, o de material vegetal procedente de cultivos energéticos, leñosos o herbáceos instalados en los terrenos forestales. Su gestión, desde su recogida hasta que se convierte en energía, es un proceso muy costoso que requiere una correcta planificación de todas las partes implicadas y la ocupación de nuevas tecnologías para conseguir su optimización.
La baja densidad aparente que tiene la biomasa forestal hace que el transporte sea difícil y muy costoso, y que su ocupación energética necesito grandes espacios de almacenamiento. Además, la maquinaria que suele intervenir en este proceso también es costosa. Se utilizan por un lado procesadores para bajar y trocear la madera, sobre todo de las ramas grandes y las copas para facilitar el posterior trabajo del manejo de los residuos. También autocargadores, que mediante un brazo desea cargan la biomasa a un remolque incorporado. Y finalmente, empacadores, que compactan la biomasa leñosa reduciendo su volumen y actuando como un pretratamiento de la misma.
Todos los procesos son importantes puesto que en definitiva queremos productos más compactos y fácilmente utilizables, y cerrar el ciclo aprovechándolos energéticamente. Pero no sólo esto, puesto que la biomasa forestal constituye actualmente, un aprovechamiento de nuestros bosques que permite una gestión más rentable, eficaz, sostenible y compatible cono el resto de usos del territorio. Por lo tanto supone una oportunidad clara para generar riqueza y trabajo, además de darle un impulso al desarrollo rural muchas veces olvidado. Así, los organismos públicos, las instituciones y las empresas de servicios forestales implicadas, sean públicas o privadas, tendrían que desarrollar modelos de gestión sostenibles a corto plazo.
En el caso del territorio valenciano, este mes de mayo se ha aprobado un nuevo Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunidad Valenciana (Patfor) que busca el desarrollo de usos innovadores en esta materia, como el aprovechamiento energético de la biomasa forestal, y también establece, por primera vez, el pago por servicios ambientales. Buenas noticias para nuestros bosques.
