Sobrevivir al tiempo
Las cicas son plantas únicas supervivientes de épocas remotas que vivieron hace más de 280 millones de años. Están consideradas, junto con el Ginkgo biloba, como las plantas con semillas más primitivas que existen.
Al periodo Jurásico de la era Mesozoica se le conoce como la Edad de las cicas, junto con las coníferas y los ginkgos dominaban la vegetación del planeta. Las cicas, en sentido amplio, son un grupo de plantas leñosas muy primitivas que pretenecen a un grupo de gimnospermas antiguo. Su aspecto puede hacerlas parecidas a las palmeras, pero no pertenecen a esa familia, aunque su nombre proviene del griego koikas, que quiere decir precisamente palmeras. Debido a su longevidad las cicas se consideran fósiles vivientes, una expresión utilizada para referirse a especies no extintas similares a otras que han sido identificadas sólo con fósiles.
Cicas fosilizadas en el Museo Senckenberg de Historia Natural (Frankfurt)
Según los los expertos las cicas disfrutaron de una distribución abundante en el Mesozoico (hace unos 200 millones de años) y desde entonces han ido declinando sin que muestren cambios apreciables en su evolución, por tanto muestran características similares a las cicas de la actualidad. Se calcula que existen alrededor de 200 especies descritas en el mundo, siendo Australia su sitio por excelencia, con más de un 80% de cicas endémicas. Polinesia, Madagascar, Japón, Sudáfrica, África tropical, Méjico, Cuba, América Central y tropical son otros de los lugares donde podemos encontrarlas, lo que nos permite hacernos una idea de la distribución mundial que tuvieron en el pasado.
Cicas salvajes en un encinar (España)
Desde el punto de vista botánico, las cicas (Cycadidae) son leñosas, con un tronco erecto y normalmente sin ramificar que puede variar desde centímetros de altura a metros. No poseen flores y tienen una corona de hojas en el extremo, y son dioicas, es decir, existen plantas masculinas y plantas femeninas separadas.
Las cicas, como podéis imaginar, presentan un crecimiento lento y su longevidad es notable. De hecho, pueden vivir más de mil años. Sus hojas son pinnado-compuestas, con una base gruesa y leñosa que persiste generalmente en el tronco tras la caída del resto de la hoja. Las semillas muchas veces tienen una cubierta externa brillantemente colorida (rosa o anaranjada). Algunas Cycadophyta son venenosas e incluso pueden matar a algún herbívoro grande, como por ejemplo una vaca.
Encephalartos horridus
Zamia furfuracea
Aunque científicamente son plantas de mucho interés por su enorme antigüedad, económicamente no tienen demasiado valor. A pesar de que son plantas leñosas, su madera es esponjosa por lo que no puede usarse en ebanistería ni construcción. Sin embargo, en algunas zonas ciertas especies son usadas como alimento, ya que del tallo de algunas de ellas y de las semillas se extrae almidón (sagú) que se usa como fécula alimenticia y en otros casos se puede obtener harina.
En lo que si que han encontrado un valor seguro estas plantas es en la jardinería ornamental, centrada mucho en la decoración. Su aspecto exótico las ha hecho muy atractivas en este sentido, la especie más conocida usada con este fin es la Cycas revoluta.
Semillas de Cycas revoluta
Cycas circinalis
¿Cómo es el cultivo de cicas?
Su principal problema es la viabilidad de las semillas. Por eso, normalmente tanto de forma silvestre como en cultivo, es recomendable plantar ejemplares de los dos sexos para que sus estructuras reproductoras maduren a la vez. Si esto no ocurre, habrá que acudir a la reproducción artificial para que puedan formarse semillas viables.
Las semillas se siembran a poca profundidad, manteniéndolas sombreadas y procurando que estén siempre húmedas. El periodo de germinación suele ser lento y variable, oscilando entre los 50-100 días. La multiplicación también puede realizarse por hijuelos o retoños que nacen en la base del tronco o sobre el mismo. La zona de corte debe estar bien seca para evitar pudriciones. Al parecer, una sección del tronco con un grosor de 5-7 cm, dejándola secar bien, permite igualmente la reproducción de algunas especies, aunque se tienen pocos datos al respecto.
Stangeria Eriopus
En general las cicas son plantas bastante resistentes, muchas de ellas adaptadas a zonas de escasa pluviometría, por lo que su cultivo como plantas de interior o de jardín no suele ofrecer problemas. Necesitan luz abundante y riegos moderados. El sustrato debe drenar bien, pues el exceso de humedad les perjudica. De igual modo, prefieren sustratos neutros o ligeramente ácidos.